Provincia de Buenos Aires: Una semana bajo el agua, más de 20 mil afectados; critican inacción de Cristina y del gobierno

Una semana bajo el agua: hay 6 distritos inundados y más de 20 mil afectados

Temporal y desastre. Luján, Lobos, Areco, Salto, La Matanza y Arrecifes son las más zonas críticas. Además hay otros 20 municipios anegados en la Provincia. Anoche quedaban unos 4.000 evacuados.

Clarín, Bs As, Argentina
Dolor. Mónica Alonso y su hija Sara, abrazadas, esperaban ayer que el agua bajara en Salto. La ciudad sufre la peor inundación de su historia, por la crecida del Arrecifes. DAVID FERNANDEZ

 Dolor. Mónica Alonso y su hija Sara, abrazadas, esperaban ayer que el agua bajara en Salto. La ciudad sufre la peor inundación de su historia, por la crecida del Arrecifes. DAVID FERNANDEZ
La inundación no da tregua. Ayer  –primer día sin lluvias desde el inicio del fenómeno climático– el agua siguió avanzando sobre las localidades afectadas del noroeste de la provincia de Buenos Aires. Hoy se cumple una semana de la crecida de los ríos que ya afectó a más de 20 mil personas y que anoche dejaba unos 4.000 evacuados. Los pronósticos son poco favorables: para hoy y mañana se esperan nuevas precipitaciones. Serán de menor magnitud, pero se verán agravadas por una sudestada.

Las intensas lluvias –de entre 150 y 300 milímetros– sobrecargaron las cuencas de ríos que atraviesan buena parte del suelo bonaerense. Los seis distritos más afectados son Luján, Lobos, San Antonio de Areco, Salto, La Matanza y Arrecifes, pero en total son casi 30 los distritos con zonas anegadas.En Salto, el agua se tragó un barrio entero, luego de que el río Arrecifes alcanzara un pico histórico de 9,30 metros. Uno de cada 10 habitantes ya tuvo agua adentro de su casa. La inundación ya es la más grande de la historia de la ciudad. Lo afirma el intendente, lo dicen los bomberos. Y lo repiten los vecinos que no tienen consuelo ante el desamparo de haberlo perdido todo y de tener que volver a empezar.Leé también: Massa calificó de «inoportuno» el viaje de Scioli a ItaliaEl paisaje es desolador. Calles convertidas en ríos, casas tapadas por 1,80 metro de agua oscura, espesa. Mónica Alonso y su hija Sara se abrazan. Y esperan. La madre tiembla: hace ya 36 horas que tiene los pies sumergidos en el agua que se adueño de su casa. Dice que se quedará ahí porque teme a que alguien ingrese a robarle lo poco que pudo salvar (una cama, un colchón, algunas sillas, la tele). Busca una explicación, pero no la encuentra. Y entonces aparece Sara y se abrazan. Casi lo único que les quedara para sobrellevar la espera.Salto está ubicada a 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y vive desde ayer en “estado de emergencia sanitaria” y “zona de desastre”. En la ciudad hay 600 evacuados y otros 500 vecinos que se autoevacuaron en la casa de algún familiar. Además desde bomberos voluntarios afirmaron que son unas 5 mil las personas que se vieron afectadas por el ingreso del agua a sus viviendas, es decir más de un 10 por ciento de la población de la ciudad.Leé también: Una gran ineficacia del EstadoEl barrio más afectado se llama Trocha. Está cerca del río, detrás del terraplén por donde hace muchos años pasaba el ferrocarril Belgrano. Ahora ese terreno es lo que separa la ciudad seca de la ciudad inundada. Allí cientos de personas miran sus casas tapadas por el agua, resignados a no poder hacer nada: sólo observar y lamentarse. La única manera de moverse por ese barrio es con botes o lanchas. Son 30 manzanas anegadas y decenas de cuadras sin un metro de pavimento.Alberto Ventura vive en la ciudad de Rojas, a 40 kilómetros de Salto, pero cuando se enteró de lo que pasaba vino rápido con su lancha, la que habitualmente usa para pescar pejerreyes. Ahora lleva a bordo una heladera, una mesa y una valija con ropa. Es que son los mismos vecinos los que se ayudan entre sí con comida o ropa. La municipalidad se vio desbordada (sí, como el río) y no da abasto para cubrir tantas necesidades juntas.MIRA LA FOTOGALERÍA HD: «Las imágenes más terribles de la inundación»Los damnificados están distribuidos en ocho centros distintos. El coordinador local de Defensa Civil, Hugo Esteche aseguró que “quienes están en los centros reciben colchones, comida y otros suministros. Por suerte no tenemos lesionados, enfermos y tampoco personas desaparecidas”, indicó. Además explicó que se trata de “una crecida histórica” con un pico que alcanzó los 9,30 metros cuando la marca récord anterior del cauce era de 8,60 metros.“El agua baja y sube un poco pero no vuelve al pico, por lo que está tendiendo a descender, aunque todavía hay mucha agua”, remarcó. Anoche, los vecinos que volvieron a ver sus casas, aseguraban que el agua había bajado unos 30 centímetros. Al calor del fuego, se preparaban para soportar una noche fría. Por lo bajo, algunos admitían su temor: que el pronóstico acertara, que hoy y mañana volviera a llover, que la prepotencia del agua invadiera otra vez esos centímetros que anoche había abandonado.POSTAL REPETIDA: EL AGUA VOLVIÓ A ENTRAR A LA BASÍLICA DE LUJÁNTemporal y desastre. El río seguía subiendo y anoche el nivel ya llegaba a 5,43 metros. Allí, rezan para que no siga lloviendo.CLARÍNInundación. La Basílica de Luján y los alrededores, tapados por el agua, en una imagen capturada por un dron. Hay al menos cinco barrios en estado desesperante.  Agustín BeltrameInundación. La Basílica de Luján y los alrededores, tapados por el agua, en una imagen capturada por un dron. Hay al menos cinco barrios en estado desesperante.  Agustín BeltrameAl llegar por la ruta 7 se ven los primeros barrios, humildes, virtualmente sumergidos. Apenas asoman, de lagunas espontáneas, los techos de chapa. Y se llega a adivinar la estructura de algún auto abandonado. Ya en el centro el ritmo es normal. Pero en la calle San Martín –la principal–, que desemboca en la Basílica de Luján, el agua aparece 600 metros antes de llegar a la iglesia.En la puerta del la Basílica el agua llega a los 40 centímetros. En la cripta, que está unos quince escalones bajo nivel, las bombas para sacar el agua trabajan a toda potencia y los sacerdotes temen que por la noche la situación empeore. Ahora, al anochecer, hay diez centímetros de agua.Los seis curas destinados a la Basílica observan desde las escalinatas del templo cómo la plaza principal se va cubriendo de agua. Temen que se repita la experiencia de 1985, cuando la inundación llegó hasta el último peldaño de la escalera de ingreso.Los sacerdotes se preocupan no sólo por proteger los bienes del templo, sino también por asistir a los vecinos damnificados. El encargado en el lugar de Cáritas, Diego Dilulio, dice que “durante el día salieron más de 400 bolsas con alimentos, velas y pañales”. La situación es dramática: al menos en cinco barrios el agua ha ingresado a las casas y en algunos como La Loma apenas se ven los techos. Sin embargo, la gente no quiere abandonar su hogar por miedo a perder sus pertenencias.El rector de la Basílica, padre José Daniel Blanchud, hombre de fe, le pide a Dios que no haya sudestada en Buenos Aires –anunciada para hoy–, porque eso taponará el desagote del río Luján, que no para de crecer y ya llega a los 5,43 metros. El y sus colaboradores también piden que las lluvias que se esperan para hoy no sean intensas.Luego se quedan charlando entre ellos sobre causas terrenales. Le dan vueltas al tema y alguno dice que el problema es que en los últimos años se construyeron muchos barrios cerrados en la ribera del río, y que eso dificulta la absorción del agua de lluvia. O que en los campos se construyeron canales clandestinos que desembocan en el río y lo sobrecargan. Como ahora.