La ONU denuncia que su cuartel general en Gaza fue atacado con munición de fósforo

GUERRA EN GAZA

Israel golpea al liderazgo de Hamas

Muere el ministro del Interior y jefe de una milicia de 13.000 hombres



HENRIQUE CYMERMAN  – Jerusalén Corresponsal

MÁSDE UN MILLAR DE MUERTOS Mil cien palestinos y trece israelíes han perdido la vida en los veinte días de guerra

ATAQUE A LAS NACIONES UNIDAS

La ONU denuncia que su cuartel general en Gaza fue atacado con munición de fósforo

Said Siam, ministro del Interior y uno de los cinco miembros del liderazgo colectivo de Hamas, murió ayer en Gaza como consecuencia de un bombardeo israelí. La jornada fue una de las más duras de la guerra, con intensos ataques de la aviación y fuertes combates cuerpo a cuerpo en, al menos, tres barrios de la propia ciudad de Gaza.

Todo parece indicar que el Tsahal aprieta el acelerador de la máquina militar antes de que el Gobierno que preside Ehud Olmert acepte un alto el fuego. Esta decisión, según se comentaba ayer en círculos oficiales de Jerusalén citando fuentes diplomáticas egipcias, podría tomarse en cualquier momento. La tregua, patrocinada por El Cairo, incluye garantías de Washington para que se detenga el contrabando de armas a través de los túneles de Rafah, tal como exige Israel.

Al menos 70 personas murieron durante los combates de ayer, lo que eleva el total de muertos palestinos hasta los 1.100. Israel ha tenido trece bajas.

Siam estaba refugiado en casa de su hermano, en el barrio de Jeque

Raduan de la ciudad de Gaza. El edificio fue completamente destruido por las bombas. Hamas asegura que también murieron un hijo de Siam, su hermano y la familia de su hermano.

Siam pertenecía al liderazgo de Hamas desde el 2004. Fue el fundador de la Fuerza Ejecutiva, un cuerpo de 13.000 hombres encargados de la seguridad. Primero acabaron con la anarquía en Gaza, luego dieron un golpe, en junio del 2007, contra Al Fatah y, finalmente, atacaron Israel.

Hamas perdió, así, a uno de sus hombres más importantes cuando el Tsahal estrecha el cerco alrededor de la dirección del movimiento, que está refugiada, según calculan los generales israelíes, en los sótanos del hospital Shifa. Unos 80 tanques estaban anoche a menos de diez minutos de este hospital, el más importante de la franja. Avanzaban protegidos por helicópteros y provocaban que miles de palestinos huyeran hacia el sur.

De los ataques de ayer tampoco se libró el cuartel general de la ONU en Gaza. Municiones con fósforo blanco, según la ONU, lanzadas por la aviación israelí, incendiaron un almacén de la Unrwa, la agencia para los refugiados de Gaza. Los camiones con la ayuda no circularon.

Ban Ki Mun, secretario general de la ONU, condenó el ataque ante el propio primer ministro Ehud Olmert, a quien vio en Jerusalén. Olmert se disculpó pero afirmó que el ataque israelí fue en respuesta a uno previo de Hamas lanzado desde la sede de la Unrwa durante la tregua diaria de tres horas. Ban Ki Mun exigió "la detención inmediata y continua" de las hostilidades.

Por el contrario, el ministro de Defensa Ehud Barak reconoció a Ban Ki Mun que el ataque había sido un error propiciado porque Hamas utiliza a la población civil como escudo humano.

Said Siam, que tenía 50 años, era uno de los cerebros de esta estrategia. Dada su enorme popularidad – era un gran predicador y en las elecciones del 2006 obtuvo 170.000 votos para representar a la ciudad de Gaza en el Parlamento palestino-,su desaparición puede influir en la resistencia de las milicias islamistas, así como en el control de la seguridad dentro de la franja.

Después de casi tres semanas de lucha, Hamas mantuvo ayer la intensidad de los ataques contra poblaciones de Israel. Unos 30 cohetes cayeron en el sur del país. Hubo nueve heridos – tres de gravedad-en Beersheba.

La lógica de la destrucción volvió a coexistir con los esfuerzos diplomáticos. Amos Guilad, jefe de la negociación israelí, pasó el día en El Cairo. A los egipcios les dio la impresión de que aceptaba la esencia del alto el fuego. A última hora regresó a Jerusalén, donde se reunión con Olmert, Barak y Tzipi Livni, ministra de Asuntos Exteriores.

Hamas plantea un alto el fuego por un año e Israel medita su decisión

Una decisión sobre el alto el fuego se esperaba después de esta reunión. Podía ser inmediata o retrasarse hasta el domingo, el día de la reunión semanal del Consejo de Ministros.

Hamas reiteró añoche que acepta la propuesta egipcia de un alto el fuego (durante un año precisió un portavoz de la organización a France Press) que lleve a una retirada inmediata israelí de Gaza, el fin del bloqueo y la reapertura de los puestos fronterizos, especialmente el de Rafah. "Aceptaremos un alto el fuego pero no la rendición", manifestó la dirección islamista desde Damasco.

La secretaria de Estado de EE. UU., Condoleezza Rice, se comprometió a imponer las garantías exigidas por Israel para impedir el contrabando de armas hacia la franja de Gaza procedentes, sobre todo, de Irán. Habrá, por tanto, vigilancia de las costas de Gaza por parte de la OTAN. Estados Unidos ofrecerá ayuda en el campo de la inteligencia e Irán será sancionado si continúa enviando armas a Gaza.

La guerra está cambiando la percepción que la población palestina tiene de Hamas. Según ha podido saber La Vanguardia,hay cada vez más habitantes de Gaza que acusan a los islamistas de haber provocado la tragedia. La fuente de esta información es Abdalah Rabid, ex jefe de la inteligencia palestina en la franja con Al Fatah, que fue a Ramala para recibir tratamiento médico días antes de la invasión israelí. Ahora está atrapado en Cisjordania.

Su mujer y sus tres hijos se han quedado en Gaza. Habla decenas de veces al día con ellos. "Los islamistas – afirma-no respetan la democracia ni nos permiten tener libertad. Las milicias roban la ayuda internacional y se la repartieron entre ellos y sus familias".

Opina lo mismo Ziad Abu Ein, dirigente de Al Fatah en Ramala, que tiene familia en los campos de refugiados de Gaza: "Cuando un miliciano de Hamas recibe el aviso israelí de abandonar su casa antes de ser atacada, sale corriendo, sin avisar a los vecinos para que mueran".

GUERRA EN GAZA

El juego de intereses en la región y el rechazo a Hamas han frenado las iniciativas árabes de alto el fuego

"TODOS NEGOCIAN CON NUESTRA SANGRE"

FÉLIX FLORES  – Ramala Enviado especial

LA VANGUARDIA

Desde su limpio triunfo electoral en el 2006, Hamas es una piedra en el zapato de los regímenes árabes

En Oriente Medio, "todo el mundo quiere luchar contra Israel, hasta el último… palestino", dice con amarga ironía un alto diplomático de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), pesimista ante la posibilidad de un alto el fuego inminente que debería ser de obligado cumplimiento por la resolución 1860 del Consejo de Seguridad. "Todos negocian con nuestra sangre", afirma.

"Los de Hamas son torpes, y eso lo han usado los países árabes – dice un hombre de confianza del rais Mahmud Abas que se ha pasado estos días yendo y viniendo de El Cairo-.Hamas se ha creído que era el nuevo Hizbulah y que los países árabes iban a tener opiniones dispares". En realidad, Hamas es una piedra en el zapato para los regímenes árabes: fue capaz de ganar en el 2006 unas elecciones (supervisadas por Jimmy Carter) que fueron quizás las más limpias vistas en Oriente Medio y el Magreb, al margen de la razón por la que los palestinos – con un grado de desarrollo democrático superior al resto-eligieron a los islamistas, y que no fue otra que un voto de castigo a la sempiterna corrupción de Al Fatah.

Egipto, Jordania, Arabia Saudí y el resto (incluida la ANP) prefirieron al principio que Israel le diera a Hamas en toda la testa, hasta que Gaza se convirtió en una orgía de sangre y todo el mundo pudo verlo gracias a las cadenas árabes Al Yazira y Al Arabiya, y por supuesto gracias al servicio palestino de televisión Ramattan. El ejército israelí no se ha atrevido a bombardearlo, a pesar de que ha disparado contra automóviles de prensa, viviendas de periodistas yel edificio Jawhara, sede de varias cadenas, donde el pasado día 8 un avión no tripulado soltó un cohete en la azotea, desde la que un par de equipos transmitían en directo, y causó dos heridos.

La indignación y la frustración han crecido entre la población árabe, que tiene la causa palestina como gran símbolo, mientras que sus gobiernos la usan como moneda de cambio. Mientras los palestinos de Cisjordania y de Israel gritan "vergüenza sobre los gobiernos árabes" (y ponen al rais egipcio, Hosni Mubarak, al mismo nivel que el primer ministro israelí, Ehud Olmert), estos se limitaron a pedir que Egipto abra su frontera con Gaza. Noventa diputados egipcios han exigido que se suspenda la exportación de gas a Israel. Mubarak no es capaz de hacer ni lo uno ni lo otro. Más bien al contrario, ha seguido reprimiendo a los Hermanos Musulmanes, que son, más que hermanos, los padres de Hamas. Los dirigentes de Gaza, según fuentes de Ramala, celebraron el vigésimo aniversario de Hamas reafirmando su fidelidad a la internacional de los Hermanos Musulmanes, que promueve la revolución islámica.

Los países petroleros tampoco se han movido más allá de poner dinero para enviar ayuda humanitaria. Qatar es una excepción. Algunos lo definen jocosamente como "una televisión (Al Yazira) que tiene un país", pero entre la ANP causa irritación por su apoyo – a veces descarado-a Hamas. Ahora promueve una cumbre árabe para hablar sobre Gaza, una iniciativa que molesta a Egipto y a la cual los países árabes moderados no asistirán. El primer ministro, Hamad bin Jasim al Thani, ha pedido "congelar la iniciativa árabe y todas las conversaciones de paz con Israel". En la ANP temen que Qatar, país cuya base militar estadounidense rivaliza con la de Kosovo en ser la mayor del mundo fuera de EE. UU., siga instrucciones de sus amigos y saque el maletín del dinero. El sentido final de jugar con dos barajas sería que no haya ni unidad palestina, ni paz, ni guerra.

En el juego de intereses de los países árabes, pesan las alianzas con Estados Unidos, lo poco que les gusta Hamas y el temor a que quienes acabaran llevándose los beneficios fueran Irán o Siria, los dos, apoyos de Hamas, y ambos con ambiciones de poder regional. Todo ello ha redundado en la impunidad con que ha actuado Israel. Elias Harfoush escribe en el diario árabe Al Hayat,publicado en Londres, que tanto Gaza como Líbano en el 2006 demuestran que la época en que los árabes luchaban unidos contra Israel ha acabado definitivamente. O, como decía el diplomático, estas guerras se siguen librando "hasta el último palestino".

Siria, que da asilo al comité político de Hamas y facilita la logística a sus miembros, espera a Barack Obama para – con ayuda de Francia-salir de su aislamiento internacional y, a tenor de ciertos análisis, bien puede acabar vendiendo a Hamas en esta batalla. En cuanto a Irán – los islamistas palestinos no son chiíes como los persas-,a pesar de la propaganda que el líder espiritual Ali Jamenei lanza para consumo interno, no está profiriendo amenazas y mantiene una posición tibia, también esperando a Obama para sentarse un día a negociar sus asuntos.

Según Al Hayat,"las bombas que caen sobre Gaza están destinadas a Irán, igual que las lanzadas en el 2006 sobre Líbano" y "en realidad, Hamas y Hizbulah no son tanto aliados de Irán como instrumentos de una guerra de desgaste". The New York Times ha señalado que a Irán le basta con que Hamas declare al final su victoria moral, cosa que indudablemente hará. El último día, todo el mundo lo sabe, Mahmud al Zahar (líder de la facción dura de Gaza) y el primer ministro Ismail Haniye alzarán sobre las ruinas de Gaza la bandera verde y saldrán a la palestra diciendo que a pesar de un millar de muertos han sobrevivido y que eso es lo importante. Quizás, creen algunos, tiren un último cohete para afirmar: seguimos aquí.