La socialité está realmente comprometida con llevar a cabo este sueño profesional. Y si para ello tiene que poner firmes a unos miles de trols, los pone.
Nadie se ha quedado indiferente tras conocer la semana pasada que Kim Kardashian había decidido empezar a estudiar derecho por aquello de tener algo a lo que dedicarse cuando su fama empiece a decaer.
La mayoría recibió esta iniciativa con aplausos, alabando que **alguien como ella, que perfectamente podría dejar de trabajar ahora mismo** y vivir el resto de su vida sin estrecheces, tuviera estas inquietudes académicas.
Pero por supuesto, nada más publicar Vogue USA la entrevista donde desveló este dato también aparecieron por las redes de Kim un buen puñado de detractores riéndose de ella e incluso acusándola de ser una mentirosa ya que, según muchos creen, es imposible sacarse este título sin haber terminado la universidad.
Y aunque efectivamente ella nunca se graduó, hay caminos que permiten que alguien que no terminó la carrera puede ejercer de abogado. Motivos que Kim ha desvelado en un contundente comunicado en sus redes sociales para defenderse de todos estos ataques tan gratuitos.
“El año pasado me matricule para estudiar derecho en California. Eso significa que durante los siguientes cuatro años, tal y como exigen en la facultad, debo dedicarme durante un mínimo de 18 horas a la semana a responder un montón de test tanto por escrito como orales”, explicaba la mujer de Kanye West.
“Ahora que mi primer año está a punto de concluir, me estoy preparando para el primer examen de abogacía, que es una pequeña versión del que haces cuando terminas. Todo el mundo tiene que aprobarlo para poder ejercer como abogado. Cuento esto porque estoy leyendo muchísimos comentarios asegurando que si estoy en esta facultad es gracias a mis privilegios como famosa o a mi dinero. Pero os aseguro que no es el caso”, continúa.“He llegado a leer a una persona diciéndome que debería ‘quedarme haciendo lo que sé hacer’. Quiero que la gente entienda que no debería haber nada que te limite a la hora de intentar alcanzar tus sueños. Más que nada porque a los que corrigen los exámenes de abogacía no les importa quién eres”, asegura.“Es cierto que no terminé la universidad. Pero solo necesitas 60 créditos universitarios (yo tenía 75 cuando abandoné la carrera) para participar en ‘leer la ley’, que es una escuela de derecho en la que te enseñan abogados que trabajan en algún bufete”, aclara.“Para cualquiera que asuma que esta es la salida fácil, no lo es. Mis fines de semana los paso lejos de mis hijos mientras leo y estudio. Trabajo todo el día, acuesto a mis hijos y me paso las noches estudiando. Hay veces que me siento abrumada e incluso con ganas de abandonar, pero por suerte estoy rodeada de un grupo de gente que me apoya muchísimo”, confiesa.“Me he comprometido tanto a cumplir mi sueño que el año pasado incluso cambié mi número de teléfono para desconectarme de todos y de todo. Así que ya lo sabéis, nunca es tarde para intentarlo”, concluye.
Fuente: revistavanityfair.es