Para celebrar el matrimonio de la joven Kahiyang Ayu, hija de Joko Widodo, se organizó una fiesta masiva que duró varios días e incluyó una dote de 80 gramos de oro.
El pasado 6 de noviembre, según fuentes oficiales, una brigada antiterrorista indonesia detenía a un individuo que planeaba atentar durante la boda de Kahiyang Ayu, la hija mediana del presidente de Indonesia, Joko Widodo. El enlace prometía ser un evento multitudinario con asistencia de las principales figuras del país, y garantizar la seguridad se había convertido en la prioridad de las autoridades.Finalmente, dos días después, la pareja contrajo matrimonio sin incidentes acompañada de 8.000 invitados ilustres en el centro de la isla de Java. Ayu, de 26 años, la única mujer entre tres hermanos, se ha casado con Muhammad Bobby Afif Nasution, un empresario inmobiliario del grupo étnico batak, en una ceremonia de extrema opulencia que siguieron en directo millones de ciudadanos por la televisión.
Pero la boda fue mucho más que un «sí quiero». En octubre, los novios viajaron hasta Bali, Yogyakarta y Nusa Penida para posar en una sesión de fotos pre-boda caminando por la playa, acariciando crías de elefante y corriendo entre cervatillos. Para realizar las imágenes contrataron a una estilista y varios fotógrafos, los mismos que luego inmortalizaron la ceremonia y su desfile en carruaje por las calles. Las instantáneas fueron publicadas en el Instagram de Ayu, donde tiene más de 850.000 seguidores.
La noche antes de la boda, comenzaron los ritos de la boda javanesa. Los padres acompañaron a la novia durante varias ofrendas y gestos tradicionales marcados por el protocolo.El día de la ceremonia se organizó un desfile en la ciudad natal del presidente, Surakarta, en Java Central. La familia paseó por las calles en varios carruajes de caballos decorados con guirnaldas de flores, y según informa la BBC, el presidente contrató 50 carrozas para transportar a los invitados más ilustres. Los novios llegaron en coches separados.
Miles de personas se lanzaron a las calles para ver pasar a la pareja, mientras en Yakarta, otros cientos seguían los acontecimientos desde un restaurante del centro que había instalado una pantalla con la retransmisión. En sus casas, muchos ciudadanos prepararon banquetes y salieron con pancartas y globos de colores en honor a la pareja.El encargado de encabezar los ritos nupciales fue el propio presidente, y como testigos de la novia intervinieron el vicepresidente y el líder del Consejo de Ulema, el principal grupo musulmán del país que engloba a distintos sectores de esta religión. Tal y como marca la costumbre, la ceremonia, celebrada en Graha Saba Buana, el mismo edificio donde se casó su hermano mayor en 2015, dio comienzo con la intervención de un general del ejército, quien pidió a los padres que dieran el permiso para que la novia contrajese matrimonio.
Resulta curioso observar el Instagram de Ayu. Su perfil es una ventana a su vida sorprendentemente honesta. Publica selfies sin maquillaje, posados irónicos con bolsas de patatas fritas (o su equivalente), participaciones en programas de YouTube, fotos con sus padres, imágenes de gatos, y todo tipo de instantáneas sin filtro ni mayores pretensiones.Kahiyang conoció a Bobby cuando estudiaba en la Bogor Agricultural University en 2015, según medios locales. El anuncio de la boda, revelado el pasado junio, causó conmoción entre las redes sociales, expectantes ante lo que esperaba ser el evento de la década.
Joko Widodo llegó a la presidencia de la tercera mayor democracia del mundo y el país con más musulmanes del planeta en 2014, tras haber sido gobernador de Yakarta y alcalde de Solo. Fue el primer presidente ajeno a los círculos del poder y muchos lo compararon con Obama por su raíces no convencionales. No provenía del ejército, y había trabajado como exportador de muebles y madera. Las crónicas de su triunfo electoral calificaban su ascenso de meteórico. Se ganó el favor del público gracias a la narrativa de sus inicios: creció en chabolas ilegales a la orilla del río. Entre sus retos actuales está atajar el problema de tráfico y consumo de drogas que afecta a la nación, una labor para la que muchos esperan que no adopte medidas como las de Rodrigo Duterte de Filipinas.En los próximos días tendrá lugar la segunda parte de la boda en Medan, lugar natal de su ya esposo. Según cifras de un periódico de la zona, hay 500 periodistas registrados para el nuevo evento y han preparado alrededor de 14 carpas para albergar a los invitados. Promete ser igual de espectacular.
Fuente: revistavanityfair.es