El país que marcha

Editorial de El Nuevo Día.

Evo Morales encabeza la marcha de milicianos que van camino a cercar el Congreso, sin la menor carga de conciencia. Está convencido de que esa es la manera de refundar el país. Quiere conseguir la segunda independencia de Bolivia. Quiere cambiar la historia del país. La gente que lo sigue le cree, pero no deja de cobrar sus viáticos y demás estipendios, a cambio de ir a sembrar el terror entre los paceños.



A pocos kilómetros de Caracollo, el punto de partida de la marcha, algunas minas han comenzado a hacer despidos porque los precios de los minerales han caído a tal punto, que los costos de producción ya no les permiten seguir operando. Las luces rojas comenzaron a centellear hace varias semanas, pero nadie en el Gobierno atendió las señales de emergencia de los centros mineros, porque todos estaban muy ocupados, en cercos, en marchas, en milicias, hablando de cementerios y lápidas.

Evo Morales sonríe para la foto y dice sentirse orgulloso de encabezar a sus compañeros sindicalistas en su periplo hacia la sede de Gobierno. Le han dicho que la economía boliviana está “blindada” contra la crisis mundial y que aquí no pasará nada. Tal vez no le han comentado bien lo del precio de los minerales, fenómeno directamente relacionado con el derrumbe bursátil que tiene en aprietos a los líderes de todo el planeta, buscando soluciones y cómo reducir el impacto en sus países.

Ese país que marcha y que sigue a Evo Morales, tampoco tiene conciencia de lo que ocurre con el abastecimiento de carburantes. Hasta ahora todos entendían que la falta de diesel, gasolina y gas licuado estaba relacionada con los bloqueos de caminos y hasta se habló incluso de “mala leche” del Gobierno contra el oriente boliviano. Hoy ya no se puede ocultar que el origen de todo es que la baja producción de hidrocarburos está afectando también a los líquidos, como la gasolina, un combustible que no había escaseado en Bolivia desde los años 50 del siglo pasado. La prueba es que los “cuates” de El Alto y La Paz también están haciendo colas, y YPFB tiene lista la orden de importación de gasolina. ¡Histórico!

Al Presidente le han dicho que las reservas internacionales del país, que alcanzan el nivel histórico de 7.800 millones de dólares, son un colchón formidable para amortiguar el golpe que tiene a mal traer a los “capitalistas” del norte. Lo que no se menciona es que la deuda interna que ha acumulado el Estado Nacional también es histórica y está por tocar los 5.500 millones de dólares. Sumada a la deuda externa, la cifra empata el monto por el que brota pecho el Primer Mandatario.

Evo Morales ya tiene sus diez mandamientos. Los expuso ante las Naciones Unidas y asegura que está liberando a un pueblo, como lo hizo Moisés con los israelitas. La crisis económica que se avecina nos pone al frente de un extenso desierto, como el que tuvieron que atravesar los judíos antes de llegar a la tierra prometida tras una caminata de 40 años. ¿Querrán cruzarlo los marchistas? ¿Acompañarán a su líder hasta el final? ¿Quién hará llover el maná? ¿Chávez? ¿Con el precio del petróleo derrumbándose?

Evo Morales sonríe para la foto y dice sentirse orgulloso de encabezar a sus compañeros sindicalistas en su marcha hacia la sede de Gobierno. Le han dicho que la economía boliviana está “blindada” contra la crisis mundial y que aquí no pasará nada. Los datos dicen lo contrario.

¡Preparad la hoguera!

Bajo el Penoco

El MAS no sólo quiere monopolizar el ejercicio de la justicia para convertirse en dueño de la libertad de los demás, sino también reinventar las definiciones, entre ellas la de “periodista”. El viceministro de Gobierno, Rubén Gamarra, justificó el secuestro del riberalteño Jorge Melgar argumentando que no se trata de un periodista, sino de un activista político. Dijo que no es comunicador porque no está afiliado a ninguna organización gremial ni profesional relacionada con el oficio y que tampoco tiene un título académico que lo acredite para ejercer periodismo. Con ese justificativo podrían organizar un gran desfile a Chonchocoro y quedarían muy pocos para trabajar en los medios de comunicación. Además ¿qué quiso decir este señor? ¿La libertad de expresión sólo está permitida para los periodistas titulados y agremiados? ¡Preparad la hoguera!

La frase

“Es urgente asumir de manera conjunta, sector público y privado, acciones inmediatas de gran envergadura frente a esta grave situación”.

Mauricio Roca, presidente de la CAO.