A pocos días de los comicios subnacionales, la posible pérdida de importantes plazas electorales hace subir el nerviosismo en el MAS hasta cotas nunca vistas hasta el momento.Muestra de esto son las declaraciones de la vicepresidenta del Movimiento Al Socialismo, Concepción Ortiz, quien reveló el temor de la dirigencia del partido de gobierno a una eventual “extinción” del instrumento político luego de las elecciones departamentales y municipales.Junto a la naturaleza hiper-centralista y caudillista del MAS, que no permite el surgimiento de liderazgos locales fuertes, otro factor que gravita para la previsible contracción es la corrupción en el Fondo Indígena, en lo que respecta a la expectativa de sufragio oficialista en los municipios rurales.Ante esto, la receta elegida por la cúpula gubernamental parece ser más corrupción, a juzgar por el decreto 2294 firmado recientemente por Evo Morales, que autoriza a las alcaldías A y B (hasta 5.000 y 15.000 habitantes) contrataciones directas de bienes, obras y servicios hasta los 50.000 Bs., es decir, sin licitación. Una especie de cheque en blanco para la corrupción con el que se estaría buscando comprar lealtades entre las díscolas bases masistas.El decreto en cuestión también da las mismas facilidades al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras a cargo de Nemesia Achacollo, precisamente la principal acusada por las irregularidades en el Fondo Indígena, a quien el mandatario cocalero lejos de sancionar parece estar premiando con esta dudosa medida…[email protected]