Nuestras autoridades locales Ministerio Público, Policía Nacional, Prefectura y las que correspondan están sentadas en las veradas de su casa (institución) esperando los muertos que alguien señala, que es la misma operación similar a la de Pando buscar un muerto que les dé el pretexto de meter los militares, tomar las instituciones y meternos la bayoneta donde mejor les guste.
El Mundo. El Director.
Si, eso no es otra cosa que ponerse en una posición cómoda de ver el asalto a la propiedad privada urbana, no están tras de las 10.000 hectáreas ni les interesa las 5.000 aprobadas por la CPE, su objetivo son lotes, terrenos desde 250 metros cuadrados o 5 de 500, mejor si son de condominios cerrados, deben ser generalmente sobre avenidas asfaltadas, y no es a 50 ni a 80 kilómetros de la ciudad, es a solo 6 ó 10 kilómetros de la plaza 24 de septiembre donde estos asaltantes -con armas, machetes, rifles y los infaltables palos- imponen a los propietarios comprarles los terrenos tomados a 1 dólar el metro cuadrado, o como señalaba otro que le podía pagar al propietario 800 dólares por el terreno pero en 10 años y sin intereses, (6 dólares por mes) o los que demostraron a algunos medios que unos asaltantes de propiedad o mejor dicho extorsionadores de terrenos que le solicitaban a un propietario la suma de 100 dólares por terreno tomado para que ellos se marcharan y el Fiscal y el Comandante policial solicitan que los propietarios demuestren la legalidad de sus terrenos mientras los delincuentes consolidan sus espacios como propietarios, mientras un asaltante de las tierras tiene prensa y anuncia o mejor dicho amenaza con seguir las tomas y el pretexto de este personajes es que fue el doble del Presidente Morales en la película “Evo pueblo”, si, y el ministerio publico señala que emitió un comparendo para que se presente el señor Queso y declare, mientras no lo encuentren el asalto continúa y los propietarios están conminados a que solo mediante un proceso que tarda más de un año pueden operar los policías y desalojarlos, hasta ese entonces ya construyeron y vendieron.
En el asalto a las tierras sirven todas, las de YPFB (cuando no), las del Gobierno Municipal, y áreas verdes, un grupo de loteadores decidió lotear una plazuela a solo dos cuadras del primer anillo, si, en la plazuela donde durante 30 años funcionó la feria de “barrio lindo”, cuando ésta se trasladó el Gobierno Municipal la transformó en la única plaza o área verde en dicha zona y hoy aparecen loteadores del occidente reclamando derechos propietarios con documentos de unos terrenos en San Antonio de Lomerío y nadie dice nada, si estos señores reclaman derecho propietario cómo es que durante los 30 años que funcionó la feria no dijeron nada, hace más de 10 años que en ese lugar existe una plazuela y nunca la reclamaron y después que el MAS ganó el referéndum ellos deciden tomarla, alambrarla, colocar guardias armados y perros para que nadie reclame y si reclama le largan los perros, y la autoridad dónde mierda está, están esperando sentados que empiece la desgracia cuando un propietario “mal encachado” saque su fusil y meta bala, o esperamos que mañana decidan entrar a nuestras casas y como es grande la partirán para que entren los que nunca trabajaron, los vagos y malentretenidos que no encontraron mejor oportunidad de asaltar que usar el nombre del gobierno para concretarlo, las autoridades -sobre todo los policías- esperan que el ministro les arda el foquito verde para que ellos actúen ¿y mientras tanto?, cuidado la muerte avanza y debemos evitarla y el mejor camino es la ley y el respeto a la Constitución recientemente aprobada.
Quien escribe -lo he reiterado- no cuenta con un metro cuadrado de tierra en este planeta, tampoco deseo tener algo que no lo gané con esfuerzo, sacrifico y honradez, en mi cabeza no me entra la posibilidad de aceptar como válido el ser pobre, el no tener, para escudarme y apropiarme de lo ajeno; ante la lógica, el derecho, la ley, la razón y sobre todo el sentido común eso es sencillamente la institucionalización del asalto y lo lamentable es que las autoridades llamadas por ley guarden un silencio cómplice, cuidado que si la autoridad no detiene esto a tiempo la muerte camina apresuradamente por estos paisajes y cuando llegue costará mucho que se marche.