Necesidad de un pacto social

image Editorial El Nuevo Día.

La mayor parte de los titulares de la prensa nacional y extranjera ha dado cuenta de los resultados del referendo del 25 de enero. Mientras por un lado muestran el hecho incontrovertible de la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, que al final de cuentas viene a resultar también un hecho histórico, también alertan sobre la distinta visión de país que ha quedado claramente reflejada en los resultados porcentuales de la votación.  El margen que separa al No del Sí no solamente le resta legitimidad a las celebraciones gubernamentales, sino que se ha convertido en el obligado punto de referencia para la nueva lectura a la dinámica situación política del país. Hay que negociar.

Puede resultar poco sensato de parte del Gobierno ignorar el clamor de prácticamente la mitad del país que se ha pronunciado en contra de su proyecto. Si bien esto no va a cambiar el hecho que ya hay una nueva Constitución, no puede perderse de vista la dificultad de su aplicación, en términos de paz social, si no se tienden ahora los necesarios puentes de entendimiento entre los principales actores políticos del país, que son los que al final van a dar, nuevamente, los siguientes pasos. Las bases del entendimiento están justamente en la necesidad de una lectura pausada e inteligente de lo que quiere la población boliviana.



En el fondo, la gente quiere que se respeten los derechos individuales, la libertad de expresión y el acceso a las oportunidades de empleo y superación sin los obstáculos que supone la discriminación étnica de la nueva Constitución. También se ha puesto sobre el tapete la inseguridad sobre la libertad de culto religioso y otras disposiciones que van en contra de lo que se entiende una convivencia pacífica. ¿Dónde acudir para garantizar que el Gobierno respetará tales derechos? ¿Cómo saber si no se impondrán las cosas a la fuerza? La respuesta a estos interrogantes constituye la clave para arribar a un gran pacto social.

Por una parte porque es evidente la división sobre el tipo de país que queremos y el rumbo que consideramos tomará la república. En la medida que la población conozca en profundidad el alcance de la nueva Carta Magna va a configurar una situación social que se hace preciso prever en función de la vida nacional. Los resultados del 25 de enero han mostrado una creciente oposición al Gobierno en el área urbana nacional, en la misma medida que la clase media ha pasado de la defensiva a la organización. También ha mostrado que otras fuerzas políticas se están reactivando para unirse a cívicos y opositores.

Un pacto social entre los que piensan distinto se presenta como imperioso. Este pacto social pasa por el reconocimiento de que hay una manera de vivir en el país que no se la puede borrar con la violencia y mucho menos de un plumazo. Por otra parte, que hay una manera de producir que requiere apoyo y seguridad para seguir aportando al país. También se requiere de un pacto para que se respeten los derechos que aparecen como amenazados. De la premura y prudencia con que se den las respuestas dependerá no sólo el sosiego del país, sino por sobre todo la propia aplicabilidad de la nueva Constitución Política del Estado.

La gente quiere que se respeten los derechos individuales, la libertad de expresión y el acceso a las oportunidades de empleo y superación.

La estadística

El presidente Evo Morales confirmó la reducción de las reservas internacionales (RIN) para este año.

1.000 MILLONES de dólares bajarán las reservas internacionales.

7.804 MILLONES  de dólares es el total de reservas al 21 de enero.

1.714 MILLONES de dólares sumaban las reservas en enero de 2006.

sube y baja

Marco Ribera

Por su osadía y profesionalismo

El taekondista continúa compitiendo pese a tener una bala en la espalda, producto de un asalto. Así llegó a ser campeón nacional y ahora se alista para ir a los Juegos Bolivarianos.

Ramiro Tapia Sainz

Declara alerta pero no da los recursos

El Ministro de Salud prometió desembolsar parte de los 800 mil bolivianos presupuestados para la lucha contra el dengue, pero hasta el momento no lo hizo. Sólo envió insecticida.