Carnaval, un negocio lucrativo, comparsas se alistan para los tres días de alegría y mojazón


Estas son las fechas más esperadas por trabajadores eventuales.



Ref. Fotografia: Se espera el gran corso cruceño y el inicio del feriado carnavalero.

Se siente la época de carnaval y los costos de carros, casacas, bebidas, entre otros se flexibilizan para ganar la atención de los comparseros. Estos negocios mejoran sus ventas en los tres meses anteriores a la fiesta grande. Sin embargo, algunos rubros sufren las consecuencias del jolgorio y el olvido de las tradiciones por parte de las agrupaciones juveniles.



Vestuario. Los bordados de trajes y vestidos para lucir en las cuatro precarnavaleras, el gran corso y fiestas en las ciudadelas y pueblos son uno de los rubros que mayormente adquieren sus mejores pedidos desde el mes de enero. Helen Cuéllar, diseñadora y propietaria de la tienda que lleva su mismo nombre, menciona que está trabajando con varias comparsas de la zona del Norte, la Chiquitania y Pando. Sus trajes bordados a mano son confeccionados por cinco personas que conforman su equipo y poseen distintas temáticas y colores. Usualmente, los vestidos son adornados con lentejuelas, bijoutería y plumas. Los costos varían según los accesorios que acompañan al traje. “Vendemos vestidos con sus espaldares, esos están desde 500 a 3000 dólares dependiendo el tamaño y los materiales que se utilizan, después solo con tocado están en 1.000 y 1.500 bolivianos”, recalca. Durante todo el trayecto de la calle Ballivián y sus alrededores existen otros locales que ofrecen trajes en alquiler y vestimentas típicas, ese es el caso de Bordados Imperial que gana más en el mes de febrero que en otros meses del año. Sus vestidos son usualmente llevados al campo y cuestan entre 100, los tipoys sencillos, a 1.200 bolivianos los más elaborados.

Casacas. Los diseños personalizados y la confección de casacas, bolsos y pañoletas son los distintivos que optan lucir las comparsas durante los tres días de mojazón. Son distintas las tiendas de serigrafía que se encuentran ubicadas en la zona del 7 Calles primer anillo y los precios varían entre 60 a 90 bolivianos arriba de las 20 y 50 personas. En el local Tecno-Con tienen combos especiales que incluyen los accesorios carnavaleros, además de la casaca, y comentan que para confeccionar y sublimar las telas tardan alrededor de una semana. Otra tienda que ofrece sus servicios en estas temporadas es Vist t Bigote que actualmente está trabajando con un aproximado de 50 comparsas con más de 200 personas en cada una y cuenta con un equipo de diez trabajadores.

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Carros alegóricos.  Este sector presencia un declive en cuanto a la cantidad de comparsas que requieren sus servicios debido a que las estructuras de hasta 12 metros de altura, las cuales, adornaban el paso de los comparseros y sus soberanas durante las cuatro precarnavaleras  y el Gran Corso están fuera del presupuesto de las agrupaciones. Yuliana Ribera, hija de don Néstor Ribera quien antes construía carros alegóricos para las principales comparsas, actualmente, solo se dedica a una sola obra cuando antes construían hasta diez. Ribera opinó que la poca demanda es el producto de que las comparsas se están juntando y solo construyen un único ejemplar o les dan mayor importancia a los camarotes. También agregó que  invierten más en los garajes y en traer artistas para los conciertos que en carros. Los costos varían por la temática y van desde 2.000 hasta 9.000 dólares para el corso y desde 10 mil bolivianos carros infantiles, por cada carro tardaban un máximo de dos semanas con un equipo de siete personas.

Sillas y mesas. El negocio de sillas y mesas se ve perjudicado con el alquiler de sus elementos debido al frenesí que conlleva la celebración carnavalera, por tal motivo, varias tiendas se niegan a fletar sus muebles durante los tres días de feriado. La propietaria de Merly Eventos evidenció la falta de compromiso y respeto por la propiedad ajena, “un año me pasó que las sillas me las devolvieron sin patas y nadie se responsabilizaba en devolvértelas, también, y hay quienes se niegan a dejar garantías, salimos perdiendo”, critica. De igual manera, Jimena Maldonado, propietaria de 4 Hermanos Eventos, afirmó que hace tres años le devolvieron las sillas todas pintadas y a pesar que les dio seis lavadas, seguían con la pintura y eso no cubría la garantía. Sin embargo, la Agencia El Trompillo pide una constancia dependiendo la cantidad de sillas y mesas alquiladas que va desde los 400 bolivianos. «El año pasado trabajamos con 20 comparsas alquilando entre 20 a 100 sillas según el número de comparseros», menciona.  Del mismo modo, alquila entre 10 a 20 toldos de distinto tamaño variando su costo desde  400 a 500 bolivianos, Julio César, propietario de la agencia, indica que las ganancias dependen de la promoción y el costo que se les da a las agrupaciones ya que existe no más competencia en este sector.

Bebidas. Es posible que este sea el sector que  incrementa un buen porcentaje en ventas. La Agencia Romero, ubicada en la doble vía a La Guardia sexto anillo, demuestra que vende mínimamente 2.000 cajas cada semana, mientras que la Agencia El Trompillo comercializa entre 10 a 15 fardos y  aseguró que el año pasado vendieron mil canastillas a distintas comparsas. 

Los precios por fardo de 40 botellas varían entre 480 a 500 bolivianos y por caja lo venden a 160. 

Experto. Germán Molina, analista económico, determinó que el carnaval cruceño tiene un impacto indirecto y directo en el movimiento económico un año antes que se efectúe la fiesta debido a las inversiones que realizan las comparsas para participar de todos los eventos fijados por la Asociación de Comparsas Carnavaleras (ACCC). Por otra parte, el turismo que genera el carnaval en el país es otro punto positivo para la economía nacional. El motivo principal es el atractivo que se tiene a nivel cultural y la amplia gama de opciones que existen en esta fecha. Según Molina explica que en el país se tiene una fuerte cultura y tradiciones que son atractivos para los turistas y que cada departamento muestra una distinta perspectiva de la fiesta. «En Bolivia, se puede apreciar la diversidad cultural e histórica. El carnaval de Oruro, por ejemplo, es una muestra catalogada como patrimonio de la Humanidad porque contiene en sus bailes mucha simbología religiosa como ser la diablada que es una representación del bien y el mal. Santa Cruz, por otro lado, ofrece la posibilidad de confaternizar,y disfrutar durante los días de jolgorio mientras que en sus danzas muestran la historia de la Chiquitania y Vallegrande», relata con énfasis. «Otro ejemplo es el carnaval de La Paz que está volviendo a retomar las tradiciones de la época colonial y republicana. En Cochabamba se tiene la entrada de entradas donde representan a los nueve departamentos. En Tarija está la fiesta chapaca. Entonces es una riqueza festiva», finaliza. 

Importante

Vestimenta. Su costo varía según los complementos y materiales de confección, los precios están entre $us 500 a 3.000.

Fuente: eldia.com.bo