Abuso de poder

Editorial de El Diario.

No existe otro calificativo para la forma de gobernar del presidente Evo Morales Aima y su partido el Movimiento Al Socialismo, que recurren a las amenazas, humillaciones y agresiones a quienes no comulgan con sus ideas, debido a que no aceptan las críticas y observaciones que son parte fundamental de la democracia. Definitivamente el Jefe del MAS y líder de los cocaleros no acepta que nadie esté en desacuerdo con su manera de administrar el país, porque considera que el cargo le permite hacer lo que le plazca, sin consideración a los demás ciudadanos, cualquiera sea su condición social. Pero como Presidente de todos los bolivianos, tiene que gobernar sin discriminación, menos favoreciendo a unos cuantos que, atenidos a su participación en el poder, cometen tropelías que se convierten en delitos y son socapados por las autoridades. Es el caso de un alto funcionario del Senado que fue sorprendido transportando cocaína a España y llevaba cartas de recomendación para obtener recursos a ser utilizados en programas sociales. Fue descubierta la vinculación de algunos dirigentes y militantes del partido de gobierno con el narcotráfico. Militares fueron utilizados para cometer atentados contra medios de comunicación; grupos de choque agredieron a periodistas y medios de comunicación privados. Han sido tomadas por asalto haciendas y propiedades agrícolas, como tambien empresas mineras en plena explotación por grupos de comunarios afines al partido de gobierno, evitando que la justicia sancione a quienes cometen esos delitos.

Causa sorpresa la transformación de la personalidad del Presidente de la República quien muestra violencia en su forma de actuar y decir las cosas. Atrás quedaron los días en los cuales fungía como un humilde dirigente sindical y diputado nacional, cuando pedía ayuda a la Iglesia Católica para evitar los abusos de los gobiernos de turno contra el sector cocalero, o clamaba justicia cuando fue retirado de la Cámara de Diputados. Lo más sorprendente es que pedía a los periodistas que se lo publiquen sus declaraciones respecto a asuntos relacionados con la hoja de coca, como también para ser tomado en cuenta en algunas encuestas sobre determinados temas. Llamaba la atención la sencillez y la sinceridad de ese político, pero ahora abusa del poder que le confirió el pueblo al haberlo llevado al poder.



Recordemos que después de haber conseguido más del 53 por ciento de los votos de electores, fue invitado a varios países europeos donde le dieron apoyo. Entonces la población boliviana tenía la certeza que por la mayoría que el MAS tenía en el Congreso Nacional, la labor gubernamental sería problemas, porque la oposición estaba dividida y no lograría más del 40 por ciento. Sin embargo el Primer Mandatario elegido no tenía experiencia en el manejo de la administración pública, a lo que se tiene que sumar que entre la militancia de su partido no estaban profesionales que puedan ayudarlo a gobernar, razón por la que tuvo que recurrir a invitados que no están respondiendo a la confianza dada.

Sin justificativo el Jefe de Estado ha ingresado a una confrontación con gran parte de los sectores sociales del país, por defender a uno de sus más próximos colaboradores, aunque debería saber que a los ministros se los considera como fusibles, es decir que se los debe cambiar cuando sea necesario. Pero en el caso del Ministro acusado de favorecer al contrabando en el Departamento de Pando, con testarudez se aferra a mantenerlo en su gabinete, a pesar del daño que está causando al Gobierno. Por lo que viene ocurriendo en el Ejecutivo se observa que por falta de un buen asesoramiento los errores se multiplican y la prepotencia se apodera de quienes están a cargo de la administración gubernamental.

Abusar del poder no es recomendable porque éste es coyuntural. El exceso es propio de los gobiernos de facto que lo único que consiguen es repudio y condena de los ciudadanos. Por la forma de actuar del Presidente, se deduce que quiere imponer en el país un régimen totalitario, que vulnere las leyes y no tenga respeto por los ciudadanos y las instituciones del estado, además de que busca tener el control de las instituciones de carácter privado, religioso y social.

La falta de un equipo de entendidos en la administración del Estado hace que el Primer Mandatario actúe como relacionador público y administrador de los recursos económicos del Estado, así como capataz de los trabajadores, en otras palabras es un personaje salido de las dictaduras, porque no recurre a la participación de profesionales que pueden asesorarle en todos los campos de la actividad nacional.