¿Ménage à trois plurinacional?

yanezArturo Yáñez CortesPese al rumbo inocultablemente distractivo que se pretende darle a las “investigaciones” de la Comisión Legislativa y el Ministerio Público al Zapatagate, tengo la impresión que cualquier ciudadan@ medianamente informad@, ya ha formado una opinión de esa trama, recién devenida en un ménage à trois plurinacional, a partir del triángulo que los últimos capítulos de la novela han ventilado.Naturalmente que esa noción que l@s ciudadan@s tenemos al respecto, dista y en mucho, de lo que los cómicos “investigadores” pretenden mostrarnos a como dé lugar en calidad de “verdad real” de lo acaecido y, más bien, se acerca a lo que cualquier alumno no muy aventajado de Derecho sabe: la enorme diferencia entre investigar y encubrir…Tratándose del establecimiento de responsabilidades (sean en el ámbito penal, administrativo disciplinario e incluso político) la investigación lleva a cabo estrategias para descubrir algo que se desconoce o no está claro. Está compuesta por un conjunto de actividades de índole intelectual y experimental de carácter sistemático, orientadas a incrementar el conocimiento sobre un determinado asunto. En materia jurídica, esta actividad resulta teñida por una pretensión –que si bien desde la doctrina se discute sí es posible alcanzarla– y en Bolivia esta constitucionalmente y legalmente declarada: la verdad real o histórica de los hechos, con lo que fuera imposible no concluir que este tipo de investigaciones, debieran producir o por lo menos acercarse a la realidad de lo ocurrido.El encubrimiento busca o produce exactamente lo contrario. Según la definición del Código Penal –se trata, por tanto, de un delito–, sus elementos constitutivos (lo que la persona debe hacer para cometerlo) consisten en que después de haberse cometido un delito, sin ninguna promesa anterior, se ayuda al autor o autores, a eludir la acción de la justicia o no se denuncia el hecho, teniendo la obligación de hacerlo ante las instancias pertinentes.En términos menos técnicos, el encubrimiento ocurre mediante la acción de tapar u ocultar algún delito luego de haberse producido, siendo tomado como sinónimo de camuflar, disimular u ocultar. En sentido jurídico, el encubrimiento es el acto realizado por una persona, que sin tener participación en un hecho delictivo cuya comisión conoce o ha descubierto, ayuda al autor para que aproveche el producto del delito, entre otras vías desarrollando una actividad de ocultamiento de sus instrumentos y efectos y/o ayudando al responsable a eludir la acción de la justicia. ¿Le parecen esas conductas, carita conocida?…No hace falta por tanto ser un jurista muy caperuzo sino simplemente ciudadano pensante para darse cuenta de lo que hoy está realmente ocurriendo con las “investigaciones” del famoso Zapatage, recientemente convertido en un menage á trois (plurinacional) que ya ha cobrado una víctima –la dama de azul– y amenaza cobrar otra con hormonas amazónicas –¿cuánto más durará?– todo, para intentar parar la caída libre del otro integrante del trío.Lo insultante es que servidores públicos, quienes están obligados por la ley a investigar esos hechos, porfíen sin el menor asomo de decencia en el vulgar encubrimiento con tal de intentar salvar a su jefazo, sin importar el daño que se causa no sólo a otras personas –el humilde chofer cobardemente detenido, es el peor ejemplo del nivel de degradación de la justicia–, a su mismo gobierno y al estado, al que cacarean defender y sólo atinan a seguir metiéndose autogoles.Me huele otra vez, mutatis mutandis a otra del viejo Carrara: “Si el Fiscal estuviera encadenado al poder ejecutivo, será mentira llamarle representante de la ley, siendo sino un investigador representante del gobierno, que siempre pondrá el querer de éste, por encima de la voluntad de la ley”.El Día – Santa Cruz