La recesión no salvará a los grandes emergentes

Evolución de la crisis económica y financiera.

Los países BRIC frenan en seco, según el Banco Mundial

ANDY ROBINSON – LA VANGUARDIA. Madrid.



Uri Dadush: «La recesión es aún peor para los pobres que las subidas de precios de los alimentos»

Esfumadas las esperanzas de que los grandes países en desarrollo sean el colchón que amortigüe la caída de las economías ricas, la crisis se apunta otro récord histórico: el 2009 será el año de la primera recesión verdaderamente mundial desde los años treinta.

Según un nuevo informe del Banco Mundial, las economías emergentes de alto crecimiento – en especial el llamado grupo BRIC: Brasil, Rusia, India y China-, motor de la economía mundial en el 2008, ya siguen la trayectoria recesiva de los países ricos. El Banco Mundial prevé un crecimiento de sólo el 4,5% en los países en desarrollo en el 2009, tres puntos por debajo de la media de los últimos cinco años. El PIB de Asia, África, Europa del Este y Latinoamérica se frenó en seco en el tercer trimestre, pasando de un crecimiento medio de casi el 10% a un descenso del 2,4%. El crecimiento del Este asiático – liderado por China, cuya producción industrial se ha desplomado en los últimos meses-sufrió un frenazo al pasar del 17% al 0,2% en el tercer trimestre.

Lo más preocupante para países tan dependientes de las exportaciones como China es la mayor contracción del volumen de comercio desde la Gran Depresión de los años treinta. El volumen de exportaciones (e importaciones) a escala mundial caerá en el 2009 por primera vez desde 1982, durante la recesión provocada por la draconiana política monetaria del entonces presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker (ahora integrante del equipo Obama). El año que viene el descenso del comercio será aún más drástico. El Banco Mundial prevé que caerá un 2,1% tras crecer el 6,2% este año.

Esto significa recesión mundial, según explicó en una entrevista con La Vanguardia Uri Dadush, director del departamento de comercio internacional del Banco Mundial que coordina el informe Expectativas económicas globales. No existe un panel de economistas como la Oficina Nacional de Investigación Económica en EE. UU. encargado de calcular si la economía global ha entrado en recesión. Sin embargo, «no cabe duda de que esto se clasificará como la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y ningún país se salva», dijo Dadush. El Banco Mundial prevé un crecimiento del 0,9% en el 2009 utilizando indicadores del PIB por poder adquisitivo. Es el mas bajo desde que inició su análisis en 1970. «Es la peor no sólo por el colapso de la actividad económica, sino porque, a diferencia de 1982 cuando se inició en Latinoamérica, la crisis financiera se encuentra en el centro del sistema», dijo. Existían esperanzas hasta hace poco de que los grandes gigantes emergentes China, India y Brasil y economías más pequeñas en su región se blindaran de algún modo de la recesión originada en los países ricos, EE. UU., Europa y Japón. Pero «el mundo cambió en el mes de septiembre», dice Dadush. La quiebra de Lehman Brothers y otros traumas bancarios en ese mes provocaron un «deterioro enorme» en las expectativas para las economías en desarrollo.

Se esperaba que los emergentes esquivarían el contagio de la crisis financiera gracias a una menor exposición a los mercados internacionales de capitales, así como las barreras de blindaje en reservas billonarias de divisas construidas desde la crisis asiática en 1998. Pero el contagio se ha trasmitido por otras vías, concretamente el colapso de la demanda de exportaciones, la caída en picado de los precios de las materias primas y la reducción de los flujos de remesas. China anunció un gigantesco paquete de estímulos fiscales el mes pasado, pero «no compensará la pérdida de mercados de exportación mediante la expansión de la demanda interna», dijo Dadush.

El Banco Mundial prevé que los precios de alimentos básicos y de metales, exportación principal de muchos países en desarrollo, caerán un 23% y un 26%, respectivamente, este año y que seguirá en el 2009. Pero mientras los balances exteriores de países en desarrollo como Argentina se desequilibran debido a la caída de los precios de alimentos básicos, los más pobres aún padecen las consecuencias de la inflación galopante de precios de los alimentos que se registraba hace sólo cinco meses. Según la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), casi 1.000 millones de personas en el mundo en desarrollo ya sufren desnutrición. «La caída de los precios internacionales de alimentos no se ha trasladado a muchos mercados locales», dijo Dadush. Según Jacques Diouf, director general de la FAO, los precios de alimentos en los países pobres se mantienen en «niveles sin precedentes» y no han bajado debido a la depreciación de divisas locales frente al dólar.

«Los altos precios de alimentos eran mala noticia para los pobres pero la recesión será peor», advierte Dadush.