Arremetida: es el turno de las universidades

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Roberto Aguilar, recibió el encargo de Evo de aplicar el «plan» contra la autonomía universitaria. ¿se atreverá?

El MAS alista intervención a las universidades



El ex rector de la Universidad Mayor de San Andrés y actual ministro de Educación, Roberto Aguilar, tendrá el dudoso honor de liquidar la autonomía universitaria, la misma que juró defender cuando asumió la rectoría de esa superior casa de estudios.

En la reunión de gabinete del pasado miércoles, la primera a la que asistió luego de ser posesionado como ministro, Aguilar recibió el encargo perentorio de la elaboración de un reglamento que incluya el “control social”, no solo en el manejo administrativo de las universidades estatales de todo el país, sino también en la elaboración de malla curricular.

La instrucción fue emitida por el presidente Evo Morales en el supuesto entendido de que la constitución masista que contiene el llamado “control social” será aprobada en el referéndum de enero próximo y considerando, además, de que las universidades no han estado mostrando demasiado entusiasmo por la supuesta “revolución democrática y cultural” que dice estar conduciendo el MAS.

Esta virtual intervención de las universidades bajo el pretexto del “control social” implicará que representantes de las más que desacreditadas “organizaciones sociales” deberán estar presentes en las reuniones de los Consejos Universitarios y podrán vetar cualquier disposición, administrativa o académica, que, a ojo de buen cubero, consideren es contraria a los lineamientos básicos de la “revolución democrática y cultural”.

Es así que no es demasiado arriesgado adelantar que de aplicarse el reglamento masista tendremos la curiosa situación que un “poncho rojo” deberá decidir si en la carrera de filosofía se incluye el tema de la noción kantiana del tiempo y el espacio o en la currícula de física se contempla el principio de incertidumbre de Heisenberg.

Al parecer nos estamos acercando a ello y no deberíamos extrañarnos mucho si tomamos en cuenta que tenemos una ministra de Justicia que opina muy alegremente sobre aspectos jurídicos sin haber conocido jamás, ni por el forro, un código.

Una de las causas de la destitución de la anterior ministra, Magdalena Cajías fueron precisamente sus reparos para aplicar un reglamento de este tipo debido a los fuertes cuestionamientos que estaba recibiendo de sus ex colegas catedráticos en la UMSA.

No se sabe por el momento si Aguilar ha recibido con mucho entusiasmo el encargo del «jefazo», pero sería conveniente recordarle que la autonomía universitaria buscaba precisamente extraer a la educación universitaria de la influencia de los gobiernos de turno que quisieran ponerla al servicio de sus intereses partidistas.

Además Aguilar conoce también que de acuerdo a los estatutos universitarios, no puede ejercer la cátedra aquella persona que de un modo u otro haya atentado contra la autonomía universitaria.