Evo, Tipnis, OAS y Lava Jato

Winston EstremadoirowinstonPocos días antes del balotaje en Beni, cuyo resultado a estas alturas ya se sabe si es suerte, pinino o culo en la taba electoral, un Evo Morales quizá orondo por la “vibra” de los vivas de 6 federaciones del Chapare, alardeó que “acepten o no acepten, tarde o temprano habrá camino pavimentado por el trópico de Cochabamba al departamento del Beni, que va a pasar por San Ignacio de Moxos”. Me recordó a un embajador de EEUU, que con su veto al dirigente cocalero le catapultó a segundo lugar en las elecciones de 2002. Me desilusionó, porque podía aplacar a moros y cristianos; en este caso, a indígenas del Tipnis, ecologistas y benianos en balotaje. Apelar a tecnología china que construye carreteras elevadas y en dos trancos cubrir setenta y tantos km del área protegida con escala en San Juan (¿o es San Pedro?) de Ichoa, sin afectar la diversidad biológica.¿Cuál es la razón de tal empecinamiento? Aventuro dos motivos, que poco o nada tienen que ver con intereses de dos departamentos hermanos: Beni y Cochabamba.El primero se basa en un hecho. Evo Morales es presidente de los bolivianos, cierto. Sigue como mandamás de las federaciones sindicales del Chapare, cierto también. La condición de favorecidos de su máximo dirigente les ha traído grandes beneficios, entre los cuales están el aeropuerto internacional de Chimoré y la gigantesca planta de urea en Bulo Bulo, amén de centenares de canchitas, sedes sociales y otras mejoras urbanas. La carretera asesina del Tipnis completaba el trío de obras megalómanas.Si 90 por ciento de la coca chapareña va a usos indeterminados, es certero llamarles “cocaleros”, cuando no “coca-cocaineros”. Ya tienen pie en el Tipnis: el infame “Polígono Siete”. Se beneficiarían con la carretera asesina del área protegida y la expansión del cultivo de coca en el Tipnis y luego en la provincia beniana de Moxos. ¿No hay coca en Yapacaní y el Parque Amboró en Santa Cruz, Caranavi en La Paz?El segundo se basa en una suposición. La delegación oficial que firmó el paquete de carreteras a favor de la Construtora OAS S.A. (OAS), fue presidida por el vicepresidente, Patricia Ballivián de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y, sugestivamente, por el entonces mandamás de YPFB, el finado Carlos Villegas. Quizá retornó al país con el acuerdo firmado y la “coimision” cobrada.Los afectos a “movimientos sociales” concordarán que la Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad, reprimida brutalmente en Chaparina, tuvo algo que ver con la resistencia a la carretera asesina y su postergación. Sin embargo, periódicamente el Vice ha desdicho afirmaciones de que la “Transcocaleira” no iba más. Su jefazo remachó tal doblez. Pero el naufragio del proyecto de la carretera asesina, al menos con recursos brasileños, tiene que ver con la llamada “Operación Lava Jato” en Brasil.En efecto, el líquido presurizado del lavado automático –“lava jato”- limpia mejor la suciedad de la corrupción colusionada en Brasil. Difiere del lavado de pobretones usando baldes para lavar autos, que son los aparentes esfuerzos nacionales de lucha contra la corrupción: como en el narcotráfico, caen los peces chicos y dejan impunes a los grandes.¿Cuáles son los actores de alucinante danza de millones de millones? Pues Petrobras, la empresa petrolera cotizada en bolsas de valores del mundo, en un inmenso país con pintura de potencia económica que oculta la miseria de sus favelas. Las “empreiteiras” constructoras, cobijadas en una política exterior que las impone si se usan fondos brasileños, con licencia para ejercer prácticas corruptas de «coimisiones» y fondos para politiqueros y ‘gestores’. Un sistema político que nutre el «jeitinho» y conspiraciones para robar dinero del Estado, que al final atrasan el «vivir bien» de muchos y lo pagan todos.El modo boliviano se practica en el «charle» y la «coimisión». No es fenómeno nuevo. No en vano José María Bakovic, condenado sin juicio en 2006 en discurso inaugural por el presidente Evo Morales, y defenestrado por Patricia Ballivián Estenssoro (¿“Cotapati”?), decía que «Andrade Gutiérrez fue al MNR lo que la Queiróz Galvão fue al MIR, y la OAS es al MAS». ¿Encajaba la política gubernamental con los mil millones de dólares que Lula da Silva palanqueó para que Brasil financiara en favor de la OAS? Hablamos del costo sobrevaluado de la carretera asesina del Tipnis, el cambio de la Queiróz Galvão por la OAS en la Potosí-Tarija, el asfaltado de la Caranavi-Riberalta y otras. Mi pálpito es que sí.No entraré en los entretelones de la danza de nombres y millardos del Lava Jato. Baste decir que son un bocado de “pasank’alla” (pipoca para los cambas) los mil millones “jeitados” para Bolivia. Los capos de Petrobras, la OAS, la Queiróz Galvão y otras están en la cárcel. Falta mucha tela que cortar. ¿Será que la conexión boliviana es develada? Mi pálpito es que no.Mientras tanto, el Presidente cocalero ahora tiene vía libre para atender los deseos de sus bases chapareñas. Si China provee los fondos como se habla, habremos regredido de la sartén a las brasas en lo que a prácticas corruptas se refiere. Tal vez ese es el trasfondo del empecinamiento presidencial en la carretera asesina del Tipnis.El Día – Santa Cruz