Los 21 ministros firmaron la carta de renuncia colectiva al gabinete.
La Razón / La Paz
Oficial. A las 08.30 se tomó la fotografía de 19 ministros del gabinete con el Presidente. No estuvieron las autoridades de Hacienda y de Hidrocarburos. ABI.
Ayer, día en que Evo Morales juró a su tercer mandato, no fue uno más para los 21 ministros que lo acompañaron en el último tiempo. No solo llegaron a la ceremonia por sus propios medios, sino que al terminar ésta volvieron a ser ciudadanos comunes y corrientes, y el futuro de algunos está en la incertidumbre.
A las 12.30, David Choquehuanca, hoy excanciller, leyó una nota con la firma de todos los ministros en la que agradecen el haber trabajado con el Presidente y haber sido “parte del proceso histórico de cambios, como la recuperación de los recursos naturales y la construcción de una nueva sociedad, más incluyente, más participativa y más soberana”.
Pese a que cada autoridad envió su renuncia de manera individual el martes, la importancia de la nota de ayer recayó en que los colaboradores de Morales le expresaron su deseo de continuar sirviendo al país. “Al momento de reafirmar nuestro compromiso con Bolivia, con el MAS-IPSP (Movimiento Al Socialismo-Instrumento por la Soberanía de los Pueblos) presentamos esta renuncia colectiva y nos despedimos con la certeza de seguir colaborando desde cualquier otro espacio que la Patria y tu liderazgo nos convoque”, leyó Choquehuanca.
Nervios. La incertidumbre y los rumores de cambios en el gabinete fueron creciendo durante los actos protocolares. En la última foto oficial del gabinete posesionado en 2014 faltaron el ministro de Hacienda, Luis Arce; y el de Hidrocarburos, Juan José Sosa, quienes llegaron minutos después.
Luego, un grupo de ministros salió de Palacio de Gobierno y se dirigió a la Asamblea Legislativa. Otro, conformado por Choquehuanca, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana; el de Defensa, Rubén Saavedra; de Economía, Luis Arce; y la ministra de Transparencia, Nardi Suxo, tuvo la misión de recibir a los presidentes extranjeros.
El más inquieto fue el ministro de Cultura, Pablo Groux, quien no perdió detalle de la realización del acto; los más tranquilos y sonrientes fueron Quintana, Arce, Suxo, la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, quienes saludaron a los invitados durante la caminata de Palacio a la Asamblea.
Los más serios, Choquehuanca, la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales; y de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo. En cambio, el ministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes, tenía un rostro de preocupación, al igual que el titular de Agua y Medioambiente, José Zamora.
Trajes. El vestuario de los ministros no fue uniforme, la mayoría de los varones vistieron trajes formales de color oscuro con algunas excepciones. El de Gobierno, Jorge Pérez, lució un traje tipo smoking que contrastó con el vestuario de Calvimontes, más informal con un saco beige y pantalón café.
Las ministras vistieron diferentes atuendos, Achacollo lució una manta negra con motivos florales; la ministra de Justicia, Elizabeth Gutiérrez, se cubrió del frío con un abrigo negro largo. Las otras autoridades lucieron trajes de dos piezas con pantalón.
En el momento en que se entonaba el Himno Nacional de Bolivia en la Asamblea Legislativa Plurinacional, la transmisión de la televisión nacional mostró el rostro emocionado de la ministra de Planificación, Viviana Caro. Pasado el acto protocolar, los ministros de Economía y de Comunicación fueron los únicos en dar entrevistas, en tanto que sus colegas, prefirieron guardar silencio con el argumento de que ya habían dejado de ser autoridades.
Selfis, quejas y desfile
Invitados
Luego de la renuncia pública, algunos exministros trataron de observar el desfile desde Palacio, pero se les cerró el paso y tuvieron que acomodarse en un palco de invitados en la plaza Murillo.
Fotos
Otras exautoridades llevaron sus cámaras para retratarse con los presidentes extranjeros o hacerse selfis en la sala de prensa.
Aguilar
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, se quejó a un funcionario del canal estatal porque la cámara lo enfocó de una forma que no le gustaba.