Editoriales y portadas de periódicos

La Prensa / Un síntoma de dictadura

La Razón / Dudas acerca del voto en el exterior

El Diario / Múltiples responsables del escándalo de YPFB



El Nuevo Día / La Biblia y la wiphala

Elpaisonline.com / La política de tierras e integración nacional

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Opinión / La moda de la reelección indefinida se expande en nuestra América

El Mundo / Maletines negros

El Deber / Chávez para rato

Tres en Uno

La Estrella del Oriente / Ir o no ir es la cuestión

Los Tiempos / Un indio en la corte del zar Putin

El Nacional / Reunión y diálogo para definir autonomías


image La Prensa / Un síntoma de dictadura

En principio, Chávez pretende extender su mandato hasta 2019, con lo que completaría 20 años en la Presidencia y, si el pueblo le permite, por todo lo que le queda de vida.

Una de las bases de la democracia es la alternabilidad. Lo contrario, la permanencia indefinida de un mandatario o de un partido en el poder, se convierte en dictadura, por mucho que se produzca mediante el voto popular.

Por eso, son sabias las legislaciones que determinan que un presidente no podrá ser reelegido por más de una gestión.

Ahora, Venezuela abrió la reelección indefinida. Eso quiere decir que el actual presidente de ese país, Hugo Chávez, puede ser reelegido hasta la muerte. Algo como sucedió en Cuba, donde Fidel Castro gobernó 49 años, o con el general Alfredo Stroessner, con sus 35 años en la presidencia de Paraguay, y estuvo muy cerca de suceder en Chile con Augusto Pinochet, el dictador militar más sanguinario de la historia moderna sudamericana. Sin embargo, un oportuno No en el plebiscito de 1988, por apenas tres o cuatro puntos porcentuales de diferencia, le impidió cumplir sus propósitos de prorrogarse en el poder.

Tanto Castro como Stroessner y Pinochet, desde diversos extremos, aplicaron políticas con mano de hierro, violatorias de los derechos humanos y conculcaron las libertades, especialmente la de prensa, al amparo del poder omnímodo que adquirieron, con lo que impidieron investigaciones de sus manejos económicos.

En tantos años de gestión, la discrecionalidad y la corrupción tienen su caldo de cultivo y permiten el autoritarismo y la tiranía. Cuando Stroessner y Pinochet cayeron, apareció el enorme nivel de sus negociados guardados durante sus años de Gobierno. En Cuba, después de 50 años de Gobierno comunista, ningún cubano tiene libertad para irse a vivir o hacer turismo en otro país y son muchos los deportistas que huyen de las delegaciones que viajan al exterior. A pesar de medio siglo, el castrismo no logró el desarrollo de Cuba. En Venezuela ya no hay libertad para retirar su dinero de los bancos en cantidades mayores a las permitidas.

Chávez insistió en su intento por prolongar su permanencia en la Presidencia de Venezuela. Fracasó en el primero, y en el segundo consiguió ganar mediante una enorme y millonaria campaña electoral. En principio, pretende extender su mandato hasta 2019, con lo que completaría 20 años en la Presidencia y, si el pueblo venezolano le permite, por todo lo que le queda de vida.

En Bolivia, la nueva Constitución Política del Estado (CPE) establece la reelección presidencial por un periodo más. En la anterior no había reelección. En el proyecto de la actual estaba la reelección por más de un periodo adicional. Felizmente se entró en razón y se eliminó esa posibilidad porque habría sido antidemocrática.

Pero el Gobierno sigue a pie juntillas lo que hace Chávez y, si bien hay la reelección para un solo periodo más, nada asegura que más tarde se pretenda, a través de otro referéndum, buscar ampliar los periodos de reelección, lo que significará una duro golpe para la alternabilidad democrática.

image La Razón / Dudas acerca del voto en el exterior

El Gobierno no puede perder de vista que comete un grave error poniendo en duda la transparencia de los procesos eleccionarios… se enfrenta al reto de dar las suficientes señales de que ésta no es una medida oportunista para recuperar los votos que ha perdido.

El Gobierno continúa empeñado en impulsar sus políticas por la vía del decretazo. La última reunión del gabinete de ministros del presidente Evo Morales puso en marcha el plan para que los bolivianos residentes en el exterior puedan votar en las elecciones generales de diciembre, y lo hizo, una vez más, a través de un decreto supremo.

El primer acápite del artículo 27 de la nueva Constitución Política del Estado (CPE) reconoce el derecho al voto fuera del país. “Las bolivianas y los bolivianos residentes en el exterior tienen derecho a participar en las elecciones a la Presidencia y Vicepresidencia del Estado, y en las demás señaladas por ley…”.

El segundo punto se refiere a la participación en elecciones municipales, también “conforme a la ley”. Pero ni esto ni lo otro fue tomado en cuenta por el Órgano Ejecutivo, que encabeza el Jefe de Estado y que es el primero en violar la Carta Magna que promovió con fervor antes del referéndum del 25 de enero.

No está bien que, en democracia, se gobierne a base de decretos. Esa es una muestra de que falta capacidad y/o voluntad de concertación, al margen de existir un irresponsable empeño en ejecutar las políticas públicas por la fuerza.

La decisión gubernamental es doblemente cuestionable si se toma en cuenta que el propio MAS llevó al Congreso Nacional un proyecto de ley para aprobar, con el debido conocimiento de la oposición parlamentaria, el voto de los ciudadanos bolivianos en el exterior.

El apuro debe ser grande, tanto como para no esperar a que se den los pasos legales correspondientes en el Congreso. Mientras, después de que se conoció la intención de que embajadas y consulados bolivianos tendrían a su cargo el control de los votos en el exterior, el oficialismo ha vuelto a dar pie a las especulaciones y susceptibilidades: la oposición ha denunciado que sospecha de un fraude electoral.

El Gobierno no puede perder de vista que comete un grave error poniendo en duda la transparencia de los procesos eleccionarios. Al margen de posibilitar el voto en todos los países donde residen los bolivianos —principalmente en Argentina, EEUU y España, porque en esas tres naciones radica la mayoría de los compatriotas emigrantes—, se debe garantizar que el sufragio en el exterior guarde las mismas formalidades que se aplican dentro de Bolivia. No puede haber tratamiento diferenciado: todos tienen que cumplir los mismos requisitos, es decir, los que establece el Código Electoral vigente.

La Corte Nacional Electoral (CNE), nuevamente, juega un rol preponderante en este tema; lo analizaría hoy. El caso de Argentina es patético. Hace poco, un funcionario del cuerpo diplomático boliviano acreditado en ese país reconoció que desconocían, a ciencia cierta, la cantidad exacta de compatriotas residentes allí. Con esas condiciones, ¿de qué manera se controlará el voto, a pocos meses de las elecciones de diciembre?

El politólogo y ex vocal de la CNE, Jorge Lazarte, ha señalado, con mucho criterio, que Bolivia ni siquiera puso en orden su Padrón Electoral y, como si todo estuviera bien por casa, ya está planificando elaborar otros en el exterior. El gobierno de Morales se enfrenta al reto de dar las suficientes señales de que ésta no es una medida oportunista para recuperar los votos que ha perdido, como quedó demostrado en el referéndum de enero.

image El Diario / Múltiples responsables del escándalo de YPFB

La danza de responsables de la millonaria estafa de la planta separadora de líquidos de YPFB con sus trágicas y dramáticas consecuencias, no se limita al destituido presidente de la estatal petrolera y sus cómplices inmediatos, sino a una enorme gama de niveles de Gobierno y administración que omitieron por distintos motivos el cumplimiento de sus obligaciones de control y seguimiento. Y es necesario decir que esa responsabilidad en orden descendente se proyecta como una sombra, desde el propio Presidente del Estado y de su gabinete ministerial. Es que una contratación –no digamos licitación porque no la hubo- de tanta envergadura, debía haber sido objeto de un constante seguimiento si en verdad constituía un proyecto estrella de la nacionalización de hidrocarburos, como la llama el Gobierno. Bajo un subjetivismo de confianza inadmisible en los negocios públicos, se llega al extremo de dictar dos decretos supremos que liberan a YPFB del cumplimiento de las normas legales de licitación y contratación de obras y servicios.

Mientras el ex Ministro de Hidrocarburos y el Superintendente del ramo niegan haber conocido el contrato con Catler-Uniservice, se hace evidente que incurrieron en omisión de deberes por su condición de cabeza de sector el primero y de supervisor nato el segundo. Es que como el señor Santos Ramírez tenía vara alta con el primer mandatario, para dichos cargos logró el nombramiento de dos hombres de su entera confianza y que le debían gratitud, por lo menos una de dichas autoridades. Pero como estos sentimientos anulan por lo general los deberes de ética y patriotismo, no ejercieron las responsabilidades que les correspondía.

En el orden interno ocurre otro tanto; uno de los integrantes del Directorio de YPFB en su presentación en un medio audiovisual, manifestó que desde el nombramiento del aludido ex presidente de la estatal, ese organismo sólo se reunió una vez, extremo muy expresivo de la pasividad de sus miembros. A esto se añade la lenidad o complicidad de los mecanismos internos de YPFB al no cumplir sus tareas, ni efectuar las representaciones que fueran necesarias frente a las irregularidades que se observaban de cerca, tales como los gerentes de área, la Dirección Legal, la oficina de Control Interno, etc. Sobre el particular, la fiscalía y el Ministerio de Transparencia han dejado traslucir que existirían funcionarios comprometidos, lo cual es obvio en una institución corporativa. Al mismo tiempo se percibe que la Contraloría General de la República tampoco intervino de oficio como le correspondía, ni se tomó acción alguna sobre las denuncias del caso, seguramente por tratarse de uno de los más poderosos hombres del actual régimen, hasta que el desenlace final hizo inocultables los hechos.

Por otra parte, la entidad fideicomisaria o fiduciaria no parece haber cumplido con los términos del fideicomiso al efectuar desembolsos a simple requerimiento, si se considera que esta figura jurídica tiene por objeto la administración de bienes o capital que se confía por lo general a instituciones para un fin específico encomendado por el fideicomitente. Por sus características el fideicomiso no es apto para los negocios públicos, porque como en este caso no es el Banco o fideicomisario quien administra por sí mismo los bienes o el capital recibido, sino que parece tratarse solamente de un custodio de los recursos depositados por el Tesoro General de la República o los que le hubiera girado YPFB. Lo inadecuado de esta modalidad para el manejo de emprendimientos estatales, no ha faltado quien le hiciera notar al primer mandatario después de los sucesos conocidos. Llama la atención las declaraciones de dicha autoridad en sentido de ratificar que los fideicomisos seguirán en aplicación mientras dure su mandato. Una persistencia como la presente, luego del descalabro conocido y que en buena parte se debe a la liberalidad de los custodios de la operación, sólo pueden entenderse como parte de un ego personal en razón del cargo, aunque ello arriesgue hechos similares que no sería raro que tengan lugar.

image El Nuevo Día / La Biblia y la wiphala

Los bolivianos se encuentran en medio de una guerra de símbolos que amenaza con agudizar el ambiente de confrontación que vive el país. Pese a que el peligro es muy serio, conviene no tomar a la ligera este aspecto, pues tiene que ver con realidades muy profundas y significativas, con la identidad de las personas, sus creencias y su raigambre cultural. Lamentablemente, es el MAS el que considera que todo esto es una jugarreta que se puede manipular sin temor a las consecuencias.

Pese a la aparente liviandad que lo guía, el Gobierno conoce muy bien las complejidades en las que se mete cuando trata de manosear los símbolos que identifican a la gente y por eso fue que abandonó la idea de cambiar el escudo y la bandera nacionales, mientras que la wiphala pasó a un segundo plano e incluso fue retirada como ícono en algunos espacios públicos oficialistas, durante el proceso de consolidación del actual proceso político.

Ahora que el MAS ha logrado imponer su constitución y que pretende encaminarse hacia la perpetuidad, busca estrujarle a la población una simbología que para la mayoría resulta extraña. Al mismo tiempo, comete el abuso de ordenar el retiro de símbolos religiosos de gran trascendencia como el crucifijo y la Biblia de las escuelas públicas.

La Iglesia se ha pronunciado ya sobre la instructiva y pide a los gobernantes “no tenerle miedo a Dios ni a la fe de las personas”. Conviene que los militares, los principales vigías del carácter sacro de los símbolos de la Patria, opinen sobre el hecho de colocar en el mismo nivel a la wiphala y a la tricolor boliviana, ya que se ha ordenado izarlas al mismo tiempo en todos los actos públicos.

Es un juego muy arriesgado el de las autoridades que llegan al extremo de la intolerancia, como el hecho de impedir que un colegio de Santa Cruz se cante el himno cruceño. No hay duda que el objetivo buscado es aplastar las diferencias e imponer por la fuerza unas formas y una ideología de dominio, pese a que tanto se pregona una supuesta virtud de interculturalidad y plurinacionalidad. Lejos de conseguir esa meta, lo más probable es que se consiga agitar el clima de violencia, trasladarlo a las escuelas y llevar a la sociedad civil a un terreno de odio y resentimiento que ha dominando las relaciones políticas en los últimos años.

Quitarle sus banderas a un pueblo, intentar destruir sus símbolos y privarlo de la libertad de ejercer sus creencias en un plano de tolerancia mutua es algo que viola los derechos más esenciales y representa el modo de actuar de un régimen con afanes totalitarios.

La manipulación del concepto de “descolonización” y el hecho de llevar al extremo de la insensatez la política de revalorización de “lo originario” con la falsa construcción de decenas de nacionalidades indígenas, es un grave error en el que incurre el Gobierno, pues se trata de la manera más eficiente de atentar contra la unidad que tanto le hace falta a los bolivianos. Conviene que en lugar del atropello, se apele al respeto, pues se desconoce qué reacción puede adoptar la ciudadanía cuando vea que sus libertades se van limitando cada día.

Autoridades del MAS llegan al extremo de la intolerancia, como prohibir que se cante el himno cruceño en un colegio de Santa Cruz.

image Elpaisonline.com / La política de tierras e integración nacional

El uso y aprovechamiento que un país da a sus tierras agrícolas incide de manera determinante en su desempeño económico general. Influyen también, según las zonas geográficas, la cultura de sus propietarios u ocupantes, el nivel de tecnificación y la infraestructura vial circundante.

La normativa legal asociada a la tenencia y propiedad de la tierra es otro factor gravitante desde el punto de vista productivo. En las zonas andinas y los valles, con predominio de campesinos de origen indígena (aymara y quechua, fundamentalmente) que detentan y producen alimentos en base a prácticas comunitarias y solidarias, se combinan tierras de propiedad comunitaria de regular tamaño con fundos pequeños (y hasta el denominado "surcofundio") de propiedad familiar o individual.

En contraposición, en los sectores amazónicos (Pando, Beni y Santa Cruz, fundamentalmente), si bien existen dispersas comunidades indígenas la mayor parte nómadas o precariamente asentadas en regiones determinadas, la propiedad y tenencia de la tierra la ejercen familias o individuos, los que acumulan grandes extensiones, casi todas ellas destinadas a la ganadería extensiva, que se desarrolla con mínima intervención del hombre y sin aplicaciones tecnológicas. Es mínima la porción dedicada a la agricultura propiamente dicha. Esta ha crecido en los últimos veinte años, a la par de la migración occidental a esas zonas bajas.

La extensa zona chaqueña de Bolivia, incluyendo Tarija, tiene sus propias particularidades. Salvo excepciones muy contadas, la propiedad rural es en general mediana, menor a 5000 hectáreas, que es el tamaño máximo aprobado en la última Constitución Política del Estado. La presencia de poblaciones indígenas está circunscrita a básicamente tres: la de origen guaraní (unos 79 mil habitantes, distribuidos en tierras comunitarias y propiedad familiar, en tanto cerca a cinco mil viven en virtual estado de servidumbre dentro de haciendas), organizada en torno a la Asamblea del Pueblo Guaraní; los tapiete (con una minúscula población censada el 2001, que no llega a veinte habitantes – aunque no lo crea) y los weenhayek (matacos, con menos de mil habitantes según el censo del 2001).

El viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, tenaz y persistente en sus objetivos, ha empezado con la reversión de tierras al Estado precisamente en uno de los sectores más conflictivos y en el que se ha denunciado recurrentemente la existencia de población guaraní en estado servidumbre: el Chaco boliviano. Las más de 40 mil hectáreas revertidas, según el anuncio oficial de ayer, se prevé distribuirlas entre los miembros de la Asamblea del Pueblo Guaraní, con lo que empezaría a hacerse histórica justicia. Simultáneamente, las organizaciones de propietarios que cobijan a las familias afectadas con la reversión (a algunas Almaraz las ha calificado como "maleantes", al sindicarlas de someter a esclavismo a los guaraníes), han anunciado la "resistencia civil" a la acción gubernamental, respaldados presuntamente por el Prefecto del Departamento de Santa Cruz. Se prevé entonces un foco de conflicto, que, al tratarse de tierras, amenaza con ser violento.

¿Porque, 56 años después de la Reforma Agraria con la que se dotó de tierras a campesinos e indígenas del país, tenemos que enfrentar los extremos que ahora combate casi solitario Alejandro Almaraz? La apropiación de grandes extensiones de tierras por parte de grupos de poder incapaces de hacerlas producir revela las desviaciones de una inadecuada e incompleta reforma del agro. La ganadería beniana y cruceña, tal cual se desenvuelve en la mayoría de los casos (extensiva, sin tecnificación, casi igual que hace cien años) es otra muestra clara de los defectos estructurales de la política agropecuaria derivada del 52. Tuvieron que ser capitales brasileños y argentinos los que lleguen para desarrollar áreas de cultivo y ganadería tecnificadas.

¿Porque en el occidente, en las extensas planicies fértiles del altiplano, no se ha desarrollado vigorosa la producción de quinua, avena, la ganadería lechera y de carne (camélidos)? El potencial de la quinua y sus derivados (saponina) es gigantesco, de acuerdo a estudios del investigador Justo Zapata.

Los necesarios esfuerzos para devolverle equidad a la tenencia de la tierra y asegurar que los habitantes milenarios de ella tengan derecho a explotarla, deben ir acompañados de un esfuerzo nacional para que el beneficio sea colectivo y para integrar a aquellos a la vida política y económica nacional, como ciudadanos bolivianos y no como "minorías indígenas". Caso contrario, en poco tiempo volverá a concentrarse en pocas manos para seguir ociosas e improductivas. Las prácticas culturales ancestrales en los métodos de producción deben ser combinadas con los desarrollos tecnológicos apropiados, la educación y programas de salud integral, que saquen de la extrema pobreza y la profunda ignorancia a miles de bolivianos secularmente marginados. Sólo así se sentirán bolivianos en su propia tierra y se reforzará el proceso de construcción de nuestra nacionalidad, siempre articulada y concebida como parte de la gran nación latinoamericana.

image Opinión / La moda de la reelección indefinida se expande en nuestra América

Desde lejos, quizá sin conocer lo que existe en el fondo, las manifestaciones políticas de algunos regímenes populistas nos parecen sin humildad, sin ternura, sin grandeza. Los que ganan en tal contienda, no son precisamente ni filósofos, científicos ni artistas.

Sin duda, la parte más atrasada de la cultura humana es la política, entendida como la lucha de fracciones de diversa naturaleza social por el poder. Esta interacción, casi siempre violenta, tiene por lo menos tres características invariables. En primer lugar, es una forma de reproducir, con ciertos componentes civilizados, las luchas que permanentemente libran las personas por poseer más cosas y por imponer su voluntad a los demás. En segundo lugar, en todas sus expresiones y niveles es un acontecimiento violento y, finalmente, podemos decir que es en este ámbito donde las personas liquidan o minimizan el significado de la moral en las relaciones humanas.

En las primeras etapas de la historia que pueden ser comprobables, las tribus peleaban por territorios, por recursos naturales y en esa pelea los vencedores mataban a los vencidos. Después se dieron cuenta que en vez de matarlos podían esclavizarlos. Ese concepto, obviamente, con diferencias formales, continúa. Los que ganan en las contiendas políticas ya no matan tanto, pero pueden apoderarse, con diversos métodos, de los bienes de los perdedores.

La política, siendo una lucha dura y cruel por el poder, en sí misma, es un acontecimiento violento. La violencia se da a través de diversas manifestaciones sociales. La tortura, el exilio, el terrorismo, la persecución y otros hechos materiales son terribles, pero no son menos terribles la calumnia, el insulto, el manejo arbitrario de los tribunales de justicia para castigar a gente inocente y lo más grave la conducta discrecional y totalitaria de quiénes toman el Gobierno. En esta supervivencia del pasado, no hay nada peor que las dictaduras avasalladoras de todo derecho, de todo principio, de toda institucionalidad.

Finalmente, la política es amoral, puede hacer y justificar todo. Los llamados revolucionarios, más hábil y audazmente, se atribuyen la facultad de hacer absolutamente lo que mejor les parece a nombre de la revolución: destruir, matar, calumniar, deformar, en fin, negar lo que supuestamente debe ser cambiado o sustituido. Los ganadores son los buenos, los perfectos, aunque hubieran cometido mil crímenes. Y los revolucionarios no sólo que pueden fusilar y atormentar, sino que celebran tales hechos como parte de su revolución.

Es en este nivel, es decir, en la parte más atrasada de la cultura, donde triunfan los audaces, los crueles, los que son capaces de matar o morir en la lucha por el poder. Lo que llama la atención no es sólo el comportamiento de los líderes partidistas, sino la conducta de las masas obnubiladas por mecanismos cuidadosamente establecidos, por acciones instintivas, por ofrecimientos demagógicos y por acciones ajenas a los avances de la ciencia y del arte. Los que ganan en estos enfrentamientos anacrónicos, no son los sabios, los santos ni los artistas, sino, precisamente, los que son distintos a tales niveles y cualidades.

image El Mundo / Maletines negros

Todos sabemos que en Bolivia (en los demás sitios no me importa) existe la cultura de los “maletines negros” que no es otra interpretación de la institucionalización de la corrupción proveniente de lo que conocemos como: “ La coima, el negociado, el soborno” que no es más que la compra de conciencia de hombres públicos por privados para favorecerse de los fondos de todos de los ciudadanos, la compra de conciencia sobre todo son sobre los que tienen la potestad de decidir sobre la concesión de contratos, favorecerse de un fallo judicial, beneficiarse con adquisiciones y sobreprecios en obras y otras situaciones donde pocos se benefician y muchos se perjudican.

Hace días que “moros y cristianos” se golpean el pecho por los acontecimientos que se generaron a raíz del asalto de un “maletín negro” que lo portaba un corrupto para corromper a un funcionario público que lo permitió, lo lamentable es que se pretende expiar este acto librando a los otros responsables de una banda que tomó control de una institución.

La corrupción existe en el parlamento y no para comprar solo a los parlamentarios de la oposición sino a los propios, esta práctica se genera en los consejos municipales, en los consejos prefecturales, en los directorios y sobre todo en las juntas de calificaciones, siempre me llamó la atención lo que sentirán los funcionarios que reciben el “maletín negro”, podrá ser felicidad indudablemente el dinero da tranquilidad pero no si felicidad, que es lo justo, pueda que dentro del sentimiento de que le corresponde enriquecerse a costa de los demás, quien sabe que ese dinero les permitirá conseguir un espacio en un circulo que le estaba negado, siempre me pregunté con qué cara llegarán a su casa y les dirán a su esposa que hoy festejarán con una botella de alguna bebida cara ya que el día le sonrió, con qué ojos miraran a sus hijos o a su madre o padre, será que ellos lo prepararon para ser parte de una familia digna como la de Borsalino, Al capone, o alguna versión criolla de los Soprano, entonces no debe alarmar a los recibidores de los maletines cuando mañana sus hijos sean dignos hijos de los padres que tienen, que mañana no se pregunte de donde salieron.

Maletines negros existieron siempre, en el gobierno de García Meza existieron entre sus generales los “bonos de lealtad” que desde ahí en la democracia sirvieron para convertir los instrumentos del estado en tiendas donde todo se compra, donde todos se venden, las escenas más vergonzosas se viven en las transacciones de compra-venta de parlamentarios desde los inicios de la democracia en la década del 80 hasta la compra de senadores de podemos a favor del MAS y la compra de un senador del MAS por la oposición, no siempre se trata de “maletines negros” estos se cambian por espacios de poder, por ejemplo aquí en Santa Cruz existen concejales que venden su voto, así como que en la universidad existe corrupción de parte de un ex Rector que se niega a abandonar sus espacios y detenta poder y qué hace el actual rector que no se anima a darle un puntapié en el trasero para acabar con esta lacra que nos hace daño, esto solo es un botón de ejemplo de que la corrupción toma poder, hoy incluso el Comité Pro Santa Cruz se contaminó con un hombre que recibía y entregaba los maletines negros. Los maletines negros son parte esencial del comportamiento de un empresario privado parasitario que solo justificaban su existencia haciendo -y lo siguen realizando- “negocios” con el estado central y los departamentales, ellos hacen el papel de corruptores, de entregadores de los maletines para adjudicarse alguna obra, alguna carretera con la compra con sobreprecio de lo que requiere el estado, la gran pregunta es por qué esta nación no camina, por qué existe tanta pobreza, por qué existe discriminación y exclusión, simplemente porque el círculo de los maletines negros se cierra sobre los mismos actores, hoy nos escandalizamos por los sucedido en YPFB, si fue lo mismo que pasó cuando la empresa pública la manejan los políticos que no son más que estructuras de “cartel”, no nos asustemos que los procesos políticos camuflados en revolucionarios son simplemente más de lo mismo, miremos Nicaragua donde Ortega inaugura el festín de la “piñata” donde se distribuyeron entre los sandinistas de los bienes públicos, los limites de Ortega no se detuvieron incluso cuando violaba a su hijastra, entonces lo que hoy sucede Bolivia es una píldora corrupta que alguien siempre se la traga.

image El Deber / Chávez para rato

Siendo otras las circunstancias, el reciente triunfo de Hugo Chávez Frías que ha resultado de la aprobación de las reformas constitucionales que le permitirán una reelección indefinida en la presidencia de Venezuela, en nuestro ámbito no habría tenido un eco mayor que el de un simple registro noticioso. Pero sucede que al controversial mandatario venezolano que ha festejado exultante y por todo lo alto su victoria en las urnas la noche del pasado domingo, como a ningún otro jefe de Estado de esta nuestra América morena y de más allá de los océanos, los bolivianos lo encontramos hasta en la sopa. Esto, a diferencia de la respetuosa y diplomática distancia que mantienen los presidentes de otras naciones sudamericanas y del mundo. Es muy distinto, deplorablemente, en el caso del líder caribeño que licenciosamente, se ha permitido frecuentes intromisiones en nuestros asuntos internos, lo que hace cuantas veces se le presenta la oportunidad. Y en esto de meter la cuchara en plato ajeno, seguramente mucho tiene que ver la intensa y muy cercana relación que don Hugo mantiene con S.E. Evo Morales, amén de la más que generosa ayuda derivada de los ‘petrocheques’ que hasta ahora se reparten sin control alguno en el país.

Por eso, la noticia de la victoria del rojo intenso que le permitirá a Chávez atornillarse en el poder por tiempo indefinido, ganó hasta las primeras planas y los principales espacios de análisis y opinión de la prensa boliviana en general.

A sus 54 años, con una década en el poder, empuñando las banderas del ‘socialismo bolivariano del siglo XXI’ y con un país marcado por la polarización, a Hugo Chávez se le ha abierto la posibilidad de ser reelecto hasta el año 2019 cuando el 3 de febrero de 2013 debía retirarse obligatoriamente, según el referéndum sobre una amplia reforma constitucional y que perdió en diciembre de 2007.

La victoria por el ‘Sí’ a la reelección de Chávez se tradujo en algo más del 54% de la votación contra el 45% que obtuvo la opción del ‘No’.

“Es una clara victoria del pueblo, de la revolución… ha ganado la constancia. Hemos abierto de par en par las puertas del futuro. Yo sabía que no me iban a fallar, ahora me toca cumplir a mí”, proclamó entre otras cosas Chávez frente a la festejante multitud que lo aclamaba al pie del palacio presidencial en la capital venezolana.

El líder cubano Fidel Castro fue el primero en felicitar a Hugo Chávez. No se habrán hecho esperar mucho las congratulaciones del presidente Evo Morales, ahora de viaje por Rusia y Francia buscando ‘alianzas energéticas’ y helicópteros rusos. Al fin y al cabo, la suya con el caudillo venezolano es una sólida alianza y el todavía fresco triunfo de aquél en las urnas, le resulta favorable a don Evo para alimentar pretensiones de cara a las elecciones generales previstas en Bolivia a fines de este año.

Tres en Uno

Las amenazas de don Álvaro

¡¡¡Mirá cómo tiemblo!!!, habrán dicho para sus adentros quienes escucharon al vice Álvaro García Linera después de que en gesto de proverbial delicadeza, últimamente decidiera venir a Santa Cruz de la Sierra para advertir solemnemente que no quedará títere con cabeza entre los que se atrevan a meter la mano en la lata. Sensiblemente, es lo que hasta ahora les ha ocurrido, -irresistible tentación-, a no pocas prominentes figuras masistas y que por comprometerse en diversos actos de corrupción, como don Santos y su combo en YPFB, han volcado sombras sobre la ‘revolución del cambio’ que desde hace tres años afanosamente impulsa Evo Morales.

Qué nomás irá a pasar, don Álvaro, con la ‘investigación’ de los 33 camiones llenitos de contrabando en Pando y la supuesta implicancia de otro muy influyente personaje de la élite del poder masista. En este también bullado caso, era de esperar de doña Nardy Suxo, abanderada de la lucha contra la corrupción, la misma celeridad con que viene actuando en el escándalo de YPFB.

¿De mal pensados?

Está al caer el nombre de la agrupación carnavalera que se encargará de coronar a la soberana máxima de la ‘fiesta grande’ de 2010. Son dos las comparsas (Taitas y Fandangos) que esta noche pugnarán por convertirse en los ‘coronadores’ del próximo año.

Pero ya no llama la atención qué grupo será el elegido, tanto como la retahíla de denuncias que antecede al acto acerca de ‘comparsas fantasmas’, ‘votos comprados’ hasta por fardos de cerveza y otras lindezas sobre las que los máximos dirigentes comparseros algo tendrán que decir para que no se piense definitivamente mal acerca de lo vulgarmente comercializada y prostituida que parece estar lo que se tiene por la mayor expresión de la alegría del camba…

Agitando las aguas…

Tan quietas y deliciosamente agradables que estaban las aguas entre Bolivia y Chile por el centenario asunto de la demanda marítima, para que desde su lecho de enfermo en La Habana venga a alborotarlas, sin querer queriendo, Fidel Castro, el ‘hermano mayor’ del presidente Evo Morales.

Y mientras tras su reciente regreso de la isla a Santiago, la mandataria chilena expresaba su fastidio y la oposición desataba una andanada de críticas en su contra, el líder cubano decía no haber pretendido ofender a su insigne visitante al apoyar el reclamo boliviano de una salida al mar.

Don Fidel terminó culpando a la ‘oligarquía’ chilena por el alboroto. Y es que a estos ‘oligarcas’ se los encuentra hasta en el agua salada…

image La Estrella del Oriente / Ir o no ir es la cuestión

Editado por: Centa Reck

Las convocatorias del Ejecutivo, invitando a “dialogar” a los prefectos, se ha convertido en un juego de nunca acabar. La pulseta comenzó hace mucho tiempo y los prefectos que asistieron entonces no creyeron que tendrían que repetir una y mil veces la visita obligada.

El caso del referéndum revocatorio fue el paso en falso que necesitaba el Gobierno para transformar la pulseta en el morboso juego del gato y el ratón. Lo increíble del caso es que los prefectos entonces fueron ciegos a ese encuentro con la tragedia que emplazó a los bolivianos a vivir de votación en votación, de referéndum en referéndum, de tropiezo en tropiezo y de caída en caída.

Después del revocatorio y de la capitulación de septiembre, donde se abandonó a un prefecto en prisión, sin “negociar” su libertad ni imponer ninguna condición para devolver las instituciones tomadas en un episodio de explosión social, la actitud del Gobierno se volvió más exigente con los prefectos y los obligó a dialogar sobre las autonomías, para terminar incluyéndolas a su manera en la carta constitucional que promulgó recientemente el Ejecutivo.

Ir o no ir a los llamados diálogos o negociaciones sigue siendo la pregunta que se hacen los conminados, exigidos una y otra vez a complacer a quien tiene el poder, la constitución hecha a medida y el ejercicio de la coerción.

Podemos confirmar con esto, que todo lo que no se enfrenta a tiempo desencadena mayores dificultades y tiene cada vez un costo más alto. El error de visión o de lectura de las realidades, lleva a que este error no se subsane sino que se vuelva progresivamente un cúmulo y una cadena de errores cada vez más difíciles de sortear. Esto es lo que ocurre hoy en Bolivia, donde la oposición sigue marchando al son de las agendas impuestas por el oficialismo, el modus operandi siempre es el mismo, se hace un poco de resistencia, algunos amagos de cuestionamiento, los que finalmente se agotan y dan lugar a la aceptación de prácticas y acciones que abren las puertas a los planes del Gobierno. En este juego siempre toma la delantera el prefecto Cossio y comienza a ceder y negociar, quien sabe porqué motivos es el adelantado, provocando que se desgranen y se deshilachen tras él todos los tejidos prefecturales, menos el de Sabina que hasta ahora es la imbatible.

Decir no y después si, sin ninguna seguridad de cual es el camino que se debe seguir lleva a que el desgaste sea cada vez mayor porque la secuencia de dudas conduce a acciones políticas erráticas que finalmente acaban poniéndose la soga al cuello.

Este es el caso de las elecciones manejadas y programadas desde una agenda del Ejecutivo que sabe hacia donde encamina al país, así como de las negociaciones que no son tales sino trampas que permiten cada vez mayores avances al proyecto que va implementando el Gobierno.

Los venezolanos que acaban de recibir el gran revés de haber perdido un referéndum que le otorga a Chávez el poder de reelegirse indefinidamente, han expresado, que al cabo de diez años de vivir de tropiezo en tropiezo con una oposición funcional a un poder que tiene todo previsto para ganar y ganar, saben que el camino para salir del atolladero exige de otras estrategias, necesita salir de las idas y venidas sin oficio ni beneficio.

Deben plantearse propósitos y propuestas mínimamente responsables con el pueblo que pone el voto como opositor, se deben restituir principios en los que no se puede transigir a nombre de nada, como es el principio de exigir la libertad de los presos políticos entre los que se encuentra Leopoldo Fernández, se debe exigir la restitución del IDH y de todos los recortes del presupuesto que según expresión de funcionarios de la Prefectura ya alcanza los 800 millones de bolivianos.

¿De qué autonomía estamos hablando?

No hay lugar a la duda, se debería mandar siempre la misma respuesta que consista en pedirle al Gobierno las mismas e inamovibles bases de negociación: Reposición del IDH y de los recursos expropiados, liberación de los presos políticos, revisión del padrón electoral y del registro de identificaciones, un Seduca departamental que respete a los maestros de cada lugar, la cultura y la identidad, esto entre una larga lista de exigencias y condiciones para hacer respetar nuestra cultura, nuestra identidad y nuestra visión que son las bases de todo proceso de autonomía o estado federal.

Los que no encuentren el cimiento y la fortaleza de espíritu para entablar un juego de pulseta que conduzca a la paz duradera, deberían leer la biografía y las acciones del gran y lúcido Mahatma Gandhi que liberó a un pueblo de la opresión de una potencia mundial y lo hizo a fuerza de decisiones sólidas y firmes.

Después de tomar la única decisión posible, ir o no ir no será más motivo de duda, ni un cuestionamiento válido.

Los Tiempos / Un indio en la corte del zar Putin

Es tanto lo que da a los rusos, que a Morales no debe sorprenderle la buena acogida que se le dio en el Kremlin

“Cuando llegué me dije: ¡un indio no merece esta clase de recibimiento! He quedado impresionado por sus Fuerzas Armadas". Esas elocuentes palabras, con las que el Presidente de Bolivia inauguró su visita a Rusia ante la atenta mirada de la prensa internacional, sintetizan los términos serviles con los que nuestro país está siendo puesto a los pies de los herederos del “Imperio de los Zares”.

La gravedad del asunto va mucho más allá de una anécdota. Es un fiel reflejo del espíritu que anima al proceso que desde hace ya varios meses conduce a que Bolivia se incorpore, en condición de colonia, al proyecto estratégico geopolítico y geoeconómico que, bajo la conducción de Vladimir Putin se propone devolver a Rusia el rol imperial tan venido a menos desde el desmoronamiento de la Unión Soviética.

Es que, como decíamos en este mismo espacio editorial el 2 de octubre del año pasado, lo que está tramándose entre Bolivia y Rusia va mucho más allá del puro pragmatismo económico. Es algo que sólo puede ser comprendido a la luz de una reconfiguración del escenario geopolítico internacional en el que nuestro país hace las veces de peón en el tablero de ajedrez.

En ese contexto, la visita de Morales a Rusia sirvió para formalizar una serie de pasos ya dados anteriormente que en resumen pueden ser definidos como la entrega del sector hidrocarburífero boliviano a la tutela de Gazprom, en lo económico, y la apertura de nuestro territorio para hacer de él una punta de lanza de la presencia militar rusa en el continente, en lo político y militar.

Una muestra de lo primero es el convenio suscrito hace algunos días entre el Instituto de Investigación Científica de Gases Naturales y Tecnologías del Gas (VNIIGAZ), filial de Grazpom y YPFB, que bajo el rótulo de "Esquema General de Desarrollo de la Industria del Gas de la República de Bolivia hasta 2030" a través del que Gobierno nacional transfiere al ruso la responsabilidad de decidir qué hacer y qué no hacer con nuestros hidrocarburos.

Tan audaz paso se explica por el rotundo fracaso de YPFB para hacerlo por su propia cuenta, pero los términos de sumisión en que se hace la entrega son tan inadmisibles como peligrosos. Peor aún si se considera que Gazprom es una empresa que dista mucho de destacarse por su eficiencia económica aunque su utilidad como instrumento de presión geopolítica está fuera de toda duda.

Si a ello se agrega el factor militar que, con el pretexto de remplazar a los Estados Unidos como aliado en la lucha contra el narcotráfico sienta las bases de la presencia rusa en nuestro continente, resulta clara la enorme dimensión de lo que está en juego. No sorprende, pues, que el Kremlin haya dado “al indio” un recibimiento que, según su autovaloración, no merece.

El Nacional / Reunión y diálogo para definir autonomías

Entre dichos y corrillos el pueblo en general comenta sobre la iniciativa del Presidente de la República de convocar a los prefectos de los departamentos del país, para tratar sobre el tema de las autonomías regionales. Esta situación podría considerarse como una muestra del deseo que el Primer Mandatario tiene para llevar a cabo las transformaciones estructurales en forma conjunta. Sin embargo, ante lo expresado, creemos que lo que falta es que todos sus colaboradores entiendan este propósito y actúen honestamente en consecuencia.

Para todos es por demás claro que en la reorganización del Estado boliviano, uno de los temas más polémicos es el de las autonomías. Se podría decir que la causa fundamental que ha incitado para dar luz verde a la formación de la Asamblea Constituyente y la aprobación de la nueva Ley Fundamental, ha sido la presión de varios departamentos por lograr una amplia y profunda descentralización del poder establecido. Es claro también que la concentración no sólo del centro de decisiones, sino de la utilización de recursos públicos desde la ciudad de La Paz, de algún modo, ha sido un obstáculo para el desarrollo armónico y equilibrado del país. Y ahora mismo, ya después de la aprobación de la nueva Constitución, sigue siendo el asunto más delicado de las reformas que se ejecutarán en los próximos años.

Más allá de las tendencias que hay en el país, como en toda sociedad múltiple contemporánea, la aprobación por la mayoría del pueblo, del nuevo texto constitucional, es un hecho histórico indiscutible. Después de la promulgación de dicho documento no hay otro de ese nivel, lo que significa que, actualmente, Bolivia existe y se desenvuelve en el marco de ese conjunto de principios, valores y normas. El reconocimiento de la realidad no supone un análisis valorativo comprometido. Con seguridad, en ningún país del mundo hay unanimidad absoluta en relación con las leyes que dictan los que, circunstancialmente, se encuentran ejerciendo el gobierno respectivo.

En ese orden de cosas creemos nosotros, al igual que todo el país, que los estatutos autonómicos aprobados, anteriormente, en los departamentos de Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando, tienen que adecuarse, obligatoriamente, a la nueva Ley de Leyes. La descentralización administrativa tiene que ser un acontecimiento nacional aprobado y aceptado por todos, obviamente, a través de los organismos correspondientes. Sólo así se puede llevar a cabo la formación de autonomías sin atentar contra la unidad nacional. Este postulado es fundamental y está por encima de las aspiraciones regionales que, de igual manera, en sus respectivos departamentos, son legítimos.

De ahí que para lograr la adecuación armónica y equilibrada de las autonomías al flamante proyecto histórico nacional, sin duda, la mejor vía será el diálogo. Se supone que tal práctica civilizada consiste en la conciliación inteligente de propuestas, de ideas y de soluciones. Claro que de lo que se trata no es de cualquier sugerencia, sino de aquéllas que guarden relación con el objetivo fundamental de modernizar el Estado, constituyendo autonomías que mejoren el desarrollo de los departamentos dentro de la proyección del conjunto del país. Toda reforma debe entenderse como un mejoramiento estructural en relación con el bien común.

La reunión convocada, en principio es una buena iniciativa, sin embargo, es necesario que tanto el Organismo Ejecutivo como los prefectos de los departamentos autonomistas asistan a la reunión, con el propósito sincero de encontrar fórmulas de entendimiento que combinen, como ya hemos dicho, los objetivos departamentales con los grandes fines nacionales, puesto que del dialogo, de la armonía y de la paz surge la justicia.