Protesta democrática contra el autoritarismo masista

Mientras las agresiones contra los periodistas suben de tono por parte del gobierno, los comunicadores del país realizaron ayer una protesta pacífica y absolutamente democrática en los diferentes departamentos del país, con el único propósito de defender la libertad de los ciudadanos a ser informados con libertad y sin censura.

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silencio: micrófonos, reporteras y libretas en la puerta principal del Palacio de Gobierno, fue ayer (foto La Prensa)



 

-Mientras tanto Iván Canelas, otrora dirigente de la prensa prefiere mirar hacia otro lado.

Todo indica que el gobierno está dispuesto a pasar de los amedrentamientos y las amenazas a los hechos en sus ya bastante deterioradas relaciones con los periodistas. Las amenazas de los funcionarios gubernamentales y particularmente del presidente Evo Morales contra los periodistas se iniciaron casi el mismo momento en que este asumió el mando de la nación el 22 de enero de 2002.

Resultaría muy largo enumerar estas agresiones, en algunos casos verbales por parte del presidente Morales y otras físicas por parte de las llamadas “organizaciones sociales” que actúan en perfecta sintonía con el mandatario y captan de inmediato sus mensajes.

Lo preocupante es que ahora hay señales inequívocas de que hay la intención de trasladar las agresiones hacia otros ámbitos más velados, ocultos y siniestros y por ello infinitamente más peligrosos.

Una periodista de la red Unitel fue, hace unos meses objeto de una agresión inmotivada por parte de Evo, quien, con la sutileza que le caracteriza, quiso mofarse de ella aludiendo a una relación de tipo personal. La misma periodista, recibió este fin de semana una caja, vacía pero portadora sin embargo de un oculto pero inequívoco mensaje.

Pero no es solo ella la destinataria de sugerentes mensajes. Otros periodistas reciben de manera cotidiana sospechosas llamadas en las que se les indican donde estuvieron o que hicieron a determinada hora. El “informe” alcanza también a los parientes de los periodistas, particularmente si se trata de niños. El mensaje no podía ser más claro.

Resulta ciertamente lamentable el papel que está jugando en todo este contexto el vocero presidencial, Iván Canelas, más tomando en cuenta que fue dirigente de las organizaciones gremiales de los periodistas no solo en Bolivia sino también a nivel latinoamericano y que se había ganado un cierto respeto.

“Las palabras del presidente fueron tergiversadas”, “Las palabras del presidente fueron tomadas fuera de contexto”, dice Canelas acudiendo a los poco imaginativos argumentos con los que se pretendió tapar siempre las metidas de pata y burradas de los eventuales detentadores del poder.

El sabe que estas frases son el supremo y bastardo argumento del incapaz pero igual las usa. Es seguro que no cree ni mínimamente en lo que dice pero su cargo lo obliga en muchos casos a hacer el cínico. ¿O es que a fuerza de mentiras y sandeces busca ganarse un lugar entre ese selecto diez por ciento en la curiosa clasificación que ha hecho el presidente?.

¿Todavía recuerda Sr. Canelas lo que es la ética, aquel concepto al que los periodistas le asignamos tanta importancia? ¿Sabe que hay una cláusula de conciencia que protege a los periodistas que no quieren ir contra sus principios? Aunque al escucharlo en los medios oficiales y también (fíjese usted) en los llamados opositores, es casi seguro que estos conceptos, tan importantes para el ejercicio profesional de los periodistas sean ahora para usted lejanas e incómodas referencias, relegadas y olvidadas en un recóndito lugar de nuestra frágil humanidad debido al pasajero y efímero deleite que nos brinda el ejercicio del poder.