El secreto de Prince: financiaba energía solar

El fallecido cantante donó anónimamente 25 millones para instalar paneles y en 2014 promovió una organización para incluir a jóvenes negros en la industria tecnológica

Prince era un reconocido cantante que amasó una gran fortuna durante sus años de éxitos. Tras su repentina muerte en abril de 2016, el artista dejó una millonaria herencia: su catálogo de música está valorado en 500 millones de dólares, además de tener varias propiedades valoradas en unos 35 millones. Cuando ha pasado poco más de un año desde su fallecimiento, ahora se ha revelado una faceta desconocida del cantante, quien no solo tenía un talento natural para la música, sino también una conciencia social que le llevó a realizar una donación millonaria para promover la energía solar y a involucrarse en la educación de los jóvenes sin recursos, a cambio, eso sí, de no tener publicidad por ello.En concreto, Prince donó 25 millones de dólares para impulsar la creación, en 2013, de una incubadora de start ups con voluntad de luchar contra el cambio climático, empresa que ahora se ha convertido en un refugio ante el más que posible recorte de presupuesto para este tipo de proyectos por parte de la Administración de Donald Trump.Todo comenzó en el año 2011, con una conversación entre Prince y su amigo Van Jones, activista de los derechos humanos que llegó a asesorar al presidente Barack Obama sobre energías verdes. “Prince me preguntó, ‘Si tengo un cuarto de millón de dólares, ¿qué puedo hacer?’. Mi esposa dijo que debería poner paneles solares en todo Oakland”, ha contado ahora en una entrevista el también comentarista de la CNN. Una donación que ascendió a 25 millones de dólares, y que Prince siempre quiso que fuera anónima. Esa conversación, y su inversión, llevó a la creación de Powerhouse, una incubadora que pone en contacto a empresarios de tecnologías renovables con inversores y que ya ha ayudado a crecer a 43 empresas, según asegura medios económicos estadounidenses.Hoy Oakland, ciudad al otro lado de la Bahía de San Francisco, ha visto crecer enormemente la instalación de placas solares y es una pequeña colmena de empresas centradas en la tecnología limpia. Trece compañías y seis organizaciones del sector trabajan cerca de las oficinas de Powerhouse. Hoy la empresa genera beneficios, aunque Jones no ha querido concretarlos, y la mitad de las compañías a las que ha apoyado han sido fundadas por minorías y mujeres.Prince y Jones también colaboraron en la creación de la iniciativa #YesWeCode (Sí, hacemos código), que trabajaba para ayudar a jóvenes de color a entrar en la industria de la tecnología. Un proyecto que nació, según cuenta ahora Jones, inspirado por la muerte de Trayvon Martin, el joven negro asesinado por un vigilante blanco que le consideró sospechoso en febrero de 2012 y a cuya familia el cantante también ayudó económicamente. “Estaba hablando con Prince y me dijo, ‘Cada vez que alguien ve a un joven negro con una sudadera con capucha piensa que es un matón. Pero si ven a un joven blanco vestido igual, piensan: Oh, puede ser Mark Zuckerberg [fundador de Facebook]’. Yo le contesté que era cierto y que era por una cuestión de racismo, y él dijo: ‘No, es porque no hemos producido suficientes Mark Zuckerbergs negros. Eso recae en nosotros”. Así que ambos ayudaron a crear en 2014 esta organización sin ánimo de lucro que enseña a programar a jóvenes negros sin recursos.La organización le dedicó en su web un sentido homenaje de agradecimiento a Prince tras su muerte, a los 57 años. «#YesWeCode quisiera honrar a Prince y agradecerle su inspirada visión».   El compromiso de Prince de asegurar que los jóvenes de color tengan voz en el sector tecnológico continúa impactando en las vidas de futuros visionarios creando la tecnología del mañana”. “Nunca quiso que el público supiera su faceta más humanitaria”, dijo Van Jones en televisión poco después de fallecer el artista, a causa de una sobredosis de opiáceo.Fuente: elpais.com