Ni siquiera los gobiernos más “neoliberales” del pasado invocaban tanto el nombre de los organismos financieros internacionales como el FMI o el Banco Mundial, como lo hacen los actuales revolucionarios socialistas, que no paran de brotar pecho por los índices macroeconómicos, que en realidad son un patrimonio nacional desde 1985. Desde ese año Bolivia tiene una de las economías más estables del continente, con algunos picos de crecimiento logrados sin la ayuda del impresionante caudal de ingresos que se dió en los últimos 14 años. Pero la situación puede cambiar, de acuerdo a los más recientes pronósticos del FMI, que acaba de bajar las previsiones de crecimiento de la economía nacional por debajo de cuatro por ciento. Pésimas noticias a pocas horas de las elecciones.
Fuente: eldia.com.bo