Santos el enmascarado de plata

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"Para ser pariente de Santos Ramírez, primeramente tendría que hablar quechua y fundamentalmente no matar". Con estas palabras el actual presidente de YPFB, intentó deslindar un parentesco con los hermanos Córdova, quienes son sindicados como los autores intelectuales del crimen del empresario Jorge O´Connor, asesinado a sangre fría en una operación económica en la que se dice que estaría entregando dinero a cambio de un contrato que su empresa Catler Uniservis había firmado recientemente con YPFB.

No entendemos qué habrá querido decir con esto Ramírez, pero sí podemos observar que existe la intención de hacer una manipulación de su condición de indígena en medio de este culebrón de corrupción y crimen que ataca hoy a cercanos funcionarios del presidente Evo Morales.



Mientras la constitución aprobada con serias dudas hace sus pininos en una Bolivia convulsionada, removida por un terremoto de propuestas de cambios, la corrupción se destapa una vez más por el crimen a sangre fría perpetrado sobre la persona de un adjudicatario de un contrato de servicios petroleros, caso que presenta todas las características de una mafia en pleno funcionamiento.

La conferencia de prensa que dio ayer en forma precipitada Santos Ramírez, pretendió despejar dudas por el simple hecho de aparecer frente a las cámaras. Sabemos que Santos es considerado como uno de los hombres fuertes del presidente Morales, quién tal como el ministro Quintana, es uno de los hombres cercanos y de confianza, pesos pesados en el Palacio de Gobierno, hábiles para negociar y ambiciosos para escalar en puestos de poder.

El crimen es una verdadera boca de la pústula que parece haber madurado en tres años de gobierno, demasiado poco tiempo para tanta trama y tan malos resultados para el país a nivel del uso que se le están dando a las empresas nacionalizadas en nombre del derecho de los bolivianos a tener control sobre sus recursos naturales.

Lo que Santos Ramírez no va a poder tapar con el absurdo de que sólo serían sus familiares quienes hablan quechua y no matan, es que su cuñado acompañó al empresario a retirar y trasladar el dinero, lo condujo a su domicilio donde fue asesinado. La hermana de Javier Navia Doria Medina, es Giovana Navia Doria Medina diputada por el Mas y flamante esposa de Santos Ramirez, quien según fuentes del parlamento habría desaparecido y está con el celular apagado desde hace dos días, exactamente luego que sucedió el crimen.

Más allá de todos los entremeses, de tantas pistas que no son cabos sueltos, sino que se unen y se atan unos a otros en una sólida trama, nos parecieron muy desatinadas las palabras del presidente Evo Morales, quien declaró a la opinión pública que él conoce quien es Santos Ramírez, que no puede poner las manos al fuego porque eso no se debe hacer por nadie, pero que está seguro que esta es una nueva manipulación de la oposición que en su opinión estaría realizando una persecución política a su amigo y funcionario.

¿Persecución política? También estará cambiando el español que hablábamos en la cercanía de la vigencia del Estado Plurinacional? ¿Habrá cambiado el sentido de las palabras?, nos preguntamos, ante esta forma de encarar los indicios de corrupción.

Recordemos que las mismas expresiones tuvo el presidente cuando un ex funcionario de aduanas incriminó a su Ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana por un cuantioso contrabando.

¿Será que la máscara de plata de Santos Ramirez no deja que el Presidente vea la realidad que se cierne en la Bolivia refundada, que en palabras de Morales surge con supuesta igualdad de oportunidades para todos los bolivianos?

En fecha 23 de enero del presente, dos días antes de la nacionalización de la empresa Chaco, con el escenario del Río Grande de fondo, el mismo Presidente firmó con su propio puño el contrato con la empresa Catler Uniserver. A su lado estaban sentado Santos Ramírez y el empresario Jorge O´Connor recientemente asesinado a sangre fría. Evo Morales expresó ese día en su discurso, que estas eran las inversiones que se hacían en Bolivia, que con empresas como la de O´Connor Bolivia iba camino a la prosperidad y a las grandes inversiones.

El contenido del discurso también nos deja sin palabras.