Un nuevo escándalo internacional confirma la penetración de la corrupción en las más altas esferas del Partido de los Trabajadores (PT), gobernante en Brasil. Negociados que podrían alcanzar al régimen acaudillado por Evo Morales en Bolivia.El ex presidente uruguayo José Mujica acaba de revelar en su nuevo libro que Lula da Silva sabía sobre los pagos irregulares a legisladores hechos por sus ministros -práctica admitida en una conversación privada entre ambos-, lo que probablemente desemboque en la inclusión del ex mandatario brasileño en la causa judicial del mensalao.También deja en evidencia el solapamiento de la corrupción del PT por parte de Mujica durante un tiempo considerable, lo que tal vez esfume sus pretensiones al Premio Nobel de la Paz.Las comisiones con las que traficaban los funcionarios lulistas provenían no solo de Petrobras sino también de grandes empresas privadas que financiaban las campañas del PT, y entre las compañías aportantes del oficialismo brasileño se encuentra la OAS, la misma a la que el gobierno boliviano contrató para la construcción de la carretera por el TIPNIS.El proyecto carretero contó desde un inicio con el apoyo o complicidad del gobierno de Lula, y la firma del contrato con la OAS fue realizado por una delegación encabezada por el vicepresidente Álvaro García Linera, sobre quien pesan abundantes sospechas de corrupción (BoA Catering, mina La Millonaria, Toyosa, etc.).El analista Winston Estremadoiro se pregunta si la llamativa insistencia del régimen evista en la construcción de la carretera por el TIPNIS tendrá el incentivo de suculentas “coimisiones”, además de su obvia propensión a la expansión de la frontera cocalera.Ahora, con la fraudulenta toma del Beni, el proyecto de la “autopista de la cocaína” cobrará nuevos bríos…[email protected]