Se aplazaron sin derecho a desquite

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Detalle. Gente en canoas entre la supuesta balacera



La burda manipulación y tergiversación de los hechos ocurridos en la localidad pandina de Porvenir ha puesto nuevamente en entredicho a los ya ampliamente cuestionados medios de comunicación, antes del Estado y ahora del MAS.

Difícilmente los autores del spot en el que supuestamente se muestra la masacre en el río Tahuamanu hubieran podido actuar con mayor torpeza y como suele ocurrir en estos casos, se ha comenzado la lucha para deslindar y traspasar responsabilidades. En este como en otros casos, los masistas están demostrando que no tienen muchos escrúpulos o consideraciones si de salvar el pellejo se trata. Lo que si es seguro, es que alguna cabeza caerá y lo más posible que sea, como siempre, la de algún segundón que lo único que hizo fue obedecer órdenes.

Lo que queda absolutamente claro es que acostumbrado el gobierno a la propaganda inmediata y fácil, esta vez, se le fue la mano con el montaje, que al ser descubierto se transforma en una metida de pata que echa por el suelo la estantería que pretendió armar en torno a una supuesta “masacre” de campesinos y sobre la cual busca condenar al prefecto pandino Leopoldo Fernández.

Se ha constatado que las imágenes corresponden a una revista realizada por conscriptos de la Fuerza Naval antes de licenciarse en enero de este año y fueron proporcionadas por Carlos Arce Castedo, periodista que ocupó importantes cargos en Pando por su militancia en el MNR y en la actualidad es propietario de un canal de televisión en Cobija.

En esas imágenes se observa a un grupo de personas que se muestran demasiado tranquilas ante una supuesta andanada de balas ya que ni siquiera intentan huir o por lo menos zambullirse como haría una persona medianamente razonable para salvar su vida.

Las personas que están en la otra orilla a bordo de una canoa pescando, tampoco parecen inmutarse ante la feroz carnicería que está ocurriendo ante sus ojos. La verdad es que cada día nos volvemos más indolentes.

A parte del contenido por demás absurdo del spot en cuestión, se trata ahora de establecer responsabilidades y hasta el momento todos los dedos están apuntando hacia Johnny Delgado, director de Comunicación Social. El portavoz Iván Canelas, hasta hace unas horas tenaz defensor de ese engendro comunicacional que fue el spot, cambió una vez más de rumbo y se apresuró a indicar que la producción de la propaganda gubernamental no es de su responsabilidad.

En parte tiene razón don Iván, se sabe que el principal responsable de estas acciones es Juan Ramón Quintana, por cuanto la Dirección de Comunicación, los medios estatales y algunas consultoras y productoras,que funcionan con palos blancos (son de propiedad de funcionarios y periodistas del gobierno, entre  los que destaca un español), dependen en recursos y estrategias comunicacionales del ministro de la Presidencia, pero, como ha ocurrido en varios escándalos de corrupción que lo  involucran, se anticipa que este personaje quedará impune y, es más, contraatacará con otra infamia mediática.

Miente, miente que algo queda, decía Joseph Goebbels, ese inteligente canalla ministro de la Propaganda de Hitler. Los propagandistas de Evo Morales que quieren emularlo solo hacen el triste papel de canallas.