Cumbres… ¡con reinas!

Entre paréntesis….Cayetano Llobet T.

Nadie espera nada espectacular de estas multitudinarias cumbres presidenciales.  Pero la cara que deben haber puesto Michelle Bachelet y Cristina Kirchner cuando se enteraron de que Evo las había proclamado “reinas” de la cumbre, debe haber sido de impacto. Eso sí que no se lo esperaban: el “Jefazo”, proclamando a las reinas… ¡agradezcan, señoras!

Y es que cuando se reúnen tantos y con abundancia de poca calidad, lo que se puede esperar es el concurso de dislates. El problema sería elegir el disparate mayor. El discurso de Ortega  (¡no de Ortega y Gasset!), puede llevarse una de las medallas. Como, además, la coyuntura latinoamericana está sellada por la insurgencia de los populismos con sombrero petrolero  -sin Chávez, las pulgas no tienen perro-, se produce una suerte de concurso de radicalidades y simplismos recordatorios de congresos estudiantiles de los sesentas. Y, desde luego, complicidades o por lo menos complacencias derivadas de intereses: ¿qué tienen que ver los proyectos económicos de Brasil o de Chile, con el invento del “socialismo del siglo XXI”?  Y por razones de estricto interés nacional, los gobiernos de Brasil y Chile son  -a estas alturas, nadie lo duda-, aliados políticos de Evo Morales. Sólo dos presidentes tuvieron tan buena relación con ambos: Melgarejo y Banzer.



Y claro, cuando llevado por el entusiasmo oratorio  -incontinencia verbal que ya conocemos-  a Evo se le ocurre proponer el ultimátum a Obama, “si el nuevo gobierno de USA no levanta el bloqueo económico, nosotros levantemos (sic) a sus embajadores”, sus excelencias optan por la indulgencia al imprudente. ¿Se imaginan a Brasil, Chile, Argentina, “levantando” a los embajadores de Estados Unidos?

Y es que el populismo, en su versión vulgar  -no el populismo que aportó teoría (Calles, Cárdenas, Paz Estenssoro, Haya de la Torre )-, da para todos los excesos. Qué tal será, que el propio Evo Morales interpretó que la baja de los precios del petróleo fue provocada por los sistemas financieros para castigar a gobiernos revolucionarios como el de Hugo Chávez… ¡Son las ventajas de tener un Presidente que conoce todos los secretos del sistema financiero internacional!

El problema de fondo no son las cumbres presidenciales y su colección de disparates. El problema esencial radica en que el atraso es la condición esencial para que el discurso primario del populismo se haga mayoritario. Porque una cosa es el juicio que sectores minoritarios y supuestamente ilustrados de una sociedad tengan de ese discurso y la burla que puedan hacer de él.  El hecho dramático es que los sectores mayoritarios de esos pueblos creen y asumen como suyo ese discurso, porque estamos ante la realidad de pueblos atrasados a los que, además, no les interesa el progreso. Y no es un problema de origen social  -aunque el populismo lo utilice como prejuicio de alta rentabilidad-, y ni  siquiera de formación intelectual. A Nadie se le ocurriría comparar los niveles de formación de un F. Henrique Cardoso y de Lula: pero el objetivo de progreso de su país es el mismo para ambos.

En diez años de poder de Chávez, ¿ha progresado Venezuela?  ¿Creen Zelaya y Ortega que por el camino del seguidismo chavista, van a ayudar a Honduras y Nicaragua?  ¿Alguien cree, remotamente, que Bolivia está en vísperas de entrar al camino de la modernidad? Lo que sí está garantizado es que vamos a tener más cumbres, más discursos y, desde ahora… ¡con reinas!