Recientes revelaciones indican que detrás del caso de Enatex no sólo nos encontramos con una nueva muestra de ineficiente gestión estatal, sino también con el probable destape de otra operación de mega-corrupción del régimen de Evo Morales.El meollo de la cuestión radica en la interrogante sobre el destino de los 69 millones de dólares gastados por el Estado en la empresa, toda vez que el ex propietario privado, Marcos Iberkleid, asegura no haber recibido un centavo por la maquinaria de la ex Ametex.Existen también contradicciones en las versiones gubernamentales sobre la adquisición de la compañía, ya que inicialmente se habló de compra y luego de arriendo.Lo más lamentable de todo es que, al no existir instancias públicas de investigación independientes del gobierno central (tanto la Contraloría como la Fiscalía han demostrado reiteradamente su sometimiento al Palacio Quemado), las posibilidades de esclarecimiento son casi nulas.No es difícil profetizar que todo se cerrará con la caída de algún funcionario de nivel secundario y con la demonización de Iberkleid como chivo expiatorio…[email protected]