Silencio gubernamental

Editorial de El Diario.

La decisión del Gobierno argentino de reducir el Gasoducto del Norte Argentino (GNEA) por la falta de gas, debido a que Bolivia disminuye su producción, ha causado la protesta de los opositores a los gobernantes de turno. Las autoridades nacionales debieron haber asumido acciones a fin de que sean invertidos recursos económicos para cumplir con planes energéticos. Pero todo hace ver que los mismos no existen o han sido archivados, porque no están profesionales entendidos en la materia en los cargos ejecutivos correspondientes y es porque el gobierno del Movimiento Al Socialismo recurre sólo a militantes o afines a esa fuerza política. Es el caso de un técnico en informática que ocupó la Presidencia de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos o el de un capitán de Policía que fue designado para una gerencia, aunque correspondía a un entendido en la materia. Cuando el peligro acecha, las autoridades ocultan la cabeza, no dan a conocer la posición del Ejecutivo respecto a la reducción del ducto argentino.

El silencio gubernamental muestra que no existen técnicos en los cargos ejecutivos de la empresa fiscal del petróleo, ni en la Superintendencia de Hidrocarburos ni en el Ministerio del ramo, al parecer porque las designaciones son hechas para cumplir con los compromisos contraídos en las campañas electorales. Tomando en cuenta el dicho popular “zapatero a tus zapatos”, es necesario que las autoridades reflexionen sobre lo que están haciendo sino quieren conducir al país a un abismo. En lugar de buscar la confrontación con los opositores, el Jefe de Estado tiene que empezar a gobernar y dejar de lado el autoritarismo, la soberbia, el triunfalismo, el racismo y el odio político, que no benefician a la población que soporta la actual crisis.



Considerando que nuestro país no puede garantizar la provisión de gas natural a esa Nación en la cantidad comprometida, que es de 27 millones de metros cúbicos por día, a partir del 2010, el gobierno de la Sra. Cristina Kirchner determinó reducir la ampliación del Gasoducto del Norte Argentino. Esta decisión es el resultado de la confirmación oficial boliviana en sentido de que recién el año 2014 podrá entregar el volumen comprometido. Además también se procederá a la reducción de los equipos de compresión al igual que el diámetro de las cañerías. En días más se procederá al cambio de configuración del gasoducto y se analiza los nombres de las compañías que se adjudicarán las obras. La compra de los caños a una firma especializada, por casi 900 millones de dólares, quedó virtualmente anulada por la determinación gubernamental. Es decir que Bolivia no cumplió con sus compromisos contraídos, ni siquiera con los volúmenes actuales puede hacerlo.

Las autoridades del ramo optaron por el camino más fácil, evitar hablar sobre el problema . Pero deberían asumir su responsabilidad, porque el país está retrocediendo peligrosamente por la ineficiencia de algunos improvisados, lo que perjudica a todos los bolivianos. Lo peor es que algunas autoridades recurren a sus edecanes para evitar que los periodistas investiguen sobre el problema que tiene que ser de conocimiento de la población.

En cuanto al denominado Gasoducto del Sur, con una inversión de más de 20 mil millones de dólares, para transportar gas natural desde el Orinoco en Venezuela hasta Tierra del Fuego en Argentina, y que recolectaría el gas que producen Bolivia y Perú, además de otras naciones de la región, debía abastecer a la parte sur del continente americano. Así se quería garantizar el suministro de ese energético a todos los países que lo requieren, siendo el factor más importante para la integración de la región, tomando en cuenta que los Estados que producen gas enfrentan conflictos sociales. Ese proyecto que beneficiaría a nuestro país, prácticamente fue descartado, porque Venezuela está interesada en impulsar un proyecto para transportar gas venezolano hasta Brasil, Argentina y Uruguay, llevando por barcos Gas Natural Licuado (GNL) a plantas de licuefacción.

Mientras, los países vecinos están empeñados en desarrollar su industria hidrocarburífera, sobre todo gasífera, en Bolivia retrocedemos. En Brasil y Argentina se está construyendo plantas de licuefacción, las que formarán parte del plan que quiere hacer realidad el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, en detrimento de Bolivia. Las autoridades tienen la obligación de aclarar todo lo que viene sucediendo y dar a conocer la posición del país sobre el asunto mencionado.