El ATPDEA, ahora sí, está en peligro

Subeditorial La Razón.

El congresista norteamericano Dan Burton, del Partido Republicano, propuso formalmente que una eventual ampliación de la vigencia del ATPDEA excluya a Bolivia, como respuesta a la expulsión del embajador de EEUU en Bolivia, Philip Goldberg.

Al expulsar al diplomático, el gobierno de Evo Morales sostuvo que el gesto no suponía necesariamente una ruptura de relaciones, pues era sólo una reacción ante un comportamiento provocador del embajador.



Pero el Gobierno de EEUU pidió las pruebas de la presunta intromisión de Goldberg en la política boliviana y, según se sabe, ninguna fue presentada hasta el momento, al margen de los argumentos expresados de manera informal a través de páginas solicitadas de prensa.

A eso se debe, seguramente, que en EEUU estén comenzando a surgir propuestas para castigar a Bolivia por aplicar una sanción a Goldberg sin haber probado sus acusaciones.

De todas las repercusiones que podría tener el gesto del Gobierno nacional, la relacionada con el ATPDEA amenaza con convertirse en la más dura. Apunta a afectar las exportaciones surgidas de pequeñas empresas bolivianas.

Son miles los ciudadanos que, habiéndose beneficiado de las exportaciones a EEUU con liberación de aranceles, podrían verse perjudicados en el caso de que Bolivia fuera excluida de los alcances de una eventual ampliación del ATPDEA.

Es probable que otra decisión de la diplomacia estadounidense consista en reducir los programas de ayuda económica concebidos como una recompensa por la reducción de cocales en el territorio nacional.

Lo adecuado ahora es que la administración de Morales entregue las pruebas —que debe tener— de la participación de Goldberg en planes separatistas de Bolivia. Exhibirlas permitiría al Gobierno mostrar que sus acusaciones tenían fundamento y que, por lo tanto, no corresponde que EEUU aplique represalias, como las de expulsar al embajador boliviano.

La otra opción sería pedir disculpas, pero eso no resolvería nada pues Philip Goldberg ya no volverá a Bolivia y las relaciones entre los dos países quedarán de todos modos dañadas.