Las inundaciones golpean el centro de Argentina y amenazan la cosecha de soja

Las autoridades estiman pérdidas de más de mil millones de dólares por el exceso de precipitaciones en el corazón productivo del país

Las inundaciones han afectado campos, ciudades y carreteras del centro de Argentina. Télam

El Gobierno argentino apuesta por el campo cada vez que su economía sufre y 2016 no fue una excepción. Una de las primeras medidas del Ejecutivo de Mauricio Macri fue eliminar el impuesto a las exportaciones de granos y reducirlo un 5% para la soja, el cultivo estrella del país suramericano y la principal fuente de entrada de divisas. El campo respondió con datos récord de siembra: los cultivos de soja ocupan un total de 22 millones de hectáreas, el equivalente a tres veces la superficie de Irlanda. Pero las precipitaciones récord caídas en las últimas semanas en el corazón productivo han anegado cerca de 4 millones de hectáreas, entre ellas 1,5 millones de forma crítica, y las pérdidas previstas superan ya los mil millones de dólares. Las lluvias han dejado también decenas de localidades bajo el agua en las provincias de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, donde hay una persona desaparecida y más de mil evacuados. 



El presidente argentino, Mauricio Macri, declaró en rueda de prensa que han puesto en marcha un operativo de emergencia para brindar asistencia a los damnificados y anticipó que ayudarán a los productores afectados por las inundaciones. En algunos municipios, como Rafaela, en Santa Fe, en los últimos 35 días han caído 429,2 milímetros de lluvia, el mayor registro para ese periodo en medio siglo. En la localidad bonaerense de La Emilia, el agua llegaba casi por la cintura en gran parte del casco urbano. El Gobierno difundió imágenes de soldados prestando asistencia a la población de esta ciudad, pero no logró evitar las críticas en las redes sociales por la ausencia de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, que está de vacaciones en el caribe mexicano.

El presidente argentino atribuyó el exceso de precipitaciones al cambio climático y advirtió que en el mediano y largo plazo es necesario realizar obras de infraestructura que mitiguen los efectos de las lluvias, ya que el «cambio en los regímenes de lluvia vino para quedarse». La organización ecologista Greenpeace subraya que las consecuencias del cambio climático se ven agravadas por la falta de una política ambiental nacional que proteja bosques y humedales, mientras que expertos en medioambiente piden una revisión del modelo productivo argentino. «El corazón del modelo sojero totalmente inundado no es sólo consecuencia de altas precipitaciones, sino de un suelo que ya no absorbe los excesos hídricos, producto de un capitalismo agrario que necesita arrasar con bosques nativos y humedales en su avance por los territorios. Un modelo que es necesario replantear, porque si bien trae riqueza para un sector de la población argentina, genera enormes impactos negativos que paga el resto de la sociedad y la naturaleza», afirman la socióloga Maristella Svampa y el abogado ambientalista Enrique Viale en un artículo publicado en Clarín.

Macri rehusó hablar de pérdidas económicas, que las autoridades santafesinas estiman en 1.100 millones de dólares y analistas privados elevan por encima de los 1.500 millones de dólares. «Hay sojas inundadas y pérdidas y lotes amarillentos por asfixia que van a rendir menos», admitió al diario La Nación Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja). Por ahora, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) mantiene intactas las previsiones de una cosecha de 57 millones de toneladas de esta oleaginosa para Argentina, que equivaldrían a casi 22.000 millones de dólares al precio actual. Aún así, la incertidumbre que rodea la producción argentina, tercer exportador mundial de soja, ha hecho aumentar su valor en los mercados internacionales.

A los daños causados en los cultivos se suman también los que sufren los productores de leche. Según el Gobierno de Santa Fe, debido a las inundaciones dejarán de producirse cerca de 1,8 millones de litros de leche por día, lo que acrecienta los problemas de este sector. Además, mientras millones de hectáreas sufren exceso de agua en esta provincia, unos 700 kilómetros al sur se vive la situación inversa, una sequía que también perjudica a los cultivos y ha favorecido el incendio de más de 800.000 hectáreas en las primeras semanas del verano austral.

Fuente: elpais.com