Cara de corrupción conocida

12417640_1041426335901071_2650018509177313314_nEl escándalo de tráfico de influencias que envuelve a Evo Morales y a la empresaria Gabriela Zapata dio un nuevo giro el día de hoy, cuando ante la evidencia fotográfica de que ambos han sostenido contacto después de lo indicado por el presidente, el caudillo cocalero se despachó con una explicación tan inverosímil como ridícula, que seguramente pasará a enriquecer el acervo de sus “evadas”.Según Morales, cuando Zapata se le acercó en el palco oficial del carnaval 2015 él “le vio cara conocida, no sabía bien quién era”, frase que generó múltiples memes en las redes sociales.El trasfondo de todo esto es que el mandatario busca minimizar su vínculo con la empresaria, procurando diluir el impacto por los mega-contratos multimillonarios concedidos por su gobierno a la empresa Camc, de la cual Zapata es gerente comercial.Que Evo ponga en las manos de la madre de su hijo más de 500 millones de dólares es el asunto central, más allá de todas las aristas culebronescas de esta historia.Casi se podría decir, clintonianamente: “¡Es el tráfico de influencias, estúpido!”…[email protected]