La catástrofe se acerca y el gobierno aplica la política del avestruz

El gobierno del MAS ha desnudado sus más que visibles falencias en materia económica y ha confirmado lo que todos sabíamos: el presidente Evo Morales no tiene una política económica adecuada o, mejor, no tiene ninguna política económica.

Aunque parezca increíble, en el Ministerio de Producción ni en el de Hacienda, no existe un plan para enfrentar lo que ya se veía venir. La suspensión de las preferencias arancelarias (Atpdea) para la exportación de productos hacia los Estados Unidos y la crisis financiera mundial prácticamente coge al país en pañales a causa de un gobierno cuya principal preocupación parece ser lograr la reelección presidencial.

Si bien diversos funcionarios, entre ellos el propio presidente Morales, anunciaron en forma reiterada que ya existen mercados para reemplazar al de Estados Unidos, eso ha resultado no ser cierto al punto que Hugo Chávez, el principal aliado del gobierno del MAS ha rechazado el ingreso al mercado venezolano de los textiles bolivianos. Es claro que la solidaridad chavista solo llega al punto de querer sumir a Bolivia en un baño de sangre.



De igual forma se hace esperar una respuesta del gobierno brasileño aunque ya se sabe que esta será negativa por cuanto los productos que podría ofrecer Bolivia, son también fabricados en ese país en condiciones mucho más ventajosas.

Lo cierto es que don Evo se cree todos los cuentos (y los repite a los incautos bolivianos) que, con palmaditas de hombros de por medio, le hacen sus colegas presidentes en los variados encuentros internacionales donde se presenta como "víctima" del imperio y de las "oligarquías" bolivianas. La realidad es diferente.

El panorama en la minería es también nada prometedor debido a la caída de los precios de los minerales, particularmente el zinc, aspecto que de acuerdo a un informe conocido en el Ministerio de Minería podría comprometer el funcionamiento de la propia fundición de Vinto.

Mientras tanto se ha informado que,otra vez, una frondosa delegación del Ministerio de Hacienda, encabezada por su titular Héctor Arce, viajará a los Estados Unidos para intentar revertir la decisión de suspender las preferencias arancelarias, aunque por las pocas posibilidades de éxito se pinta más bien como una visita de turismo.

Sin embargo esta situación parece no preocupar mucho al gobierno y hasta da la impresión que los ministros hasta ahora no han logrado captar la magnitud del problema que se acerca y como siempre están más atentos y dedicados a impulsar un sistema hegemónico y a perpetuar en el poder a Evo Morales.

Cuando se menciona la cantidad de desempleados a causa de la suspensión del ATPDEA y la caída de los precios de los minerales, el gobierno del MAS prefiere mirar hacia otro lado y seguir cumpliendo su papel de vendedor de ilusiones sin percatarse el costo que tendrá para el país y para ellos mismos el no poder satisfacer todas las expectativas generadas.