El influencer Tata Quispe: “Soy la pitita que une a k’aras e indios”


El aymara de 50 años es destacado por su lucha indígena. Pero también es acusado de ser “el tata-mamón” y el “Cholo Juanito de la política boliviana”.

El influencer Tata Quispe: “Soy la pitita que une a k’aras e indios”
Foto: ABI

Roxana Pomier  / La Paz

Niños aterrados. Llanto de madres e hijos en medio de gases lacrimógenos. Esas “imágenes de horror” le cambiaron la vida. Desde hace casi 10 años, Rafael Quispe se motiva al recordar el sufrimiento de los indígenas del Tipnis que fueron reprimidos en Chaparina (2011). “Nunca olvidaré su dolor, por eso me metí a la política”, rememora el Tata influencer, mientras alista sus maletas para volver a su natal Sicuypata, en Coro Coro.



 “Me voy al campo, con mis chivos”, su “tribu”,  cuenta. Destituido del cargo de director del Fondo Indígena, Quispe es contundente: “Desde mi tierra seguiré luchando para que Evo no vuelva. Yo soy la pitita que une a los k’aras con los indios”.

Deja el Fondo de Desarrollo Indígena (FDI) por incumplir  con el Decreto Supremo 4200 de la cuarentena al participar en una masiva reunión de la comunidad de Marquirivi del municipio de Achocalla, el 11 de abril.

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 “No me sacaron por corrupto, por ladrón o por violador. Fui destituido por llevar información y alimentos para mis hermanos”, aclara.

 Pero el aymara de 50 años de edad tiene otras denuncias en su contra. Según la Fiscalía tiene procesos por un presunto caso de uso indebido de influencias en 2012 y por violencia y acoso político (2015) en contra de Felipa Huanca, la exdirectora del FDI, condenada por corrupción.

“No me pregunten de ella”, esa es la frase de uno de sus tapabocas para recordar ese episodio.

“Me hizo citar a una audiencia y el juez me dijo que no podía hablar de ella, por eso me puse esa frase”, explica el paceño.

 Rafael Quispe Flores (24 de octubre de 1969) es del ayllu Sicuypata, de la marka Caquingora, del suyu Pakajaqi, del Municipio de Coro Coro, ubicado en la Provincia Pacajes, en  La Paz.

“Fui ejecutivo del Conamaq (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu). Fui cinco años diputado. Hemos estado en huelga de hambre pidiendo que se vaya Evo Morales. Estuvimos a cargo del fondo indígena”, se describe.

 Sin embargo, sus detractores lo dibujan como “el tata-mamón”, el “Cholo Juanito de la política boliviana, que ha jugado a sacarle provecho a los estereotipos racistas”, según  Carlos Macusaya, escritor indianista.  Otros lo identifican como una especie de souvenir político que está al servicio  del actual gobierno de Jeanine Áñez.  “No me voy dolido. Hay un entorno que le está haciendo equivocar a la presidenta”, advierte.

 Luego aconseja al Gobierno:  “Hay que volver a la lucha, hay que dar un golpe de timón porque la lucha no es solamente de un partido, la lucha es de los dos tercios del pueblo boliviano que no podemos defraudar. Hay que volver al camino que hemos luchado, que Evo no vuelva”.

 Ataviado con su sombrero negro dice que su lucha continúa, desde su mejor claustro. “Por ahora no puedo hacer nada, tengo que estar con mis chivos. Después de la pandemia  del coronavirus continuaré en la política.”, resalta. “Tengo que volver al campo”, refuerza Quispe, quien entre risas se niega a hablar de su familia. “Eso no se dice (ríe). Tengo esposa e hijos grandes, por eso tengo que volver al campo”, acentúa. Ejerce el chacha – warmi (hombre-mujer, en la cultura aymara).

 Como  luchador por los derechos de los pueblos indígenas,  la madre tierra y un antitransgénicos, dice que toda su pelea está ligada a su familia. En 2011 fue parte de  la marcha de indígenas del Tipnis que se dirigía a La Paz para exigir respeto a su territorio y evitar que se construya una carretera en su hábitat.

 “El mayor dolor fue que el gobierno indígena de Evo Morales haga masacrar y apalear a los indígenas. Yo estaba con ellos, con mi mujer y mis hijos. Estábamos todo en tranquilidad y paz. El Gobierno arremetió con la policía y  se llevó a gente con rumbo desconocido. No hay justicia. Eso le hizo Evo a los indígenas”, recuerda y el silencio se impone en su relato.

 Ese episodio aún es su aliciente. “Esos niños y mujeres nunca, seguramente, vieron un gas lacrimógeno. Nosotros estamos acostumbrados, pero ellos nunca vieron eso. Yo estaba ahí. Los niños lloraban y lloraban. Ellos nunca olvidarán lo que pasó. Quedaron traumados porque los apalearon y los asustaron. Eso me empujó a la política”, evoca.

 Pero su motor también es la decepción. “Nosotros promovimos a él (Evo Morales) como Presidente. Participamos, como Conamaq, en la Asamblea Constituyente. Pero en 2010, cuando quiso construir la carretera, nos alejamos de él”.

 Entre la paja brava y sus chivos,  con su celular como arma,  apela a las redes sociales para difundir su lucha. “En los siguientes días se sabrá más sobre mi trabajo y sobre la plata que saqueó el MAS del Fondo Indígena.  Recuperamos 22 millones de bolivianos, que es muy poco. Habrá sorpresas en estos días o después de la pandemia. El MAS se robó  millones, eso mostrará una auditoría porque instruí auditorías que arrojan eso”, alerta y después destaca: “Página Siete hizo mucho trabajo, mucho trabajo de investigación sobre ese tema de corrupción”.

 En su Sicuypata -la tierra de sus estudios, su servicio militar y donde se hizo productor agrícola- planea meditar para  evitar “el retorno de Evo, el delincuente confeso, como él dijo. Su base quedó abandonada. Él se hizo el machito cuando estaba en el poder, pero cuando lo perdió, se escapó, eso no debe hacer un líder”. Después de guardar en su bolso de aguayo las hojas de coca que le ayudan a combatir el sueño y leer la suerte, Quispe atiende el llamado de Página Siete. “El entorno de Áñez le puede llevar a ese momento de inflexión y cuando te pasas, ya no hay retorno”, advierte luego  de ver sus “coquitas”.

“Yo soy la pitita que une los k’aras con los indios, oriente y occidente. Tenemos que ser uno solo. El objetivo es uno, el bienestar del otro. Basta de izquierda y derecha, hay que apostar por la ciudadanía”, cierra.

HOJA DE  VIDA

  • Nombre Rafael Arcángel Quispe Flores.
  •  Lugar y fecha de nacimiento En Coro Coro, La Paz, el 24 de octubre de 1969.
  •  Trayectoria Es un político aymara. Fue diputado en la Asamblea Legislativa. Fue director  del Fondo Indígena en el gobierno de Jeanine Añez.

Fuente: paginasiete.bo