Bolivia opera sin “informantes” en la lucha contra las drogas

La DEA pagaba hasta 100 dólares por cada kilo de droga decomisada. La DEA dejó de operar el 1 de noviembre y desde esa fecha ya no paga a “informantes” clave.

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Antidroga: agentes de la FELCN incineran, el 14 de noviembre, la cocaína incautada en los operativos de este año



La Prensa

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) opera a partir del 1 de noviembre sin “informantes” (fuentes que dan datos acerca de narcotraficantes y movimiento de droga) desde la expulsión del país de la Administración de Drogas y Narcóticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), organismo que, según fuentes de Inteligencia, pagaba a esas personas hasta 100 dólares por kilo de droga secuestrada y 50 por datos de “narcos”.

El presidente Evo Morales determinó, el 1 de noviembre, suspender las tareas de la agencia internacional en Bolivia debido a que —sostuvo— había conspirado contra el Ejecutivo boliviano, y fue emplazada a que sus agentes abandonen el país en 90 días, que corre a partir de la detención de sus actividades.

El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, recordó que una de las funciones de la DEA era “proporcionar información de Inteligencia de bandas delincuenciales vinculadas al narcotráfico”.

La agencia estadounidense también pagaba a las fuentes que brindaban información sobre los movimientos de narcotraficantes, según el director nacional de la FELCN, coronel René Sanabria.

“Ahora nosotros no pagamos (a los delatores). El Estado está previendo un monto para pagar a los informantes en el futuro, pero en el presente no estamos entrando en ese plano”.

El Ministerio de Gobierno solicitó a su par de Hacienda que incorpore en el Presupuesto General de la Nación un fondo de 20 millones de dólares destinados a la lucha contra el narcotráfico para la gestión 2009, en el caso de que Estados Unidos retire la cooperación que cada año otorga para ese fin; la última ayuda fue de 26 millones de dólares para la gestión septiembre 2007 a septiembre de 2008.

Jugosa recompensa

Los “informantes” son personas que a cambio de una remuneración delatan a los “narcos” y también el movimiento de sus mercancías ilícitas; con esa información, los efectivos de la fuerza antidroga detienen y confiscan esas sustancias.

Un ex agente de Inteligencia de la FELCN dijo que el año pasado “la DEA pagaba 100 dólares por kilo de cocaína y 50 por detenido; si por algún caso se secuestraban unos 10 kilos, el informante recibía hasta mil dólares”.

Los 100 dólares eran pagados por la agencia antinarcóticos a los informantes contactados por ellos, en tanto que a los delatores casuales sólo se les daba 50 dólares por kilo y también un monto igual por “narco” aprehendido.

El dinero era desembolsado por la DEA y pagado en efectivo al informante, quien firmaba un recibo en el que era inscrita su identidad o un seudónimo (apodo), para descargo del organismo.

Según Sanabria, los policías de la fuerza antidroga se ocupaban de reclutar a los informantes, de recibir y procesar la información, y la DEA sólo se encargaba de pagarles.

Añadió que las fuentes son circunstanciales. “Por ejemplo, si una persona está viajando y sabe que en ese transporte hay droga, si quiere ganarse unos pesos nos da la información, se le paga y realizamos el operativo”.

Reconoció que el aporte de esas personas permite detectar e incautar volúmenes importantes de droga, aunque aclaró que no es el único mecanismo que emplea la FELCN para dar con los grandes narcotraficantes, por lo que las tareas de interdicción no están siendo afectadas.

El ex comandante de la fuerza antidroga Luis Caballero sostuvo que el vacío que dejan los informantes no acarrea dificultades, siempre que se emplee a Inteligencia. “Más importante es tener un departamento de Inteligencia bien estructurado, no hay mucha necesidad de informantes, ellos (la FELCN) pueden utilizar tecnología y pueden tener información propia” sobre cómo se mueve ese negocio ilícito.

De las consecuencias mismas de la salida de la DEA, ex jefes antidroga y el mismo Departamento de Estado de Estados Unidos advirtieron del incremento de la producción de cocaína.

La agencia extranjera también pagaba a gente que brindaba información sobre el tráfico de sustancias controladas para la fabricación de cocaína y coca ilegal. “Tengo entendido (dijo el ex agente de Inteligencia) que por kilo de ácido sulfúrico o por litro de acetona incautado pagaba entre 50 y 100 dólares”.

El ministro Rada reconoció en su momento que “la DEA proporcionó información importante para llevar adelante operativos” antinarcóticos.

Tipos de informantes

El general Caballero habló de que las fuentes están clasificadas en “confiables y no confiables, los informantes son los mismos narcotraficantes”.

Un ex agente de Inteligencia de la fuerza antidroga explicó a La Prensa que existen dos categorías de informantes, los formales y los casuales.

Los primeros son parte de las mismas organizaciones de “narcos”, y los segundos “son aquellos ciudadanos que, por decir, saben que al lado de su casa están elaborando droga o la almacenan, nos dan la dirección exacta e intervenimos”.

Los delatores “caseros”, por lo general, buscan a los policías o los llaman a sus teléfonos celulares, y algunos de los ocasionales se trasladan hasta las oficinas de la FELCN para vender información, o llaman a los teléfonos fijos. “A veces nosotros también los llamábamos”.

Otros mecanismos para golpear al narcotráfico

El director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), coronel René Sanabria, aseguró que los “informantes” no son determinantes para la lucha antidroga en Bolivia, y que existen otros mecanismos para hacer frente al ilícito como los controles en retenes fijos y móviles, patrullaje, empleo de canes para la tarea de interdicción e inteligencia propia.

“Por ejemplo, en Lloco Lloco interceptamos a un micro que venía con droga y eso fue a través de los retenes móviles, vale decir que hacemos parar vehículos en algún momento en las carreteras, y la reciente incautación de 14 kilos de droga en el aeropuerto en Santa Cruz gracias a nuestros perros rastreadores”.

Además de los puestos de control preestablecidos de agentes antidroga en La Rinconada, camino a los Yungas; Bulo Bulo y El Locotal en la región del Chapare, Cochabamba, están los retenes móviles, a través de los que los efectivos detienen sorpresivamente a vehículos para su inspección y también la revisión a los ocupantes, en cualquier punto de las carreteras.

Está vigente el patrullaje a pie, lacustre y pluvial para encontrar fábricas de cocaína, laboratorios de cristalización y destrucción de plantaciones de marihuana y cocales excedentarios.

Otro mecanismo de lucha contra las drogas es el trabajo de inteligencia a cargo de la Fuerza Operativa Especial (FOE). “Hacemos trabajo de inteligencia, de vigilancia y seguimiento, y una serie de mecanismos que nos permite cumplir nuestra misión de interdicción y represión al narcotráfico”.

Los detalles

La DEA opera en Bolivia desde principios de los años 80, empezó con reducido personal.

Según el Ministro de Gobierno, la agencia antidroga tuvo presencia masiva en los 90.

En ese periodo, la DEA comandaba a jefes policiales y militares, también a fiscales.

En junio, el actual Gobierno expulsó del país a USAID, acusada de intromisión política.

En agosto, el embajador de EEUU en Bolivia, Philip Goldberg, también fue echado.

El 1 de noviembre, Evo Morales suspendió las operaciones de la DEA en el país.

La agencia extranjera fue acusada de conspirar contra el Poder Ejecutivo de Bolivia.

Hace dos semanas el presidente Morales dijo que se investigará a la CIA.

La FELCN opera en Bolivia sin “informantes” desde el 1 de noviembre de este año.

La fuerza antidroga afirma que puede trabajar con otros mecanismos de control.