Los narcos oran y embrujan

En el Chapare apelan al “Jailón”, mientras en Santa Cruz a San Jorge y en La Paz a los yatiris. Fuentes de la FELCN revelan que los “embrujan” para que no hagan operativos.

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EN CHIMORÉ • Algunas personas hacen vigilia frente al altar del “Jailón”. Fuentes revelaron que en la noche hay más fieles.



La Razón

Mientras en el Chapare, los narcotraficantes acuden a solicitar protección al espíritu del “Jailón”, curandero muerto en un accidente, en Santa Cruz recurren al santo San Jorge y en La Paz a los yatiris (adivinos), a quienes piden “embrujar” a los efectivos antinarcóticos para que no salgan en operativos o que no los encuentren.

Como cada lunes, ayer se concentraron alrededor del altar del “Jailón” varias personas para dejarle flores y pedirle favores, constató La Razón. “Vienen más los que trabajan con blanca (droga)”, relata un lugareño, quien señaló que los fieles son en su mayoría de otras regiones como Yapacaní y Montero que llegan —reveló— en autos lujosos en la noche.

Héctor Monzón, conocido hoy como el “Jailón”, murió en un accidente de tránsito ocurrido en el kilómetro 190 de la carretera Cochabamba-Santa Cruz. En vida, relatan testigos, fue curandero y hoy sus clientes y seguidores le construyeron una especie de altar con una imagen del Cristo de la Concordia y dos ángeles.

Autoridades y habitantes de Chimoré conocen que muchos de los fieles del curandero están relacionados con el narcotráfico. “El 70 por ciento de la gente que llega a adorar al ‘Jailón’ es de Santa Cruz y del exterior dedicada a eso (narcotráfico)”, señaló una autoridad edil, que pidió mantener su nombre en reserva.

Un efectivo de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) admitió que también conocen esta realidad. “Van (a pedir) para cuidar su blanca”, dijo el efectivo, quien añadió que se desarrollan labores de inteligencia cuando se concentran los fieles del “Jailón”.

Mientras los narcotraficantes acuden al espíritu del curandero en el Chapare, en La Paz apelan a los yatiris que trabajan en el Corazón de Jesús de El Alto para “embrujar” a efectivos antidrogas para que no hagan operativos o, si los hacen, no los detecten.

“Le dicen al curandero quién es el jefe de la unidad, averiguan el nombre y nos hacen amarrar para que ese día de operativos nos enfermemos y no salgamos. También piden que nos vuelvan ciegos cuando vamos a patrullar para que ellos puedan pasar sin ser vistos”, relató un jefe policial de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN).

San Jorge es un santo al que también acudirían los narcotraficantes, principalmente de Santa Cruz. “Ellos tienen su santo, es San Jorge; ese que está en caballo. Sabemos que es su santo porque cuando entramos a alguna casa haciendo allanamientos siempre veíamos al santo”, señaló otra fuente de la fuerza antidrogas.

No obstante, este santo también ayuda a las labores de lucha contra las drogas. Los mismos efectivos lo ponen de cabeza y “a veces surte y encontramos a los narcotraficantes”, añadió.

“La fe se relaciona con el bien”

Para la Iglesia Católica la fe de una persona, al margen de la actividad que tenga, es una cuestión individual pero que debe estar orientada hacia el bien, aseguró ayer, desde Santa Cruz, el vocero del Cardenal Julio Terrazas, Marcial Chupinagua.

Afirmó que lo que se pide de la fe es que tenga coherencia con la vida. “La fe está relacionada con el bien. Dios y la virgen aprueban la buena conducta, las buenas acciones de las personas para dirigirlas hacia el bien y el perfeccionamiento”, explicó Chupinagua.

En el Chapare, los narcotraficantes rinden culto al “Jailón”, un hombre que en vida fue un curandero. En Santa Cruz acuden a la protección del santo San Jorge, mientras que en La Paz recurren a los yatiris, ubicados en la zona Corazón de Jesús.

Chupinagua consideró que si esta gente tiene fe en algún santo, “no quiere decir que éste bendiga todo lo que hace, así sea malo”.

Insistió en que la “fe es algo muy personal e interior de la persona, orientada al bien”.