Ordenes para reprimir y bonos venezolanos causan malestar en oficiales de las FF.AA.

Todavía en voz baja, en las diferentes unidades militares se comienza a expresar el malestar por el uso y abuso de la institución que está haciendo el gobierno del MAS para reprimir las protestas regionales y se cuestiona también la total sumisión del Alto Mando ante el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, a quien consideran un desertor, en realidad fue dado de baja por irregularidades en su desempeño como oficial.

En las conversaciones que se deslizan en las reuniones informales se critica también que Bolivia no haya adecuado su doctrina militar a la actual situación existente en la región y, en los hechos, se haya adscrito a la doctrina venezolana que prioriza una confrontación con los Estados Unidos.

La opinión generalizada es que la participación de las FF.AA. en la represión de conflictos puede afectar gravemente la imagen institucional, la cual ya fue severamente dañada en los sucesos de octubre de 2003.



Al Ministro de la Presidencia y ex militar, Juan Ramón Quintana, lo consideran un «resentido» que quiere perjudicar a una institución a la que nunca llegó a asimilarse y de la que se desvinculó totalmente para asumir solo cargos administrativos en el Ministerio de Defensa, asesorando a los gobiernos neoliberales en materia de seguridad nacional. No es un secreto que Quintana fue el protegido de la familia Banzer Prada durante el gobierno del General.

Las críticas están dirigidas también contra el ministro de Defensa, Walker San Miguel, de quien, dicen, tiene un pequeño grupo de oficiales allegados a los que favorece con cargos de importancia y les proporciona discrecionalmente becas de estudio en el exterior, por encima de quienes realmente lo merecen.

Los «bonitos venezolanos», es otro tema de conversación entre los oficiales y clases, y que contribuye al malestar interno. Los dólares «bolivarianos», miles por cierto, llegan a los bolsillos de Comandantes, jefes y algunos oficiales privilegiados del entorno gubernamental, en tanto el resto «pone el cuero» frente a los conflictos y los pagos «extras» no aparecen, según comentan los militares jóvenes, cada día mas molestos por esta situación.