Año Nuevo de laboratorio



El portal informativo Rimay Pampa, vinculado a sectores intelectuales y académicos de La Paz, reveló ayer los detalles del surgimiento de la idea de celebrar el Nuevo Año Aymara y a juzgar por los datos revelados, no tiene nada que ver con las tradiciones indígenas, con algún secreto ancestral, ni siquiera con las viejas leyendas que se transmiten oralmente, sino con la “travesura” de unos estudiantes universitarios a quienes que se les ocurrió algo “cool” que el “proceso de cambio” convirtió en un feriado de connotaciones místicas. Todo empezó en 1982, cuando un grupo de estudiantes de la UMSA se fueron a Tiahuanacu a celebrar el solsticio de invierno. En el lugar hicieron un rito especial y se pusieron a reflexionar sobre sus actividades, el futuro y los retos. La iniciativa se propagó en las aulas, llegó a oídos de los intelectuales indianistas y sobre todo, de quienes estaban comenzando a politizar el tema de la “etnicidad”. Más tarde surgió el tema del Año Nuevo y lo más estrambótico fue el cálculo de los 5525 años que supuestamente celebra la cultura aymara. Se hicieron sumas y restas, algunos ceros al cociente más el uno que me llevaba y zaz.  Ningún yatiri, mallku o jilacata fue invitado a esa sesión de “laboratorio”.

Fuente: eldia.com.bo