Los rusos vuelven al caribe

CARACAS (JOAQUIM IBARZ, ENVIADO ESPECIAL DE LA VANGUARDIA)

         Los rusos volvieron al Caribe con todos los honores. Al acercarse al puerto de La Guaira, a pocos kilómetros de esta capital, el escuadrón naval encabezado por el crucero a propulsión nuclear Pedro el Grande, el primero de su tipo que navega por las costas americanas desde el fin de la guerra fría, fue recibido con 21 cañonazos de salva por parte de la Marina venezolana.

El destructor Almirante Chebanenko y el tanquero Ivan Bubnov entraron en el puerto, mientras que el Pedro el Grande fondeó cerca de la costa distancia debido a su gran tamaño. Este crucero está diseñado para destruir portaaviones con misiles supersónicos. Es el barco más grande de la flota rusa y su única nave no sumergible con un reactor nuclear, lo cual le da gran autonomía. Otros buques rusos llegaron a Puerto Cabello. La flotilla rusa participará en maniobras conjuntas, en las que intervendrán ocho aviones y 11 buques de la Armada venezolana. Los ejercicios involucrarán a 1.150 efectivos militares rusos y 600 venezolanos.



El arribo de los buques coincide con el inicio de la visita de dos días del presidente ruso Dmitry Medvedev,, destinada a estrechar la cooperación en temas de defensa, energía, tecnología y finanzas. El presidente Hugo Chávez y Medvedev podrían visitar mañana los buques de los dos países, antes del inicio de las maniobras.

Aunque Chávez dijo que estas maniobras son un intercambio entre dos países libres que mantienen una alianza estratégica, similares a los entrenamientos que realizan militares venezolanos con fuerzas de otros países, los Estados Unidos están con la mosca en la oreja por la creciente influencia de Rusia en este país. “No es ninguna provocación, es un intercambio. Dos países soberanos, que nos venimos acercando a velocidad cada día mayor”, declaró Chávez.

Venezuela ha gastado miles de millones de dólares en la compra de cazas Sukhoi de última generación, helicópteros de combate, patrulleras, más de 100.000 fusiles, etc. En septiembre, dos bombarderos estratégicos rusos visitaron Venezuela durante una semana. 

Estas maniobras son las primeras que autoriza el Kremlin en el Caribe desde la guerra fría. La iniciativa fue considerada en su momento como una muestra del malestar ruso ante el envío de buques de guerra estadounidenses con ayuda humanitaria para Georgia, tras el enfrentamiento armado en agosto con Rusia. 

Con el viaje del crucero Pedro el Grande, el Kremlin quiere mostrar su poder naval y reafirmar su estatus como superpotencia. Sin embargo, observadores militares subrayan que la llegada de la flotilla a Venezuela podría marcar el fin de una era de ambiciones de la armada rusa, no su inicio. Rusia anunció las maniobras en el Caribe antes de la crisis financiera mundial, que afectó su economía basada en el petróleo. La caída del precio del crudo podría poner fin a las pretensiones moscovitas de tener mayor presencia en el hemisferio occidental.

Algunos expertos ponen en duda el valor militar de las maniobras. “El Kremlin sigue con sus acciones antiestadounidenses al estilo del siglo XIX”, dijo el analista militar ruso Alexander Golts. “Militarmente no tiene sentido. Un par de barcos tratando de llegar a Sudamérica no van a fortalecer la posición rusa ante Estados Unidos”, añadió. Los analistas señalan que la armada rusa es apenas una sombra de lo que fue en la era soviética.