Candidaturas desesperadas

image Fuente: Dante N. Pino Archondo



Y el gobierno avanza, a pesar de los lamentos querellantes de una dirigencia política que no sabe hacer otra cosa. Está claro que el resultado del voto del 25 de enero ha reflejado el gran desacuerdo nacional. No hay Pacto Social. Y por tanto no hay posibilidad objetiva de ejecutar la constitución masista. Si esto es así ¿cómo se puede entender el mensaje electoral en el cual ya se están embarcando algunos ciudadanos?

Si la realidad objetiva ha confirmado la ruptura del pacto – social de 1825 y el desacuerdo nacional para optar por un nuevo pacto el 25 de enero de este año ¿cómo se puede aceptar artículos transitorios de una constitución que ha sido rechazada por el 43 por ciento de la población y el 68 por ciento del territorio nacional, ubicado en los llanos y sur del país, para invocar la fecha electoral propuesta en ellos?

Es incomprensible la posición que tienen si partimos del hecho que es precisamente en ese territorio nacional donde se asienta la base de la ciudadanía sobre la cual quieren edificar sus candidaturas. En otras palabras les dicen que están de acuerdo con su voto por el NO pero acto seguido les piden que acepten esa constitución.

Parece que la oposición no entiende que el M.A.S. se alimenta políticamente de “los pobres”, es su razón de ser y es su extensa base social, el 65 por ciento de la población ubicada en el occidente del país es pobre y por tanto mientras se sostenga esta pobreza el M.A.S. tiene voto y razón de ser. Esto no cambiara en los próximos 11 meses. ¿Creen los potenciales candidatos que solo su imagen revertirá esta realidad?

Por un lado buscan llevar al redil del voto a quienes dijeron NO a la constitución masista, por otro, buscan que la base social del M.A.S. cambie de opción al calor electoral por ellos, más candidez no se puede pedir.

Hace seis años, desde octubre de 2003 que el M.A.S. practica la estrategia de la distracción: funge como víctima del neoliberalismo, exige el respeto de la ley a los demás, se reclama abanderado del cambio y defensor de los pobres, acusa al pasado de todos los males que tenemos y autoproclama una nueva era. Y en este mismo tiempo la oposición ha perdido el rumbo de la coyuntura, mucho más de la realidad objetiva y se ha dejado llevar por la agenda masista, perdiendo en cada caso.

En realidad el M.A.S. tiene una base del 60 por ciento para consolidar su reelección y sobre ella tiene que edificar su reino. Con este porcentaje ha declarado que impondrá al 40 por ciento restante la voluntad del altiplano. Se agarra de la ley (¿?) y exige ahora el respeto de todos al resultado. Se convierte en abanderado de las autonomías y se olvida que estas “eran separatismo”, reclama todo aquello que ellos negaron sistemáticamente durante estos tres años de gobierno y la oposición muerde el anzuelo, se siente desafiada y reacciona “a lo macho”.

Entonces aparece el señor Mesa & Cia. anunciándose como el salvador esperado, Víctor Hugo Cárdenas como candidato “para todos” y el MNR ofreciendo la silla al Cardenal Terrazas. Total todos ellos más otros aún en las sombras, han decidido iniciar el carnaval político que asegure la reelección de Evo Morales.

Con esta comparsa anunciada, se deja de lado la defensa de las autonomías, del derecho al disenso, del voto por el NO, de la resistencia cívica a ser parte de la farsa y de la esperanza de terminar con el ciclo de la vergüenza cocalera.

No hay convicciones, solo intereses. Y este error le costará al país años de atraso, miseria agravada y aislamiento internacional.

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