Un venezolano es el jefe de la diplomacia boliviana

Si alguien tenía alguna duda sobre la evidente injerencia de Venezuela en los asuntos internos de Bolivia, esta ha sido totalmente despejada y fue el propio presidente de ese país, Hugo Chavéz el que se encargó de hacerlo.

Esta vez si que el mandatario venezolano se salió de madre y llegó a amenazar hasta con una intervención militar a Bolivia sin que ninguno de los funcionarios gubernamentales digan esta boca es mía. Tal nivel de dependencia y sumisión no se había dado aún en épocas de Mariano Melgarejo, patético gobernante de triste memoria para todos los bolivianos.

Es tal la sumisión de don Evo, que la expulsión del embajador de Estados Unidos respondió a una acción exclusivamente coordinada con el «jefazo bolivariano», a tal punto que el pobre canciller Choquehuanca ni se enteró del asunto, precisamente mientras conversaba con Goldberg, en el palacio Quemado el presidente anunciaba la expulsión de este. Al malparado jefe de la diplomacia boliviana no le quedo mas remedio que apoyar,luego, la decisión del gobierno.



Horas después el presidente Chávez asumía similar medida en su país, es decir, un show mediático que, a estas alturas, no convence ni al más ingenuo. Se sabe que aunque insulte a los norteamericanos llamándoles «yanquis de mierda» sigue haciendo millonarios negocios petroleros con este país.

A Chávez se le puede reprochar todo menos que no sea absolutamente claro respecto a lo que pretende. Su intención de crear un foco de violencia en Bolivia ya fue anunciada en varias oportunidades en el pasado inmediato y los sumisos y serviles gobernantes consideraron esto como una muestra de cooperación «desinteresada».

Chávez no es solo un vocinglero y pintoresco personaje. Los recursos petroleros que utiliza discrecionalmente para satisfacer sus ambiciones mesiánicas, lo hacen potencialmente peligroso.

No olvidemos a que extremos llevó al mundo un personaje al que nadie dio importancia en un principio. Los encendidos discursos pueden ser un preámbulo de lo que puede venir si es que no se toman medidas a tiempo y Hitler es un claro ejemplo de esto.

El presidente venezolano no solo tiene desmedidas ambiciones que lindan con lo patológico. Tiene también grandes recursos provenientes de la riqueza petrolera de su país y, al parecer, no dudará en usarlos para incendiar esta parte de América. Corresponde a los bolivianos decidir si seremos simples instrumentos de un individuo cuya estabilidad mental es claramente dudosa.