¿Cuándo fue la última vez que llegaste a tiempo al trabajo? La puntualidad no es tu punto fuerte, pero en realidad tampoco se trata de una fatalidad. Basta con seguir estos sencillos consejos y la palabra retraso tan sólo será un lejano recuerdo.
1. Medir la amplitud del fenómeno
A pesar de todos los esfuerzos, no hay día que no vayas con retraso al trabajo. Reconoce que esta situación no es agradable y que tiene repercusiones sobre tu vida diaria. Se tiene el sentimiento de pasar el tiempo corriendo y no es falso. Empezar el día saltando de la cama, corriendo por los pasillos del metro después de haber dejado a los niños en el colegio, y al final, llegar tarde al trabajo, cuando ya todo el mundo está en su tarea. Menudo estrés…
2. No tomarse los sueños como una realidad
No, nadie se prepara en 10 minutos (incluida la ducha) por la mañana, salvo para ir a la playa en pareo. Lo mismo ocurre en la parada de metro, nunca se encuentra a 3 minutos de casa, sino más bien a 5 minutos y caminando muy rápido. Al igual que el trayecto en coche, sólo en pleno verano se puede llegar en un cuarto de hora. Así pues, esa visión personal del tiempo es totalmente subjetiva. Y eso sin tener en cuenta la fuerte probabilidad de perder un autobús o caer en un embotellamiento. Sin embargo, estos imponderables se producen con más frecuencia de lo que uno se imagina.
3. Hacer balance del tiempo
Ahora que se ha tomado conciencia de la extraña interpretación personal del reloj, es el momento de evaluar el tiempo del que se debe disponer por la mañana. Aquí se debe incluir lo que se tiene costumbre de hacer, y también las pequeñas cosas que se acumulan: teléfono, internet, televisión… ¿Por qué no cronometrarse? Así se puede evaluar el tiempo que hace realmente falta para salir de casa por la mañana, calculando a partir del momento en el que suena el despertador, hasta que se cierra la puerta de casa.
4. No dejarlo para el día siguiente
La especialidad del que siempre llega tarde, es la procrastinación. Remitir para el día siguiente lo que se puede hacer hoy. Resultado: no se da a basto con todo, la rutina de cada día, más lo acumulado del día anterior. Y la cosa hubiera sido más sencilla haciendo cada cosa en su momento.
5. Adelantar la alarma del despertador
Un consejo realmente pragmático: retrasar el despertador un cuarto de hora. Quitarle este tiempo al sueño no es tan grave y puede solucionar más de un retraso a la semana. Además, incluso se puede llegar antes de tiempo al trabajo. Pero claro, este truco implica que no se debe pulsar nunca el botón “snooze” del despertador…
Estos son algunos hábitos de la gente puntual que puedes empezar a copiar. ¿Estás preparada para llegar temprano a tu propia vida?
Fuente: www.imujer.com