Amebol estafó $us 500.000 a bolivianos

La empresa debía transportar por mar cinco contenedores, nueve coches, un tractor y más de $us 100 mil en remesa hace más de un año. Una parte de la mercadería fue rematada en el puerto de Iquique por el abandono de la carga.

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PUERTO EN EL PACÍFICO • Un empleado registra la carga que llega al puerto de Iquique, Chile. La foto fue tomada el 2006. A la izquierda se ve los contenedores que llegan en barcos.

La Razón

Armando Morales L.
Corresponsal en Washington

La comunidad boliviana en Washington DC fue sacudida estos días por protestas, quejas y acusaciones de estafa contra la empresa de envíos Amebol INC, contra la que pesan fuertes denuncias de engaño y hurto por haber recibido y cobrado por el envío de carga, automóviles, tractores y cerca de $us 100 mil y no haber entregado nada a sus destinatarios en Bolivia desde hace más de un año. Hay más de un centenar de familias afectadas y por lo menos medio millón de dólares en daños estimados.

Esta historia tiene muchos matices. Pues, ante el abandono de esta carga en el puerto de Iquique-Chile y el riesgo de remate después de los 90 días de espera, otra empresa, Lozada Transport Services Corp. USA, adquirió en junio del 2008 de Import y Export Los Tres Limitada —usuaria de zona franca en Iquique donde llega la mercadería de los exportadores de EEUU— un primer lote de cinco contenedores y pagó por todo ello la suma de $us 105 mil. Este lote de contenedores, donde están cientos de cajas, autos y tractores ya se encuentra en la Aduana de Cochabamba, pero fue intervenido por la Fiscalía por haber encontrado media tonelada de municiones en cinco de estos cajones. Se sabe que hay otro lote de cinco contenedores más que estarían abandonados en el puerto de Iquique, por falta de pago por parte de Amebol, los mismos que contendrían también vehículos, mercadería y enseres personales, cuyo valor todavía no se ha estipulado.

Por ello, la incertidumbre y el enojo de los usuarios de la empresa Amebol va en aumento, quienes han presionado a las autoridades para tomar “cartas en el asunto”. La primera respuesta del cónsul general, Oswaldo Cuevas, fue decir que no intervendría porque “era un asunto de privados”. Aunque después convocó a una reunión de los afectados con el dueño de Amebol, Rafael Llanos, quien nunca llegó a la cita pese a haber comprometido su presencia, declaró el Cónsul a Univisión en Washington DC.

A la fecha, Llanos no respondió por las acusaciones, tampoco contestó a las llamadas hechas por este medio y radio América que le hizo una convocatoria pública y al éter ante la constante queja de bolivianos que llamaron a la emisora molestos por el incumplimiento de esta empresa.

Las oficinas donde funcionaba Amebol están vacías, hecho que aumentó la incertidumbre y enojo de los damnificados entre los que se encuentra el general Gustavo Ardaya, ex agregado militar en la Embajada de Bolivia en EEUU, quien hace más de un año envió sus pertenencias a Bolivia, las mismas que nunca llegaron. Por este caso, según una allegada a él, Ardaya le sigue un proceso al dueño de Amebol, juicio que se suma a la iniciada por Leny Marcano, quien lo citó a Corte en el condado de Fairfax el 19 de diciembre por haber firmado un cheque sin fondos por $us 2.500. Ella giró desde Bolivia $us 10.500 por esta empresa y se le fue devolviendo de a poco ese dinero, menos los últimos $us 2.500 que fueron fechados a través de un cheque sin fondos, acción que en Virginia es un delito.

Este caso denunciado por estafa adquiere grandes proporciones porque se habla de más de medio millón de dólares en daños porque se encuentran cinco contenedores de carga, nueve vehículos, un tractor y más de $us 100 mil que se mandó de remesa.

El hecho ahora tiene varias aristas y varias implicaciones. Los afectados sentaron denuncia ante la oficina de Defensa del Consumidor en la ciudad de Falls Church, donde estaba ubicado el negocio familiar en cuestión. Ante indagaciones de la prensa, se conoce que Inmigración y el FBI podrían intervenir en el caso, debido a que involucra ahora el envío de municiones a Bolivia.

Durante la reunión de los afectados, a la que no llegó Llanos, la gente expuso sus denuncias y formaron varios grupos. Hay gente que envió dinero a Bolivia y en general eso asciende preliminarmente a más de $us 100 mil.

La señora Mery Olmos mandó dos cajas en mayo y una caja en agosto. Ninguna de estas cajas han sido entregadas. “Yo fui al consulado y me quejé, pero no me dieron ninguna solución”.

La señora Leny Marcano vendió una propiedad en Bolivia y mandó su dinero vía Amebol. Llanos le devolvió un cheque sin fondos y por eso fue citado a Corte. “No vamos a permitir este jueguito. Este señor está acostumbrado a estas cosas. Le llamé muchas veces y no me responde”, manifestó.

Edwin Fernández envió $us 17.500 hace seis meses y aún no recuperó su dinero.

Luisa Rivera mandó un tractor a Bolivia. El valor del tractor es de $us 30 mil. “Compré el tractor para irme a Bolivia y ganar algo de dinero, pero esto es lamentable”. Wilfredo Capriles ya fue a Bolivia a reclamar y asegura que recibió malos tratos de la oficina de Amebol. “Es una mafia bien organizada”, asegura.

Sergio Reque mandó vehículos y otros productos por valor de $us 100 mil. “En octubre vino a recoger el X Terra, después de que ya había denuncias en su contra”, indicó a radio América.

Por su parte, el propietario de Lozada Transport Services USA, César Montesinos, aseguró que él recuperó la carga de remate pagando más de $us 100 mil con la intención de ayudar a la gente a que no pierda su mercancía. Él se arriesgó a invertir ese monto y asegura que devolverá los productos previo pago de un monto económico en cada caso. “Yo recuperé la carga de enero, febrero y marzo. Las otras cargas de agosto, septiembre, octubre y noviembre no se sabe dónde están”.

“Yo fui al consulado (de Bolivia en Washington DC) me quejé, pero nunca le dieron solución”.
Mery Olmos, una boliviana afectada por la presunta estafa en Washington, EEUU.

“Compré el tractor para irme a Bolivia y ganar algún dinero, pero es lamentable”.
Luisa Rivera, inmigrante boliviana en EEUU, que compró la maquinaria en $us 30 mil.