Bolivianos denuncian torturas en la cárcel de Alto Hospicio en Chile

Durante tres meses se les negó el abrigo, se les restringió la alimentación y no podían usar gorras ni protector solar. Dicen que sufrían en las requisas de la Policía chilena Iván Paredes / Iquique, ChileBryan Quenallata tiene marcas en su rostro. Son recuerdos de su triste paso por el penal de Alto Hospicio, junto con otros ocho funcionarios bolivianos que el miércoles fueron sentenciados a tres años y un día de cárcel. También sufrió heridas en la cabeza por la agresiva detención de carabineros chilenos ocurrida aquel 19 de marzo en la frontera entre los dos países, cuando los funcionarios de Aduana cumplían con un operativo de lucha contra el contrabando.Las cicatrices también se deben a que los carceleros les prohibían el uso de gorras o de colocarse protector solar. Quenallata revela que vivieron días difíciles en el recinto penitenciario, ubicado al norte de Chile.Estuvieron más de tres meses presos y tienen mucho por contar. Los detenidos fueron sometidos a castigos, en algunos casos inhumanos. Durante algunas noches frías fueron privados del uso de abrigos, también fueron obligados a comer un plato frío de sopa instantánea. La Defensoría del Pueblo cuestionó la violación ‘sistemática’ a los derechos humanos de los nueve bolivianos por parte de funcionarios de la Gendarmería chilena.Álex Carvajal, Carlos Calle, Arsenio Choque, Casimiro Tórrez, David Quenallata, Karl Guachalla, Bryan Quenallata, Edilberto Raúl Flores y Diego Guzmán llegaron al penal de Alto Hospicio el 20 de marzo, un día después de que fueran detenidos en la frontera por Carabineros de Chile. Pasaron tres meses en el recinto penitenciario con el mismo sufrimiento.EL DEBER accedió a las declaraciones de los nueve detenidos mediante sus familiares. Todos relataron que sufrieron de frío en las noches por la falta de abrigo, pero más aún por las constantes requisas a sus celdas de madrugada, cuando los dejaban desnudos en los pasillos. El maltrato de los gendarmes chilenos era constante.“Los dejaban desnudos en pleno frío, tardaban en sus requisas adrede para que sufrieran”, reclamó Sara Rada, madre de uno de los detenidos.Uno de los bolivianos relató en su declaración que en el día sufrían por la exposición a los rayos del sol, ya que no los dejaban utilizar gorras y negaban el ingreso de protector solar. “En los espacios no existen lugares con sombra, no dejaban que nuestros familiares nos entregaran gorras ni protector solar”, se quejó uno de los sentenciados.Indignación en el defensorEsa información llegó al despacho del defensor del pueblo, David Tezanos, quien no duda en asegurar que los nueve funcionarios sufrieron una “sistemática” violación a sus derechos humanos en la cárcel del norte chileno.“Les prohibían el ingreso de mantas o abrigo, leían las cartas que iban a ingresar. Les limitaban la comida, prohibían el ingreso de protector solar y de gorras, pese a que al ingreso de la cárcel un letrero indica que los rayos ultravioleta en esa región son elevados y pueden afectar a la salud”, afirmó el defensor Tezanos a este medio.El defensor visitó en una oportunidad a los nueve detenidos en el penal de Alto Hospicio. En esa ocasión constató las vulneraciones por las que habían pasado los connacionales. Algo que llamó la atención de Tezanos es que almorzaban un plato de sopa instantánea fría. Eso no pasaba con los otros reclusos.“Desde que se informó en Bolivia sobre las restricciones en la comida y el abrigo, se tomaron represalias contra ellos y las limitaciones se endurecieron. Les daban pocillos con agua fría y un sobre para que disuelvan una especie de caldo en polvo”, denuncia Tezanos.Días después de ingresar al penal, los bolivianos fueron separados. Los siete funcionarios de Aduana Nacional fueron al módulo donde están los reos bolivianos, una mayoría condenada por narcotráfico y robo. Mientras que los dos militares estaban mezclados con los presos con capacidades diferentes.Muchos callaban y solo relataban el calvario a sus familiares. Temían represalias, aunque sí las sufrieron luego de que se conoció que enfrentaban limitaciones en el abrigo y con la alimentación.“No podíamos declarar nada por temor a venganza. Solo contábamos eso a nuestros familiares cuando venían a visitarnos. Y alguna vez se lo comentamos al defensor del pueblo (Tezanos)”, aseguró uno de los nueve funcionarios.El defensor concluye que el paso de los bolivianos en la cárcel de Alto Hospicio se marcó por ser “víctimas de violación sistemática de sus derechos humanos”.El Juzgado de Garantía de Pozo Almonte realizó el miércoles la audiencia en la que se entregó la sentencia del juicio abreviado que enfrentaron los nueve bolivianos detenidos el 19 de marzo. El fallo de 46 páginas que leyó la magistrada Isabel Peña condenó por los delitos de robo con violencia y contrabando. Además, a los dos militares por porte ilegal de armas. La sentencia fue cambiada por la expulsión del territorio chileno de los bolivianos y la prohibición de ingresar a Chile en los próximos 10 años para los siete aduaneros y 20 años para los dos militares.A todas estas denuncias se suman que a los bolivianos, junto con el resto de la población carcelaria, los obligaban a salir temprano al patio del penal para la revisión de celdas. Esa acción se ejecutaba a las 6:30, dos veces a la semana. Los dejaban al aire libre con ropa ligera y nada de abrigo. Algunos sufrieron infecciones respiratorias por estos desalojos.La Gendarmería de Chile, en su regional en la ciudad de Iquique, evitó dar declaraciones sobre este asunto. Pidió el contacto con el responsable del penal de Alto Hospicio, que también se negó a dar declaraciones.Alto Hospicio es una región desierta donde el viento y los rayos del sol dañan la piel. De acuerdo con el fallo judicial, los nueve bolivianos tienen 30 días para pagar una fianza de $us 48.000 y podrán reencontrarse con sus familiares.Fuente: eldeber.com.bo