Los «humillados» son premiados, los muertos de la Calancha olvidados

El racismo es una de las expresiones más repudiables del comportamiento social. La instrumentalización de este concepto llevó a cometer las más grandes aberraciones que se conozcan en la historia de la humanidad. Pero en este como en otros temas, el MAS tiene una percepción muy peculiar que linda con el cinismo.

imagePara las madres y las familias de los muertos de La Calancha solo queda el dolor y para los responsables de estas muertes, la impunidad.

Combatir contra el “racismo” es la muletilla a la que acude en forma permanente el gobierno para justificar todas sus medidas y “racista” es el anatema con el que pretende descalificar cualquier acción opositora.



Para el régimen masista el concepto de “racismo” tiene un sentido esencialmente político. Se trata, principalmente, de un instrumento de manipulación de un amplio sector de la población boliviana que evidentemente fue excluido y discriminado durante mucho tiempo.

Dentro de este criterio elemental, el MAS considera “racista” todo lo que vaya en contra de su proyecto hegemónico y autoritario. En consecuencia, es racista todo aquel que opine que en Bolivia se están vulnerando las libertades democráticas; es racista también aquel que considere que la autonomía es un instrumento que puede ayudar al desarrollo de las regiones.

Considera también que es racista todo aquel que considere que el avance de la historia de la humanidad tiene un sentido positivo y que existen prácticas como el azotamiento que a estas alturas resultan cavernarias.

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Los campesinos «humillados» reciben medallas el 25 de mayo (foto)

Pero aquí viene lo paradójico: El MAS califica como racista la agresión que hace un año sufrieron en Sucre un grupo de campesinos que, entre cosas eran sus militantes. Se trato, sin duda, de un hecho inaceptable y que se espera que jamás se repita.

Campesinos puestos de rodilla y ocasionalmente golpeados por algunos exaltados, no es un espectáculo edificante, como no lo es tampoco ver a un dirigente indígena como Marcial Fabricano brutalmente azotado por hordas  de campesinos masistas, aunque en este caso se describió el hecho como “justicia comunitaria”.

En criterio del MAS tampoco es racismo enviar a grupos de alteños y achacacheños para agredir a la población sucrense y que como resultado se produzcan tres muertos y decenas de heridos gracias a la eficiente conducción del ministro de Gobierno, Alfredo Rada, el “mariscal de La Calancha”.

Pero en este caso se trataba de anatemizar ya no solo a una persona o grupo como “racista” sino a toda una ciudad, que sin embargo, este 24 de mayo, recibió con los brazos abiertos a los campesinos que fueron enviados con órdenes expresas de provocar enfrentamientos. Las provocaciones fueron desbaratadas con contundentes aplausos.

No obstante se debe reconocer que el manejo mediático que hace el MAS del tema del racismo es efectivo frente a una oposición que esta mostrando escasa imaginación para replicar una campaña de este tipo, al punto de que acabarán por convencerse ellos mismos que evidentemente son racistas y por tanto harán un acto de contrición ante el altar masista.

Pero no solo es la oposición, también los medios de comunicación, los representantes de organismos  internacionales y la ciudadania en general, bombardeados por la propaganda y los actos preparados por el gobierno para resaltar algunos hechos y ocultar otros, están cayendo en la redada mediática tendida por el oficialismo. 

En el acto paralelo del gobierno en El Villar, a propósito del Bicentenario, el presidente y vicepresidente exhibieron a las «víctimas del racismo», estos campesinos fueron premiados con medallas, pero, precisamente, si fueron reivindicados es porque, felizmente, están vivos, en tanto para los tres muertos de Sucre, producto de la represión gubernamental en La Calancha, no hubo ni una sola palabra de pesar y menos un atisbo de justicia.

Esta claro que para Evo y el gobierno la vida de los no masistas no tiene valor alguno y sería imperdonable que los bolivianos libres de este país y quienes liderizan la oposición política caigan en la trampa del olvido.