Van 22 muertes violentas y temen más tensión

Inseguridad. Varios hechos delictivos, usando armas y explosivos, han contribuido a que aumente el desconcierto en la ciudadanía. Autoridades hablan de cómo asumir el desafío

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Operativo. La madrugada del jueves, la Policía intervino con violencia en el hotel Las Américas. Tres personas mertas y dos detenidas en pleno centro de la ciudad



El Deber

C. Delgado y R. Navia

La escalada de muertes violentas, ocurridas en circunstancias poco usuales, no da tregua y ya ha segado la vida de por lo menos 22 personas en lo que va del año. Según  fuentes oficiales, varios de esos hechos muestran indicios suficientes para relacionarlos con actividades de narcotráfico y hasta de terrorismo. Esto incluye dos atentados, uno ocurrido el 28 de marzo cuando un artefacto explosivo estalló en la casa del viceministro de Autonomías, Saúl Ávalos; y el segundo, registrado esta semana en la casa del cardenal Julio Terrazas. 

Desde el seno de la Policía Nacional, en La Paz, aseguran que los uniformados están capacitados para enfrentar esta ola de violencia reflejada, incluso, en hechos que salen de la rutina, pero reconocen que no les caería mal un refuerzo con armas, municiones y aumento de personal.

Según la institución verde olivo, en todo el país existen 34.000 policías, los mismos que se distribuyen en el territorio nacional de acuerdo con los brotes coyunturales de violencia. El apoyo más relevante, según dicen, está en un equipo de élite, preparado para combatir el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo. La última actuación que se le atribuye a este grupo es la del jueves por la madrugada, en el hotel Las Américas, donde la Policía maneja el saldo de tres personas muertas y dos detenidas, todas presuntamente implicados en planes terroristas.

“El delito globalizado obliga a tener acceso a instrumentos de comunicación  de alta tecnología. Incrementar el número de uniformados es una necesidad, pero también se sabe que eso implica subir la partida de sueldos”, comunicó la oficina de Relaciones Públicas de la Policía. “(Los incidentes que hemos visto en los últimos días) son prácticas de violencia que nos sorprenden. De todos modos, estamos preparados y, pese a las deficiencias, podemos garantizar la seguridad de los bolivianos”, se indicó a propósito de la intervención policial que se constituyó en la principal noticia y que levantó una serie de dudas entre representantes de la oposición, que no dan crédito total al informe ofrecido por la Policía.

El fiscal Hugo Iquise, que coopera en la distrital de Santa Cruz y que, al igual que el resto de los fiscales asentados en esta región, no tuvo participación en el operativo del hotel Las Américas, asegura que el Ministerio Público, a escala nacional, cuenta con un equipo integral de fiscales que investiga desde delitos menores hasta de narcotráfico y son capacitados constantemente.

No obstante, las muertes, atentados y amenazas que se están viendo en la actualidad no dejan de ser señales de lo que se puede venir más adelante, opina el parlamentario Fernando Rodríguez, de la Comisión de Gobierno, Defensa, Policía Nacional y Lucha contra las drogas en el Senado Nacional. Esto, porque cree que hay un aumento del narcotráfico y una notoria baja de fuentes de empleo en el país, lo que se convierte en una ‘bomba’ que puede reventar en cualquier momento.  Por eso, cree que es fundamental atender la seguridad ciudadana, lo cual exige aprobar una ley de armas, la misma que está pendiente desde hace un año y medio. “Es momento de dejar de politizar los temas y empezar a ahondar la agenda económica, porque si hay desigualdad, habrá problemas en el país”, subrayó.

El diputado Arturo Murillo, desde su condición de vicepresidente de la comisión de Gobierno, solicitará una investigación sobre los atentados y las muertes de los tres supuestos terroristas abatidos por la Policía la madrugada del 16 de abril en Santa Cruz, admite que el Gobierno ha hecho acusaciones serias al respecto y añade que todo lo que se vive en este momento es producto de los discursos de odio, separatismo y racismo que expresan algunos funcionarios de Gobierno.

Mario Justiniano, diputado de MNR, asegura que todos estos hechos tienen una connotación política, porque el Gobierno está haciendo todo lo que tiene a su alcance para lograr la victoria absoluta en las elecciones de diciembre. Considera que es muy difícil dar una receta para revertir todo lo que está pasando, pero sí puede haber medidas que ayuden, como dotar mejor a la Policía, lo que permitirá contrarrestar el crimen; sin embargo, lo ve poco probable en un año electoral.

Una visión distinta tiene el senador del MAS Félix Rojas, que mantiene su versión en la línea que ya mostró el presidente Evo Morales, de que los hechos son el resultado de una planificación para desestabilizar el Gobierno, gestada en el condado estadounidense. “Este plan está destinado a impedir las elecciones y está planificado en tres pilares: narcotráfico, terrorismo y falta de seguridad ciudadana”, enfatizó.

El analista Bismarck Kreidler considera que es necesario desarrollar una acción contra el terrorismo para terminar con todo lo que produce miedo y que no es la vía para ir a un debate político en las elecciones. Afirma que la discusión debe girar en torno a lo que el país necesita y no en situaciones artificiales. Por ello, opina que se tiene que hacer una investigación según indican las normas, para que se esclarezcan estos hechos y no se politicen. “Si siguen las acciones terroristas, la gente honesta no va a querer participar en la vida política, esto se está viendo en el desistimiento de candidaturas”, puntualizó.

Para Rosa María Palladino, directora ejecutiva de la Fundación Jéssika Borda, el tema de las últimas muertes ocurridas en el marco de un operativo antiterrorista, son hechos atípicos. No obstante, cree que las autoridades deben ocuparse de estos asuntos y procurar que no se repitan. Manifestó que lo que sí involucra a todos los ciudadanos es el tema de la inseguridad que se siente cada día en el país, así como los hechos de narcotráfico. Considera que la Policía está rebasada por la delincuencia y que el narcotráfico está asentado en la ciudad, lo que amerita hacer algo para que la violencia no se acentúe y traiga más intranquilidad.

   Casos inusuales   

– El 4 de febrero desde San Ignacio se informó de la muerte a balazos de tres personas. Las primeras versiones respecto a este crimen apuntan un ajuste de cuentas.

– El 13 de febrero un hombre, identificado como Teddy Hurtado Ribert, de 30 años, fue asesinado a balazos por dos individuos en un inmueble en construcción situado en la calle Tacú del barrio Virgen de Cotoca. El sangriento hecho ocurrió alrededor de las 15:00 en momentos en que el individuo se encontraba inspeccionando la obra de dicho inmueble en construcción. De pronto ingresaron dos sujetos y aparentemente lo increparon; ltrató de escapar de los desconocidos, pero éstos no le dieron margen y lo acribillaron a tiros con un arma de grueso calibre.

Familiares dijeron desconocer por qué motivo lo asesinaron, pero contaron que el año pasado también sufrió un atentado pues le dispararon cuatro balazos, pero esa vez logró sobrevivir. Cuando estaba mal el hombre escribió dos nombres de los que supuestamente lo acribillaron, por lo que creen que los asesinos de ahora son los mismos.

– El 1 de marzo, un proyectil calibre 45 segó la vida del naturista y ocasional albañil Santiago Véliz Bilbao (35), que fue asesinado en la puerta de su casa. Su esposa que estaba con él cuando ocurrió el incidente, no vio quién disparó contra su cónyuge y presume que fueron tres sujetos que los atracaron. La fiscal Mabel Andrade evitó hacer conjeturas de lo ocurrido e indicó que el caso será investigado. El director de la Felcc, Miguel González, precisó que la forma en que murió el hombre despierta dudas sobre los verdaderos móviles que provocaron este hecho de sangre. El naturista dejó en la orfandad a una niña de siete años.

– El 15 de marzo el taxista Rafael Vargas Gonzáles (25) fue encontrado muerto. La Policía informó de que fue asesinado a puñaladas y luego quemado. Su cuerpo fue abandonado en la sede de Cataluña, por la cancha del club Blooming, mientras que el motorizado que manejaba fue incendiado en el barrio Los Sauces.

– El 5 de abril cinco delincuentes mataron a balazos a una pareja de esposos que se dedicaba al cambio de monedas en la ciudad de El Alto. La Policía no tiene información del monto robado. El jefe de seguridad de la Felcc de El Alto, Walter Sosa, reportó que el atraco armado sucedió a las 20:45, en el callejón 20 de la avenida 7 de Octubre, Villa Yunguyo. De acuerdo con la investigación preliminar de la División Homicidios, Francisco Chambi Surco (49) y su esposa Saturnina Larico Condori (51) se dirigían a su casa después de trabajar como cambistas en la Ceja.

– El 13 de abril tres personas, miembros de una familia, fueron asesinadas y sus cuerpos abandonados en un lugar solitario, situado a unos 18 kilómetros al noroeste de la ciudad capital, en una localidad denominada Clara Mora, según fuentes oficiales. Las víctimas son los hermanos Adolfo y Mary Luz Gutiérrez Bazán, de 46 y 48 años, respectivamente, y el esposo de ésta, Eladio Coimbra Suárez (52), que perdieron la vida en un lujoso domicilio, ubicado en la avenida Monseñor Costas, colindante con la avenida La Barranca, entre el segundo y tercer anillo.

– El 15 de abril, el dueño del taller mecánico Volvo, situado en la radial 17 y medio, fue asesinado a balazos frente a su único hijo, de seis años. El hecho de violencia se registró en la madrugada cuando Julio Guzmán Catalá (37), natural de Cochabamba, se encontraba acostado en su cama mientras que su hijo jugaba en la computadora.

– El 15 de abril siete cuerpos fueron encontrados enterrados en una fosa común en San Matías, zona fronteriza con Brasil. La Fiscalía presume que las muertes serían por un caso de “ajusticiamiento masivo por una limpieza criminal sobre personas adictas a las drogas”.

– La madrugada del 16 de abril la Policía mató a Eduardo Rózsa Flores (boliviano), Dwyer Michael Martin (irlandés) y a Magyarosi Árpád (húngaro), en un operativo realizado al promediar las 4:30 en el hotel Las Américas; además arrestó a Mario F. Tadic (boliviano) y a Elod Toazo (húngaro). La Policía y la fiscalía se encuentran investigando. El Gobierno cree que preparaban un ‘magnicidio’: matar al Presidente y al vicepresidente de la República.

La tirantez política trae riesgos

Miguel Ángel Áñez / Psicólogo

La violencia que vemos es parte de la desestabilización política que vive el país. La incertidumbre política de un Gobierno repercute en cada uno de los ciudadanos. Esto, sumado a altos niveles de desempleo y a la baja capacidad de recursos humanos que tenemos, provoca el polvorín que vemos.

No hay políticas nacionales  ni departamentales, entonces el ciudadano está sin orientación y todo induce a más violencia, porque en esa tirantez política, la tendencia es que cada cual piense en sí mismo y no por todos. Debemos tener esperanza en días mejores y eso pasa por tener conciencia de lo que es ciudadanía. El país está muy primitivo, y la responsabilidad de cambiar esto es de todos. Tenemos derechos individuales, pero también obligaciones colectivas, y eso no se ve en Bolivia.

En un año electoral, lo que puede pasar depende de muchas cosas. Si las visiones de país se pudieran confrontar con fundamentos, no con violencia y amedrentamiento, podríamos ver un cuadro nacional, pero como lo llevamos, puede aumentar los conflictos.

Las crisis aparecen cuando algo viejo está muriendo y no acaba de morir, y cuando algo nuevo está por nacer y no acaba de nacer. De esta crisis, espero que nazca lo mejor para el país. Depende de nosotros. Cada uno debe poner de su parte, pero tiene que haber un proyecto colectivo. Éste es un país hermoso. Tenemos que aprender a ver eso para valorizarnos y comenzar a crecer.

Hay que construir la paz entre todos

Para Jorge Mercado, analista en transformación de conflictos de la Fundación Unir, un paso para llegar a la paz es trabajar en reconstruir la imagen del otro como enemigo, reconocer que hay diferencias y que tenemos el derecho a pensar diferente. “El conflicto va a existir siempre y no hay que verlo como malo. Cómo lo manejemos hará que sea positivo o negativo”.

Otro punto que ve conveniente Mercado es empezar a pensar que nosotros no tenemos la verdad absoluta, preguntarnos quién soy, qué tengo bueno y en qué puedo mejorar, quién es el otro, que tiene de bueno y qué puede mejorar.

Guillermo Vilela, director del Observatorio de Derechos Humanos, dijo que es necesario que los políticos y la sociedad dejen de ser intransigentes, practicar la tolerancia y deponer esa conducta de agresividad que imprimen en sus discursos. Es la única forma de comprender las dimensiones de la democracia. “No es necesario que tengamos que querernos. Por lo menos debemos comenzar a respetarnos”, recomendó.

En la Fundación Jéssika Borda está claro que la violencia no conduce a nada bueno. Por ello, la directora ejecutiva de la institución, Rosa María Palladino, dice que toda realidad debe construirse en base al diálogo y pensando en lo que puede ser mejor para el país. Considera que urge trabajar por construir la unidad y encaminar la adopción de medidas que coadyuven a mantener bajo control la inseguridad.