Una gran marcha más

Editorial de El Deber.

Doscientos kilómetros entre Caracollo y La Paz son los que cubrirá otra gran marcha más de las tantas que ya pesan en el curso de nuestra historia presente. Otra gran marcha con los mismos actores, los movimientos sociales afines al gobierno, y esta vez para presionar a favor de la nueva CPE que, con la paternidad del oficialismo, se está revoleando desde hace rato, contra viento y marea y a instancias de los gobiernistas, en el cauto o indeciso ámbito republicano.

Entre marcha y marcha, siempre ruidosas, el país como que se mueve de espaldas a los serios problemas y a las reales dificultades que sacuden a otros pueblos de cualquier parte del planeta. Marchar, como se lo hace hoy en Bolivia, no es agua de borrajas. La crisis económica mundial que se desplaza a galope tendido, ya nos tiene virtualmente en sus garras, de cara a la hambruna y, por ese lado, punto menos que a merced de las enfermedades y de cualquier desenlace fatal. Mas ni esta visión que es apocalíptica nos frena en nuestra vocación de marchistas repletos de fervor o fanáticos más bien.



Llevamos casi tres años de intenso quehacer político en los estrados del poder y con marchas como instrumento inexcusable. En este lapso, no hay razón para ponerlo en duda, buenas oportunidades se nos han presentado como consecuencia de sentimientos solidarios que nuestra Bolivia, a veces hasta sin proponérselo, inspira en el vasto espectro internacional. Pero escaso provecho e incluso ninguno, logramos casi siempre de esas buenas y excelentes oportunidades. Y en lugar de hacer conciencia sobre nuestras fallas, se repitieron las marchas propiamente hasta la saciedad.

En círculos allegados al oficialismo masista se está revistiendo de espectacularidad la marcha que debe culminar con el cerco al Congreso Nacional. Para empezar, el propio jefe del Estado aludió a la marcha como un acto de hacer historia y por supuesto abundó en elogios y abrazos para congratular a los marchistas. En diversos frentes en que de manera habitual se cuantifican los movimientos sociales y políticos se calculaba en veinte mil el número de los marchistas que cubrirían los doscientos kilómetros entre Caracollo y La Paz para gritar presente en la histórica Plaza Murillo, donde está la sede legislativa. Hasta el peor informado puede caer en cuenta de lo que significa echar a andar a lo largo de caminos desérticos y en la aridez de las montañas, a veinte mil personas que desde luego tienen que comer y que beber bien para lograr la fortaleza física que necesariamente demanda una caminata semejante, por muy arrolladora que sea la causa que la motive.

Tres, cuatro, cuántos días, en fin, de marcha a paso firme y cuántos más los de vigilia que se pretende que los marchistas, por propia determinación, guarden frente a las instalaciones del Congreso. Son emprendimientos mayúsculos que no se encaran sólo con salves y avemarías, que demandan mucho, muchísimo más, en fortaleza y recursos económicos.

Para tan costosa gimnasia, que se da con sorprendente frecuencia, ¿está preparado país alguno como el nuestro y en este tiempo de tan insostenible crisis económica?

  Tres en Uno  

El plan que hace falta

El municipio de Santa Cruz de la Sierra tiene previsto invertir el próximo año  $us. 3.500.000 en un plan para la semaforización de la ciudad, en procura de solucionar el cada vez más agravado problema de la circulación vehicular en la capital cruceña. Se trata de conseguir que los semáforos funcionen en red a través de un sistema computarizado que permita sincronizar el tiempo del cambio de luces de los semáforos según el flujo de los motorizados, evitando el congestionamiento de éstos.

Bienvenido el plan, aunque paralelamente habrá que implementar otro que genere conciencia ciudadana sobre el respeto a las normas de tránsito, que son frecuentemente violadas por un número cada vez mayor de conductores irresponsables a los que parece algo excitante e irresistible violar la luz roja…

El color y sabor de ‘tierra adentro’

El último fin de semana fue rico en expresiones tradicionales de nuestros pueblos de ‘tierra adentro’, donde los visitantes hicieron pascana para tener un buen pasar. Así ocurrió en Pedro Lorenzo, San José de Chiquitos y San Ignacio de Velasco, donde en ambiente festivo se revivieron tradiciones y se degustaron exquisitos platos típicos. En Warnes, el jocheo de toros fue el atractivo principal y lo corroboran las gráficas espectaculares que resultaron del encuentro de intrépidos jóvenes con las astadas bestias en el corral.

En otro tipo de actividad, Concepción se llevó la flor con la fiesta nacional de la orquídea con la participación de una veintena de expositores y con beneficiosos efectos multiplicadores para la región en cuanto a ingresos económicos se refiere.

¡A ganar otra vez!

Con el acicate de la goleada sobre Perú y que le permitió abandonar el sótano de las eliminatorias sudamericanas, Bolivia se apresta a seguir sumando esta tarde cuando reciba a Uruguay en el estadio Hernando Siles de La Paz. Es una buena oportunidad para que los dirigidos por Erwin Sánchez confirmen que no es un espejismo la levantada experimentada desde el empate arrancado a Brasil en su propia casa.

Ganarle a la celeste, sí o sí, es la premisa para cerrar el año en un sitial de cierta expectativa y con las posibilidades reverdecidas.