El litio y el uranio en el futuro nacional

Los Tiempos

Editorial



Tanto en el caso del litio y como el del uranio las investigaciones, negociaciones y concesiones se realizan a espaldas del país, situación favorecida porque la atención general está concentrada en temas más pedestres

En tiempos de cambios intensos como los que se vienen produciendo a escala planetaria, los intelectuales, políticos y empresarios del mundo dedican gran parte de su atención a reflexionar y buscar respuestas a los múltiples desafíos que plantean las nuevas circunstancias.

Bolivia no es una excepción, sólo que absorbidos como estamos por los entuertos de la política cotidiana, poco tiempo nos queda para ver más allá de nuestro limitado horizonte geográfico y coyuntural, aunque no por eso deja de ser importante el contexto económico y político internacional que influirá en nuestro futuro seguramente más que todo lo que hagamos, pensemos y digamos desde nuestro enclaustramiento mental.

Muchos ojos del exterior están puestos sobre Bolivia y no sólo por el exótico espectáculo que dan nuestras disputas internas, sino, y principalmente, porque independientemente de ellas hay una realidad que importa mucho a quienes se ocupan de rediseñar el futuro del planeta.

Dos noticias que han pasado desapercibidas para nosotros son un ejemplo de lo dicho. Una se refiere a que la crisis energética, sumada a la económica, ha acelerado el proceso que conducía a la masiva utilización del ion-litio como una de las principales alternativas al petróleo.

Eso ha ocasionado que el litio suba su precio desde los 350 dólares que costaba en 2003 hasta los 3.000 dólares que vale en la actualidad.

Al referirse al tema, un diario español, la Gaceta de España, pronostica que Bolivia podría convertirse en la Dubai de 2050, en referencia a la exuberante ciudad progresista del complejo de Emiratos Árabes Unidos.

Lo que da pie a tales previsiones es que los grandes fabricantes de vehículos (General Motors, Chrysler, Toyota, Renault, Nissan, Volkswagen), han entrado en la carrera por tener en el mercado una unidad eléctrica y coinciden en que las baterías de ion-litio se perfilan como la mejor fuente de energía.

Como era de prever en ese contexto, la carrera para tomar posesión del Salar de Uyuni ya se ha iniciado y son muchos los hilos que se mueven, generalmente detrás de bambalinas, en el tablero económico y político.

Similar es el caso, pero con una trascendencia muchísimo mayor, pues en este se involucran factores extra económicos, como los geopolíticos por su potencial uso bélico, de la confirmación de la existencia de yacimientos de uranio en territorio nacional.

Se sabe por fuentes externas, pues el tema es tratado con gran cautela por las autoridades y técnicos del gobierno, que ya están en marcha negociaciones con empresas y países para explotar ese mineral radiactivo.

En ambos casos las investigaciones, negociaciones y concesiones se realizan a espaldas del país, situación favorecida porque la atención general está concentrada en temas más pedestres.

Grave error el que estamos cometiendo pues, como ya dijimos, estos temas y la manera como se los encare, serán sin duda más relevantes para el futuro nacional que las piruetas político-leguleyescas de cada día.