Belaunde a Evo: “gracias, hasta luego”

TRIONo se sabe exactamente qué estaba haciendo un presidente del Estado en un simple operativo policial como el que tuvo lugar en Desaguadero. Tal vez, después de tanta bufonada de su gobierno en el caso Belaunde, Evo Morales quiso dar alguna imagen de eficiencia participando en la entrega del ex jefe de campaña ollantista a las autoridades peruanas.Pero el resultado fue por demás enigmático y contribuye a abonar la hipótesis de un “gato encerrado”: mirando al mandatario cocalero, Martín Belaunde se despidió con un “gracias, hasta luego”.Lo cierto es que la presencia de Belaunde en Bolivia se conoció poco después de una reunión reservada entre Morales y Ollanta Humala en Brasilia, lo que despertó legítimas sospechas de un acuerdo toda vez que los negociados corruptos del ex operador ollantista vincularían presuntamente a la primera dama peruana, Nadine Heredia.Sin embargo, el refugio parece haber naufragado ante el escándalo internacional, que amenazaba con derribar el discurso de Morales sobre una Bolivia que “no es refugio de corruptos” (su muletilla contra Brasil y Estados Unidos, donde se han exiliado varios opositores).De cualquier forma, la estadía de Belaunde en tierras bolivianas se fue dilatando, sobre todo por la lentitud con que tramitaba su extradición la cancillería del Perú, que restringió el pedido al caso de La Centralita (Nadine Heredia estaría vinculada en otro caso, llamado Antalsis).Todo indica un manejo de los tiempos y términos de entrega en favor del gobierno de Humala, un marco de referencia que habrá que tener en cuenta para entender los entretelones de la aparatosa fuga y posterior reaparición de Belaunde, con agradecimiento incluido…[email protected]