¡Y… no hay qué debatir!

Carlos Federico Valverde Bravo

VALVERDE OKI Al periodista ‘Gringo’ González, ahora candidato al Senado por el MAS, se le ocurrió la democrática idea de opinar sobre la pertinencia de que haya debate entre candidatos. De inmediato, el diputado Marcelo Elío argumentó que no hay qué debatir ni con quién. Yo creo que, en realidad, no hay ‘con quién debatir’, porque si lo hubiera, hace rato se habría interpelado al poder político sobre temas tan sencillos como:

1) Las reservas de hidrocarburos, que apenas alcanzan para 10 años y su crecimiento, sobre todo en petróleo, es insuficiente; no creció ni el 1% y el gas llegó a poco más del 5%. ¿Qué hacer? ¿Habrá una ley de hidrocarburos que atraiga inversiones? En Bolivia están Total, Repsol, BG, Petrobras y no sabemos qué futuro tenemos. ¿Vamos a seguir importando carburantes?



2) Coca y cocaína: el 47% de la coca va al mercado ilegal, o sea, a la cocaína (información oficial). Mientras, el presidente quiere “legalizar catos” en Cochabamba. ¿Es correcta esa oferta considerando sus graves consecuencias?

3) Entre 30.000 y 100.000 vehículos indocumentados circulan en Bolivia, ¿qué hacer?, ¿funcionan los controles?, ¿es suficiente el trabajo y la estructura aduanera? Por otro lado, la ropa usada, los electrodomésticos que llenan los mercados y las ferias de pueblos y ciudades desnudan la fragilidad de los sistemas de control. ¿Qué hacer frente a esto? La solución, si se la pretende, debe ser estructural y no pasa solo por una enésima ‘nacionalización’.

4) Minería, agricultura y desarrollo sostenible: el drama del río Pilcomayo no es de ahora, hace años se denuncia la agresión de la minería al mismo. El Gobierno es impulsor de la idea de “convivir con la madre tierra” y otras linduras, y el daño al medioambiente es cosa de todos los días. ¿Merecen o no un debate la expansión de la frontera agrícola y sus consecuencias, y la necesidad de crecer como corresponde?

5) ¿Seguirá esperando nuestro Mutún que haya un Estado que se preocupe por él? ¿Será el tiempo de transferirlo a la Gobernación? ¿Está la Gobernación en capacidad de sacarle provecho? ¿Industrializamos o seguimos exportando materia prima?

Perdón… no tiene sentido seguir escribiendo, no hay qué ni con quién se debatan estos temas.

El Deber – Santa Cruz