¿Quién va a pagar los ladrillos rotos?

Centa Reck

Anoche tuvimos la gran oportunidad de ver una incomparable pieza de entrevista protagonizada por Amalia Pando, quien hizo de ángel de la guardia de Miguel Angel Linares, gerente de la cooperativa Sudamericana, cuestionada por el negocio de comprar un terreno vía palo blanco: una mujer de escasos recursos que es lavandera y trabajaba en una gasolinera que es otro de los negocios administrados por Linares.

La entrevista se realizó por supuesto en el canal estatal 7 de quien es director el controvertido Ministro Juan Ramón Quintana y tuvo un ritmo que pocas veces hemos tenido la oportunidad de ver, sobre todo porque Amalia Pando, tan neoliberal como suele proclamarse en sus arengas, se mostró muy amistosa con el empresario gerente de la ahora cuestionada cooperativa a causa de un sobreprecio entre la compra del terreno por la "palo blanco" que lo compró en 400.000 y se lo vendió al Gobierno y adjudicatarios en 2.000.000 de dólares.



En el sonado caso, fueron detenidos ilegalmente tres funcionarios municipales que dieron la orden de tumbar las casas, quienes actuaron en cumplimiento de la Ley y en atención a las irregularidades cometidas en la construcción de los predios de viviendas de tipo social, mientras que Amanda y el señor Linares se solazaban con una charla en la que se justificaba el sobreprecio del terreno y de las viviendas, aduciendo al derecho que tienen los empresarios a comprar y revender los terrenos de acuerdo a los precios de "libre oferta y demanda" que existen en el mercado.

La sweet Amalia, se mostraba totalmente copada con las explicaciones que le proporcionaba el gerente propietario de la cooperativa y en la que se decía que el procedimiento era el que siempre han tenido los constructores, a saber: comprar, revender, libre oferta, y en el caso el gerente de la cooperativa otorgaba la calificación de los créditos y si estos aprobaban conseguían el aval-financiamiento del viceministerio de vivienda, todo bajo la libre aquiescencia de los adjudicatarios, que por supuesto no sabían el precio real del terreno, ni la calidad de las viviendas que estaban comprando.

En todo caso Amalia y el gerente de la cooperativa Sudamericana defendían el "proyecto de vivienda solidaria", mientras repetían a coro y se hacían eco de la sentencia de que "alguien tenía que pagar los ladrillos rotos", dado el "daño social" que habían ocasionado quienes demolieron las casas de "tipo social", que según dicen los evaluadores son carísimas y de mala calidad.

Amalia justificaba las prácticas neoliberales de inflar burbujas inmobiliarias y en este caso con gente pobre, de escasos recursos, mientras ambos lamentaban el irreparable daño, mucho más cuando el 13 de noviembre el Presidente de la República tenía que venir a inaugurar 340 viviendas, en plena campaña por su texto constitucional.

Decían también a coro que "la cooperativa es lo más social posible y trabaja para ayudar a esa gente" (se referían a los pobres, los propietarios pobres).

Amalia afirmaba que también los empresarios de la construcción tenían derecho de ganar puesto que trabajaban dotando servicios (a los pobres ahora estafados por moros y cristianos).

Luego ambos volvían a turnarse para pedirle al Presidente Morales que "ponga mano dura a los culpables", porque no se puede ser tan abusivo de tumbarle sus casas, aunque si se admite que se los "tumbe" con el sobreprecio y el evidente negociado entre la cooperativa y el viciministerio de vivienda.

Al finalizar la entrevista Amalia celebró que Miguel Angel Linares hubiera tenido aire para contar toda su versión sin desmayarse. A punto de ser despedido Linares le pidió un segundo más disculpándose porque "sé que es caro el segundo acá", a lo que la sweet Amalia con su mejor sonrisa le respondió "no acá es gratis". Por supuesto que es gratis porque lo pagan los bolivianos, y las casas tienen sobreprecio porque las pagan los pobres y se cobran las ganancias half to half entre el Viceministerio de Vvienda y la cooperativa entre toda la tongada de los que vienen prendidos del negociado y ahora están tratando de tapar la corrupción gubernamental con la prisión de los funcionarios que cumplieron su función y los procedimientos.

El presidente Evo Morales hace poco tiempo felicitó al gerente de la cooperativa Sudamericana y lo puso como ejemplo de empresario.

Por lo tanto, no nos queda más que corear con la dulce y ahora neoliberal Amalia Pando, que movió tan fácilmente su péndulo izquierdista para defender prácticas de lucro indebido, delitos y ganancias ilícitas a los pobres de esta patria que da muestras de no tener Norte ni brújula.

¿Y ahora quién pagará los ladrillos rotos?, lo probable es que vayan presos sólo los opositores al gobierno y si van los afines, tendrán un proceso agilizado y se los liberará por falta de pruebas.