EMAPA contra el libre mercado

Roberto Ortiz Ortiz*

RORTIZ Allá por los principios del siglo XX, Ludwig Von Mises, destacado economista de la Escuela Austriaca, escribió el libro “Criticas del intervencionismo”, en el cual profundiza una rama de la praxeología llamada cataláctica, definida por los economistas de la Escuela Austriaca como: “Las relaciones voluntarias de intercambio que tienden a armonizar la oferta y la demanda de bienes y servicios”, en otras palabras; el comercio. Mises decía que estas relaciones solo pueden ser alteradas y a la larga exterminadas por la intromisión estatal. Esta era la principal razón por la cual, el desconfiaba tanto de una vía intermedia entre capitalismo y socialismo pues, según Mises, cada intervención acerca más al socialismo y aleja el libre mercado.

Tomando en cuenta el párrafo anterior, Bolivia se encuentra cada día más lejos del libre mercado y cada día más cerca de un socialismo, que además de resaltar una fuerte intervención estatal, viene cubierto de una telaraña mercantilista y burocrática que atrapa y asfixia a cualquier comerciante que haya quedado emprendiendo en libertad.



Sobrevivir en el mercado boliviano, compitiendo contra la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos del gobierno, mejor conocida como EMAPA, no es nada sencillo. Requiere de una perdida de utilidades privadas que llevan obligadamente a la quiebra, pues a los gobierno de tinte socialista no parece importarles vender a un precio menor al costo, con tal de obtener el control total del mercado. En fin, el dinero que pierden no es de ellos. Hace unas cuantas semanas, EMAPA anuncio que a partir del viernes 18 de julio del presente año, comercializara carne de res en distintos puntos de la ciudad a precios menores que los existentes en el mercado.

Según EMAPA, todos los comercializadores de carne de res, han incrementado los precios debido a una especulación innecesaria, con el único fin de acrecentar sus utilidades en detrimento de los consumidores. Sin embargo, lo que EMAPA olvida, es que en un mercado donde existe la libre competencia, el precio se fija por pura y simple oferta y demanda, y que estos precios fluctuaran de acuerdo a los costos del vendedor y a las necesidades del consumidor. De este mismo modo, si el precio de la carne aumenta por motivos de costo y hasta incluso por gana del vendedor, existirán siempre productos sustitutos como el pollo, el pescado, la carne de soya y otros, que serán preferidos por el consumidor hasta que la competencia privada en el mercado de carne de res, genere una solución espontanea al incremento del precio de este bien. Es absurdo pensar –como piensa EMAPA- que todos los vendedores de carne de res sin excepción, se podrían poner de acuerdo para subir el precio. Esto simplemente no se da en la libre competencia.

Por lo tanto, ¿qué hace EMAPA interfiriendo en un mercado que funciona a la perfección en el sistema de libre competencia? El sistema socialista siempre está buscando oportunidades de fragilidad en aspectos sociales, económicos y políticos para interferir suprimiendo la libertad. Este aumento en el precio de la carne, fue una oportunidad fantástica para engañar a la población con el cuento de que “el gobierno venderá carne más barata para proteger al consumidor” para así apoderarse de una vez por todas de este mercado, poniendo en peligro el trabajo de todos los carniceros y ganaderos. Y lo que es peor, a la larga pasando a ser un país importador, en vez de productor, pues se habrán eliminado por completo los incentivos en el mercado boliviano de carne de res.

*Estudiante de ingeniería comercial