Lo previsiblemente trágico

El largo feriado de Semana Santa registró, particularmente en Santa Cruz, el fatal y doloroso matiz de la tragedia que se tradujo en la muerte de algunas personas, mientras que otras más quedaron gravemente heridas.

eldeber Editorial El Deber.



En unos casos tuvieron que ver con el infortunio y en otros con los excesos derivados principalmente de la copiosa ingesta de bebidas alcohólicas. De igual manera rozaron lo trágico actividades que paralelamente a la festividad se realizaron sin ningún tipo de control y/o fiscalización, como también en ausencia de un mínimo de medidas de seguridad y de servicios médicos que son requeridos en casos de extrema urgencia.

En las fechas de la tradicional conmemoración del mundo católico, se registró un considerable desplazamiento humano hacia el interior del departamento. Pueblitos de las provincias cruceñas se vieron rebasados por la llegada de miles de visitantes; unos buscando escaparle al fragor urbano de una ciudad cada vez menos habitable y acogedora como la nuestra; otros, jóvenes en su mayoría, hallando en el prolongado feriado el espacio de tiempo y el sitio ideal para armar la jarana bien regada y ruidosa, aunque fuesen días de recogimiento espiritual. Al fin y al cabo, por estos nuestros trechos se ha vuelto pernicioso e inalterable el hábito de hacer jolgorio el año redondo cualquiera sea el motivo y sin que se observe, entre otras disposiciones, la ordenanza municipal que expresamente prohíbe el expendio y consumo de bebidas alcohólicas.

De tal modo que hacia los Valles Mesotérmicos, la Chiquitania, el norte integrado o hacia cualquier destino departamental, se dieron nutridos y bulliciosos los flujos humanos que en la mayoría de los casos coparon la reducida oferta hotelera y alteraron, además, la tranquila rutina de las pintorescas y cordiales localidades de ‘tierra adentro’ y la de sus habitantes.

En Concepción, a unos 300 kilómetros hacia el este de la capital cruceña, tuvo lugar el más grave y lamentable de los luctuosos sucesos cuando en la represa Sapocó ubicada en las afueras del pueblo, una moto acuática fuera de control ocasionó la muerte de un bañista y heridas a otros entre los cientos de personas que se recreaban en el lugar y donde las competencias de motonáutica se efectúan con cierta frecuencia. Siguió el accidente de una avioneta en el que era trasladado de emergencia a esta ciudad uno de los afectados en Sapocó y que terminó perdiendo la vida junto a los otros tres ocupantes del aparato que se precipitó a tierra, sin que las causas del siniestro se conozcan todavía.

Aunque sin desgracias que lamentar, en la laguna Capiguara cercana a la localidad de Porongo, durante el feriado ‘santo’ se pudo observar a una gran cantidad de bañistas, muchos niños entre ellos, y a escasos metros de la muchedumbre, una competencia de vehículos 4×4. Allí se echaron de menos las imprescindibles medidas de seguridad, pero no faltó el trago en abundancia y la música a todo volumen. Lo mismo que en la zona ‘residencial’ de Equipetrol, a cuyos habituales y revoltosos bebedores en la vía pública la Semana Santa les vino como anillo al dedo para un brindis ‘extra’.

Y mientras con feriados o sin ellos no sean adoptadas  y aplicadas rigurosamente unas previsiones mínimas que eviten los excesos -que de tan repetidos parecen no tener freno y desembocan muchas veces en desenlaces fatales-, de poco y nada servirán las lamentaciones posteriores.


   Tres en Uno  

El Vía Crucis del Festival de Teatro

Fomentar el arte y la cultura debe ser una de las tareas más difíciles que hay en nuestro país. La mejor muestra es el Festival Internacional de Teatro que comenzará este jueves con la participación de 17 elencos nacionales y 26 que llegarán desde otros países.

El festival es, sin duda, el más importante de las artes escénicas de Bolivia. Pese a eso, sus organizadores están sufriendo las de Caín para financiar la realización de la séptima versión del evento. Hasta la semana pasada les faltaban poco más de $us 100.000. Gracias a la difusión de los medios, personas amigas se acercaron hasta la Asociación pro Arte y Cultura para dar su aporte voluntario y así conseguir que la cita se mantenga en pie. Faltan, sin embargo, $us 80.000 para cubrir los costos y el tiempo se agota. Sería interesante que las empresas privadas se pronuncien masivamente para ayudar de la misma manera que lo hacen para sumarse al Carnaval o a cualquier otro evento donde las bebidas alcohólicas están de por medio.

Conflictos en la Gabriel René Moreno

La Universidad Gabriel René Moreno sufre hoy su segundo día de paro docente, a pesar de los pagos –a medias- de los salarios. Pero los catedráticos decidieron seguir con la presión por la Ley Financial y el pedido de descongelamiento de cuentas. A este problema se suma la toma del rectorado y el cierre de las oficinas del director de carrera por parte de un grupo de alumnos de Medicina. De seguir en estas condiciones se corre el riesgo de perder el año académico. Otros estudiantes que reclaman mejores condiciones para sus actividades son los de Arquitectura que actualmente pasan clases en una escuela por falta de sillas y de docentes. La universidad estatal ha iniciado el año con serios problemas que en caso de no arreglarlos en forma inmediata les traerá profundos conflictos muy difíciles de controlar. Falta atención oportuna en la casa de altos estudios, centro fundamental de formación e investigación para Bolivia.

Peligro y abandono en las rutas

Las rutas del oriente boliviano se convierten en peligrosas vías que conducen a graves accidentes por falta de seguridad y previsiones. Los retenes sólo cobran peajes sin ningún tipo de advertencia o controles técnicos. Ni el Gobierno nacional, ni departamental protegen, cuidan o salvaguardan a los ciudadanos que transitan por las carreteras. Este fin de semana largo el flujo vehicular se incrementó y no hubo planes especiales para contener posibles accidentes. Con este abandono estatal, el drama se agudiza por el pésimo estado de las carreteras, la falta de señalización vertical, horizontal, diurna y nocturna; por si fuera poco, el alarmante descuido hace que haya animales sueltos de toda raza y especie caminando y apostado en las rutas. La vida parece valer cada día menos en las rutas bolivianas.