Refugiados. Futuro incierto

Pando. El 11 de junio se cumplieron nueve meses de lo ocurrido en Porvenir y los que huyeron del Gobierno tratan de reiniciar su vida en Brasil. Sólo un 10% de la gente tiene trabajo.

Inician los trámites para convertirse en residentes. «Su traslado de La Paz a Pando está listo»

image Compatriotas. Aquéllos que cruzaron este puente en septiembre de 2008 buscan cómo reiniciar su vida en un país adoptivo



Christian Peña y Lillo H. | El Deber

Con las voces más firmes que hace nueve meses, pero con la misma melancolía de la tierra que dejaron. En grupos o solos, así se ve a los bolivianos que cruzaron el río Acre buscando cómo reiniciar su vida en un país que aceptó reconocer sus temores y los adoptó como hijos propios.

No pueden tener contacto ni hacer declaraciones a los medios de comunicación y menos dejar que las cámaras de televisión o las fotográficas retraten su realidad. No es temor a que el país vea cómo viven su condición de refugiados en Brasil, es que las autoridades del vecino país les han pedido que no lo hagan por una lógica que los brasileños señalan luego de lo ocurrido en Perú.

“Si allí (en Perú) por tres refugiados los problemas llegaron a extremos impensados, aquí no sabemos que puede ocurrir con 118 personas que aceptamos cobijar”, reflexiona el delegado de la Policía Federal en el Estado de Acre, Gustavo Rezio.

Este funcionario explicó que la decisión de su país no tiene la finalidad de prohibir que nuestros compatriotas digan su verdad, “lo que pasa es que no queremos tener problemas con el Gobierno de Evo Morales por alguna de sus declaraciones o por una de interpretación que se le haga”, señala Rezio.

El pedido, que tiene algo de orden, ha sido acatado por todos los que huyeron luego de los violentos hechos del 11 de septiembre de 2008 en Porvenir, Pando. Son conscientes de que su nuevo estatus en un país ajeno al suyo depende de su disciplina para acatar las condiciones que les pongan.

EL DEBER viajó hasta Epitaciolandia y Brasileia, poblaciones fronterizas de Bolivia con Brasil, para encontrarse con dirigentes cívicos, campesinos, ex funcionarios de la Prefectura de Pando y obreros de diversos estratos sociales. El contacto fue difícil, pero se lo logró bajo sus condiciones y las que los federales les comunicaron. No fotos y no grabaciones.

El primer encuentro fue casi a escondidas, pero como todos los que huyeron de las persecuciones del Gobierno son parte de una gran familia, fue difícil pasar desapercibidos. La reacción en primera instancia ante este encuentro fue de recelo, por las restricciones arriba descritas, pero luego de conversar y comprometer el respeto a sus pedidos, inmediatamente la charla retomó el eje de lo que motivó su salida del país, la persecución.

Preguntan cómo están las cosas en Bolivia y señalan que aún siguen esperando la ayuda de la gente y de las instituciones, que cuando el movimiento autonómico estuvo en su auge los llamaban ‘hermanos’. Ellos no se quejan, pero al conversar y escuchar lo que muchos indican se puede aseverar que se sienten traicionados.

Herbert Salvatierra, presidente del Comité Cívico de Pando, está de acuerdo con la percepción de sus amigos respecto a la falta de apoyo de los líderes de la denominada ‘media luna’. “Durante una reunión que tuve en Santa Cruz con los líderes de los otros departamentos autonómicos en febrero de este año sentí que no había interés en el pedido de ayuda que hice para los refugiados, fue como un revés. Me sentí decepcionado”, comentó el representante cívico y aseveró que en ningún momento les pidió dinero, “la gente que está al otro lado de la banda del río lo que necesita son y víveres”, precisó.

Salvatierra indicó que la gente que está en Brasil no tiene dinero ni para pagar el alquiler de las casas donde viven y que esto hace que las cosas para ellos sean aún más difíciles.

La realidad que comentó el líder cívico es fácil de verificar. Muchos de los que están en Brasileia y Epitaciolandia no tienen dinero para comer tres veces al día o al menos dos. Recurren a la amistad de brasileños y bolivianos para pasar la noche bajo techo o, en el peor de los casos, conformarse con un espacio cubierto por lonas para descansar.

Esto es lo que debe vivir ahora un profesional que llegó a Pando en busca de mejores días, mucho antes de que la muerte de campesinos y autonomistas cobrara factura provocando el terror de la gente que trabaja en la Prefectura o que era parte del Comité Cívico. El hombre, que es acusado de propiciar la muerte de campesinos, no puede pagar el alquiler de su cuarto y ahora debe dormir en un pequeño espacio ‘de favor’. Una realidad similar ocurrió con dos jóvenes estudiantes universitarios cruceños que apoyaron el movimiento autonomista y, ante el temor de ser detenidos y juzgados en la sede de Gobierno, huyeron a Brasil. Primero recibieron el cobijo de una familia brasileña, pero, después de tres meses y ante lo incierto de su futuro, tuvieron que dejar el lugar donde recibieron apoyo y ahora se los puede ver vendiendo empanadas en bicicleta. Además, muchos también luchan con los líos familiares que provocó su autoexilio. Pocos son los hogares que lograron manterse unidos ante la separación forzada y las historias de hijos sin alguno de sus padres son múltiples.

Ellos, los refugiados, están por todos lados. Deambulando por las estrechas y pintorescas calles de Epitaciolandia o Brasileia. Siendo reconocidos por los brasileños como ‘patricios’, nombre que usan los para identificarlos, mientras buscan matar las horas en un lugar donde la economía es pequeña y la oferta de empleos es reducida. Sólo un 10% de los 118 refugiados ha encontrado un trabajo o un oficio.

Se necesitan 17 reales diarios

Tres comidas al día significan una inversión de 17 reales. Un desayuno de 5 reales, un almuerzo de 7 y una cena de 5, “cuando se puede comer por la noche”, explica uno de los refugiados. Este cantidad de dinero brasileño convertido equivale a un gasto de Bs 33 diarios, comprando estos alimentos en los mercados públicos de Brasileia o Epitaciolandia.

Este monto es de difícil acceso para la mayoría de la gente que huyó del país. Los que consiguen dinero limpiando la maleza de algunos canchones del pueblo, por toda una jornada de ardua labor bajo el abrasante calor amazónico, sólo consiguen una paga de 10 reales (cerca a Bs 19) o en el mejor de los casos de 12 (cerca a Bs 23).

Otro aspecto que se debe considerar es el gasto en el transporte o la ropa, que son tres veces más caros en comparación con los montos que se cobran en Bolivia.

Si bien el panorama es difícil, los refugiados aseguran que lo poco que tienen lo comparten y se ha generado una economía interna que propicia el apoyo entre todos.

Inician los trámites para convertirse en residentes

Pando. Las autoridades brasileñas sienten que la palabra de refugiados es discriminatoria. El cónsul de Bolivia asegura que en su oficina priman los derechos de la gente y no la ideología

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Trabajo. Los bolivianos gozarán de los mismos beneficios que los brasileños. Los servicios de salud y educación son gratuitos

Las 118 personas que escaparon de Pando a Brasil y que hace poco más de una semana recibieron el estatus de refugiados, dentro de poco serán considerados residentes en el vecinos país. El delegado de la Policía Federal del Estado de Acre, Gustavo Rezio, fue el encargado de anunciar que ya se han iniciado los trámites para hacer real esta posibilidad.

De acuerdo con la autoridad federal, en las siguientes semanas se empezará a tramitar el Registro Nacional de Extranjero (RNE) y el Catastro de Persona Física (CPF). Estos documentos les permitirán optar por los beneficios que las leyes brasileñas dan a sus habitantes. El RNE convertirá a los refugiados en residentes en Brasil. Según Rezio, la palabra refugiado implica cierta discriminación, por lo que aseguró que una vez los bolivianos cuenten con este documento se los podrá identificar como residentes.

El segundo documento que la mayoría ya tiene, que es de uso obligatorio de los brasileños, es el CPF. Con este registro, que debe ser renovado anualmente, cualquier habitante en Brasil puede tener acceso a las bolsas de trabajo. La única restricción, en este caso, es la de los empleos establecidos únicamente para ese país  ya que nuestros compatriotas incluso pueden optar por algún cargo público al que se acceda por concurso de méritos.

El delegado de los policías federales indicó que luego de la decisión que asumió el Consejo Nacional de Residentes (Conare) se aumentó el número de agentes federales en Brasileia y Epitaciolandia, donde la custodia de nuestros compatriotas es permanente.

Se espera que en las siguientes semanas esta documentación pueda terminar de ser tramitada para que los bolivianos también accedan a la educación y salud gratuitas.

Por su parte, el cónsul de Bolivia en el Estado de Acre, José Luis Méndez, dijo no conocer formalmente la decisión de las autoridades brasileñas y aclaró que este tema está siendo tratado de manera directa por el embajador de Bolivia en Brasilia, Mauricio Dorfler, y la cancillería. Afirmó que está presto a colaborarlos.

  Las frases  

«Este caso está siendo manejado por la Embajada de Bolivia en Brasilia y la cancillería»

Jose Luis Méndez | Cónsul

«Es posible llevarlos a otras ciudades, donde puedan tener condiciones de trabajo»

Gustavo Rezio | Policía Federal

«El que cometió delito debe pagar»

José Luis Méndez / Cónsul de Bolivia en el estado de Acre

– ¿Cómo interpreta la decisión del Gobierno de Brasil, de conceder refugio a las personas que llegaron de Pando?

– No podemos emitir criterios, ésas son informaciones oficiales del Poder Ejecutivo. Estuviéramos violando las normas internacionales e internas si planteamos posiciones personales.

– ¿Hay alguna instrucción del Gobierno para detener a los acusados por los enfrentamientos en Porvenir?

– No, en ningún momento hubo alguna orden. Aquí se vivieron momentos de tensión en septiembre de 2008, incluso este consulado fue atacado por algunas personas. De que existan persecuciones, no hay nada de eso. El único caso que conozco de un detenido que estaba en territorio brasileño es el del señor Evin Ventura, que estuvo como refugiado en el Estado de Acre, pero renunció a esta condición y regresó a Bolivia, donde fue detenido y trasladado a La Paz.

– ¿Deben presentarse los refugiados al consulado para recibir apoyo y garantías?

– Todos los bolivianos que viven en el estado de Acre y en otras poblaciones aledañas deben visitar nuestras oficinas para hacer su registro consular, porque ese documento les servirá para defender sus derechos, al margen de quién sea la persona.

– Pero los refugiados afirman ser perseguidos políticos del Gobierno…

– Vuelvo a insistir, todos los bolivianos deben recurrir el consulado para hacer sus registros. Este documento no es para perseguirlos, es para defender los derechos que tienen. No nos referimos en ningún momento a los que son o no son refugiados, porque eso lo maneja la Embajada de Bolivia en Brasilia. Deben pasar por nuestras oficinas porque es su derecho, si no lo quieren hacer es otro tema.

– ¿Pueden recurrir a usted los familiares de los refugiados en busca de ayuda?

– Con los denominados refugiados siempre me encuentro en la plaza, en la calle, nos conocemos y les pido que vengan. Muchos lo han hecho y saben que hay seriedad. Nuestra responsabilidad va más allá de cualquier pensamiento ideológico; otra cosa es que el que cometió delito tiene que pagar y eso no implica que no tengan derechos. Los que fueron identificados y en los que hay indicios de culpabilidad, tienen que ser sancionados, castigados e investigados. Este consulado no tiene nada que ver con eso.

«Su traslado de La Paz a Pando está listo»

Pando. El ex alcalde de Porvenir y su familia huyeron a Brasil porque no era seguro para ellos quedarse en Pando. Su mujer no siente que fue una mala decisión haber regresado

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Lucila Céspedes | Esposa de Evin Ventura (Ex alcalde de Porvenir) // Asegura que su esposo no hizo nada. Reclama por su injusta detención y afirma que seguirán luchando. | apoyo. Hace poco Lucila compartió con Evin su cumpleaños en San Pedro. Él está recluido con Mario Tadic y Elöd Tóásó

– ¿Qué hicieron cuándo salieron de Porvenir?

– Nosotros, después de que mataron a mi hermano, Alfredo Céspedes, supimos que era peligroso volver a Porvenir y en ese momento decidimos irnos a Brasileia. Vivimos en un hotel por una semana y después nos fuimos hasta Río Branco, gracias a la ayuda de amigos brasileños. Luego las autoridades de allá nos facilitaron un departamento y así estuvimos por algún tiempo.

– ¿Fue una mala decisión retornar a Porvenir?

– No la llamaría mala. Mi marido hizo todo lo que pudo, ayudó a mucha gente y cuando el dinero se acabó y la gente le pedía retornar, tomó la decisión de volver. Además, él no ha hecho nada y no tenía por qué huir.

– Con lo que pasó, ¿siente que hubiera sido mejor quedarse?

– Creo que sí, pero en ese momento pensamos que lo mejor era retornar. Sentíamos que aún podía haber justicia, ya que mi esposo no mató a nadie ni robó nada. En esos momentos creímos que viviríamos tranquilos.

– ¿Cómo está el proceso de su marido?

– Cuando lo detuvieron no hubo orden para esa acción, no fue de día, fue a las tres de la madrugada y lo hicieron efectivos encapuchados. Antes de retornar a Porvenir averiguamos si había algún proceso en su contra, pero no había nada y de pronto detuvieron a mi marido sin ninguna notificación. Su traslado de la cárcel de San Pedro en La Paz al penal de Villa Busch en Pando está listo. Esto posiblemente ocurra en las siguientes semanas.

– ¿Cómo ve su futuro?

– Seguiremos luchando, la gente sabe que mi esposo no es culpable y estamos convencidos de que las cosas saldrán bien.